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REAL MADRID

"Tenemos el museo del Bernabéu para nosotros solos"

El Madrid da otro paso hacia la nueva normalidad y reabre el Tour del Bernabéu tras 91 días cerrado. Tomas de temperatura, geles, pantallas... y todavía un flujo mínimo de visitantes.

Un visitante contempla ayer las Copas de Europa en el Tour del Bernabéu.

EI Real Madrid se esfuerza por recuperar la actividad en la nueva normalidad generada por la pandemia del Covid-19. Uno de sus últimos pasos ha sido reabrir, una vez recibida la luz verde gubernamental, uno de sus grandes activos: el Tour del Bernabéu. Lo hizo ayer en versión reducida (sin acceso al graderío, césped y vestuarios) y como viene sucediendo en los últimos meses en otras tantas esferas de la vida, dejó escenas muy inusuales. Pese a contar con el tercer museo más visitado de la capital tras el Museo del Prado y el Reina Sofía, casi cuatro millones de visitantes en 2019, ayer se pudieron apreciar la enorme colección de joyas de la historia madridista... en familia.

Tras 91 días cerrado, el Museo abrió de nuevo a las 09:30 horas pero el flujo de visitantes fue casi simbólico. La nueva taquilla enfrente del estadio (en el Paseo de la Castellana, 140) y la monumental reforma que 'envuelve' la vieja Torre B que da acceso al Tour y a la que se llega por un pasadizo cerca de la puerta 30, convierten la visita en una gymkana inicial. "Casi doy la vuelta entera al estadio para encontrar la entrada...", confiesa uno de los escasos visitantes mañaneros.

A punto de estar dentro, la sensación es casi irreal. Los protocolos de seguridad sanitaria e higiene, prioritarios para la entidad blanca, se unen a los tradicionales. "36,5 grados, puede pasar", le dice a este reportero una empleada de seguridad privada, termómetro infrajorrojo digital en mano. Enseguida, la primera Estación Higienizadora de Manos con gel de hidroalcohol; también las pantallas de cristal protectoras entre empleados y visitantes...

Escenas impensables

"Espera que me bajo la mascarilla para salir mejor en esta foto...". Dos amigos, que prefieren el anonimato porque están de paso de camino al trabajo, se recrean en la vitrina de las Champions. Uno de ellos suelta esa frase, impensable hace cuatro meses. No hay prisas, es la zona más fotografiada del museo pero no hay aglomeraciones. "Tenemos el museo casi para nosotros solos, es una pena que sea por una situación así, pero es una oportunidad única".

Es un trayecto en el que hay casi más efectivos de seguridad que visitantes, una familia madridista aquí, un visitante con la camiseta blanca oficial por allá, y ni siquiera hay que hacer recuento de aforo, reducido a un tercio. El club apremia (con un ligero descuento en la tarifa) la compra de entradas para horas concretas con la idea de no generar altos picos de afluencia que ayer no tuvieron lugar. Una reapertura tímida, pero esperada. "Se nota la ausencia de los turistas y de los visitantes de otras provincias, que suponen un porcentaje importante de los aficionados que vienen, y también que ahora no pueden realizarse visitas escolares", explican desde el club. "Conforme pase el tiempo, todo irá a más".

Ayudará, seguro, el momento en el que el Tour pueda realizarse al completo. La tienda oficial y dos de las atracciones estrella, poder bajar a pie de césped y el sentirse futbolista visitando los vestuarios, están cerradas por las obras, que funcionan a todo trapo también en el interior del estadio. Mientras el fútbol se traslada temporalmente al Alfredo Di Stéfano de Valdebebas, el Tour al menos mantiene activo el viejo Bernabéu mientras surge poco a poco el nuevo...