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REAL MURCIA

El Real Murcia y sus inversores, el cuento de nunca acabar

Una vez más, las diferentes opciones para hacerse con el control del club no se concretaron. Alfonso García, ex propietario de la Almería, no desembarcará… por ahora.

07/08/19
 DESPEDIDA DE ALFONSO GARCÍA GABARRON COMO PRESIDENTE DE LA U.D. ALMERIA
 RUEDA DE PRENSA
DIARIO AS

La historia del Real Murcia y sus inversores es una de las más recurridas en los últimos años. Ya en la recta final de la etapa de Jesús Samper al frente de Nueva Condomina llegaba el interés de fondos de inversión, ofertas faraónicas de jeques o grupos de empresas de Madrid. Incluso aparecía cada cierto tiempo Francisco Tornel, el actual presidente y máximo accionista. Pero ninguno convencía a Samper, que quería menos palabras y más pruebas de solvencia de estos proyectos que aseguraban que llevarían al Real Murcia a estar en la máxima competición.

Con la salida de la familia Samper nada mejoró. Muchos decían que nada más irse Samper la sociedad murciana se volcaría con el club pero la realidad fue otra bien distinta. Llegaron Raúl Moro y Víctor Gálvez, extremeño y alicantino, y su estancia, apoyada y aplaudida por parte del murcianismo, hizo más daño todavía al club. Se prometían grandes proyectos pero lo único que había era un despilfarro que casi acaba con la entidad.

Con la llegada de los gestores actuales, el Real Murcia salió a flote pero la institución sigue necesitada de dinero. Las deudas ahogan al club y el modelo alemán instaurado por el Consejo de Administración (donde nadie puede poseer más del 49% de las acciones) no ayuda. Así que se volvió a buscar el apoyo de "los murcianos y murcianistas" y tampoco se consiguió en la segunda ampliación de capital que mañana llega a su fin. Con un objetivo de 2,3 millones de euros no se alcanzan los 800.000 en estos momentos.

La solución, intentar atraer a empresarios murcianos o de fuera para que invirtieran. Pero el descontento de los que ya lo hicieron tiempo atrás y han visto como en la nueva ampliación sus opciones de aumentar su porcentaje accionarial fueron recortadas o la crisis sanitaria estaban en contra. A eso hay que añadir que, una vez más, aparecieron grupos de empresas o empresarios interesados pero a la hora de la verdad no dieron el paso adelante, como es el caso de Alfonso García.

El ex propietario de la UD Almería y el actual Consejo de Administración comenzaron a hablar a finales de 2019 pero nunca se entendieron. Los gestores tenían las ideas claras y Alfonso las suyas, por lo que han sido unos meses en los que nadie movió ficha. Los primeros anteponían el problema con Hacienda y el segundo el proyecto deportivo. Además, el aguileño quería tener plenos poderes (mínimo el 51% del accionariado) y es algo que a día de hoy no es posible según los estatutos. El Consejo incluso estaba dispuesto a cederle sus participaciones si hacía ciertos movimientos (acuerdo con Hacienda y entrada en la cuarta fase) pero García no estuvo por la labor.

En los últimos días también llegaron cantos de sirena desde Madrid, Barcelona e incluso desde Estados Unidos. Tornel llegó a declarar que la operación con el grupo de la capital "estaba muy caliente" pero poco trascendió. Los americanos, según Onda Regional, tenían prevista una inversión de seis millones de euros en el primer año, pero no transmitían confianza al Consejo.

Por tanto, salvo sorpresa de última hora, nada cambiará en el Real Murcia. Los inversores pasarán otra vez de largo. Habrá que seguir esperando, porque la difícil situación económica del club podría hacer que lo que hoy es imposible cambie en los próximos meses. Y ello conllevaría el adiós al modelo alemán.