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INTERNACIONAL

Un año del beso que hoy es un icono del movimiento LGTBI

Hace un año en el Mundial de Francia, la jugadora sueca Eriksson se acercó a su pareja y jugadora danesa Harder y le besó. Un beso que dio la vuelta al mundo y hoy se un icono

Eriksson y Harder en el famoso beso del Mundial.

Fue un beso. Un simple beso espontáneo. Un momento de felicidad tras pasar a los cuartos de final de Mundial y que quiso compartir con su pareja. Una muestra de cariño natural, sin buscar los focos ni la notoriedad. Sin embargo, al lado estaba un fotógrafo que inmortalizó ese momento y que ese mismo día dio la vuelta al mundo. Algo normal se convirtió en especial. Un símbolo de igualdad, sin miedo al qué dirán ni a ser juzgado. Magda Eriksson, jugadora del Suecia que acababa de lograr un sueño, se acercó a la grada y besó a su pareja, la jugadora danesa Pernille Harder, considerada una de las mejores del mundo. Con la camiseta de su novia y una sonrisa recibió ese acto de amor con total normalidad. Pero no sabían que se convertiría en algo extraordinario.

“Cuando lo miré, tenía 3.000 seguidores más en Instagram”, recordó Harder para fifa.com. “Todo el asunto fue realmente inesperado”, explicó. La brillante jugadora del Wolfsburgo ni siquiera había caído en las cámaras: “En primer lugar, no sabía que había un fotógrafo allí, así que ni siquiera sabía que existía la foto. Y luego, la reacción fue sencillamente increíble”. Porque la reacción de la gente fue lo que hizo ese momento tan especial: "Fue bueno constatar lo masivas y positivas que fueron las reacciones, y cuántos comentarios agradables hubo de todas partes del mundo. Provocó mucho debate, con muy poca negatividad, y eso estuvo realmente genial”. Dos futbolistas que eran referentes sobre el césped y ese simple acto las convritió en algo más: “Eso hizo que Magda y yo nos diésemos cuenta de que somos referentes no solamente en el fútbol, sino también en este ámbito. Es algo que hemos aceptado, porque sabemos que somos afortunadas por sentirnos seguras y tranquilas a la hora de mostrarnos abiertas sobre nuestra relación”.

Ambas jugadoras se conocieron en el Linkopings y allí surgió un amor que ni la distancia ha podido romper. Nunca habían mantenido en secreto el hecho de que estaban juntas, como se puede ver en sus redes sociales. Pero tampoco se habían molestado en anunciar públicamente su relación ni su sexualidad. Lo trataron con total normalidad. Sin embargo esa foto y la reacción que tuvo convenció a las jugadoras que podían hacer algo más por su fama para ayudar al movimiento LGTBI y a dar normalidad a algo que ya debería ser normal. "Si podemos ayudar a otras personas a ser ellas mismas, deseamos de veras hacerlo”, sentenció Harder.

Una campaña para ayudar a dar normalidad

“Muchísimas personas me escribieron en Instagram diciendo que nos admiraban y lo mucho que las habíamos ayudado. Ahí es cuando comprendí que éramos verdaderamente poderosas juntas”, explicó Eriksson en fifa.com. En sus redes sociales y aprovechando su imagen, ambas ayudan a través de ‘Play Proud’, una campaña para apoyar y empoderar a jóvenes del colectivo LGTBI. Harder continuó diciendo: “Es mucho más difícil cambiar la mentalidad de alguien acerca de la homosexualidad cuando tiene veintitantos años que cuando está en su niñez y puede comprender que simplemente es algo normal”