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REAL MADRID

El increíble 11 del Real Madrid que no pudo ser

Destacamos once jugadores de todos los tiempos que estuvieron a punto de vestir la camiseta blanca pero que por diversas circunstancias se quedaron por el camino.

Corría el año 2003 cuando la Juventus eliminó al Madrid en las semifinales de la Champions League. Un penalti lanzado por Figo y detenido por el meta italiano Buffon había dejado fuera a los blancos. Un año después, en 2004, la directiva blanca comenzó a interesarse por el guardameta de Carrara con vistas a una posible incorporación para la campaña 2005-06. La finalidad era tener dos porteros de garantías con Casillas y Buffon. El club blanco esperó un año, ya que en 2006 acababa contrato. Sin embargo ese verano fue movido en el Calcio: la Juventus fue descendida a la Serie B por el escándalo del Calciopoli (o Moggigate: una presunta red para amañar partidos, resultados… siempre a favor de la Vecchia Signora) y la selección transalpina se proclamó campeona del mundo. Ese año, además, hubo elecciones al Madrid. Una de las candidaturas, liderada por Villar Mir, llevaba al portero entre sus pretendientes. Pero Buffon lo tuvo claro: “La Juve me ha hecho rico. No puedo abandonarla ahora…”. Y allí sigue desde 2001, salvo una campaña que se marchó al PSG.
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Gianluigi Buffon

Corría el año 2003 cuando la Juventus eliminó al Madrid en las semifinales de la Champions League. Un penalti lanzado por Figo y detenido por el meta italiano Buffon había dejado fuera a los blancos. Un año después, en 2004, la directiva blanca comenzó a interesarse por el guardameta de Carrara con vistas a una posible incorporación para la campaña 2005-06. La finalidad era tener dos porteros de garantías con Casillas y Buffon. El club blanco esperó un año, ya que en 2006 acababa contrato. Sin embargo ese verano fue movido en el Calcio: la Juventus fue descendida a la Serie B por el escándalo del Calciopoli (o Moggigate: una presunta red para amañar partidos, resultados… siempre a favor de la Vecchia Signora) y la selección transalpina se proclamó campeona del mundo. Ese año, además, hubo elecciones al Madrid. Una de las candidaturas, liderada por Villar Mir, llevaba al portero entre sus pretendientes. Pero Buffon lo tuvo claro: “La Juve me ha hecho rico. No puedo abandonarla ahora…”. Y allí sigue desde 2001, salvo una campaña que se marchó al PSG.

FOTO:ALBERT GEAREUTERS
Excepcional lateral derecho brasileño de la década de los 90 y de la primera del siglo XXI. Estuvo a punto de recalar en el Real Madrid en 1993. Había ganado la Intercontinental con el Sao Paulo al Barcelona (1992), cuando Mendoza quiso ficharle. El presidente del conjunto brasileño le rogó que le permitiera jugar la final de la Intercontinental del año siguiente, en 1993. Se trajo al otro lateral derecho, Vitor, hasta que llegara Cafú. Vitor fue un fracaso. Cafú no jugaría nunca en el conjunto blanco: en Europa vistió la camiseta del Roma y del Milán, donde se retiraría en 2008.
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Cafú

Excepcional lateral derecho brasileño de la década de los 90 y de la primera del siglo XXI. Estuvo a punto de recalar en el Real Madrid en 1993. Había ganado la Intercontinental con el Sao Paulo al Barcelona (1992), cuando Mendoza quiso ficharle. El presidente del conjunto brasileño le rogó que le permitiera jugar la final de la Intercontinental del año siguiente, en 1993. Se trajo al otro lateral derecho, Vitor, hasta que llegara Cafú. Vitor fue un fracaso. Cafú no jugaría nunca en el conjunto blanco: en Europa vistió la camiseta del Roma y del Milán, donde se retiraría en 2008.

FOTO:PAULO WHITAKERREUTERS
Tras haberse reforzado con Figo y con Zidane en sus dos primeras temporadas, Florentino Pérez puso en marcha el posible fichaje de un defensa que reforzara la zaga y acompañara a Hierro. Un defensa joven, carismático, con dotes de líder… Todo eso lo encontró en Alessandro Nesta, capitán del Lazio y uno de los zagueros llamados a consagrarse. Así que se puso manos a la obra, pero se encontró con una férrea negativa del presidente laziale, Sergio Cragnotti, que rechazó las ofertas blancas: la primera era de 27 millones más Flavio Conceiçao. La segunda ascendía a 35 millones más Solari, pero Cragnotti se cerró en banda, proponiendo otra operación: Nesta más el argentino Crespo por 55 millones más Baljic, Mcmanaman y Solari. Entre dimes y diretes, apareció la opción de fichar a Ronaldo Nazario, estrella del Mundial de Corea y Japón, que sería quien acabaría llegando ese verano.
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Alessandro Nesta

Tras haberse reforzado con Figo y con Zidane en sus dos primeras temporadas, Florentino Pérez puso en marcha el posible fichaje de un defensa que reforzara la zaga y acompañara a Hierro. Un defensa joven, carismático, con dotes de líder… Todo eso lo encontró en Alessandro Nesta, capitán del Lazio y uno de los zagueros llamados a consagrarse. Así que se puso manos a la obra, pero se encontró con una férrea negativa del presidente laziale, Sergio Cragnotti, que rechazó las ofertas blancas: la primera era de 27 millones más Flavio Conceiçao. La segunda ascendía a 35 millones más Solari, pero Cragnotti se cerró en banda, proponiendo otra operación: Nesta más el argentino Crespo por 55 millones más Baljic, Mcmanaman y Solari. Entre dimes y diretes, apareció la opción de fichar a Ronaldo Nazario, estrella del Mundial de Corea y Japón, que sería quien acabaría llegando ese verano.

FOTO:Ben RadfordGetty Images
Formidable líbero holandés que brilló notablemente en el PSV campeón de Europa en 1988 y con la selección holandesa, que también conquistó en el verano de 1988 el Europeo de selecciones. Una de las piezas de la columna vertebral de los Oranje firmaría por el Barcelona en enero de 1989, tras una dura pugna con el Madrid. Los azulgrana recurrieron a una novedosa fórmula para hacerse con el fichaje del rubio jugador: un leasing. Este consistió en que la empresa Ecofinance de España SA compraba al jugador, lo cedía al Barcelona que a su vez, pagaba una especie de alquiler por los servicios del zaguero. El coste del fichaje fue de 1.000 millones de la época (755 millones al PSV más 245 de intereses a la empresa). En mayo de 1992, el holandés hacía campeón de Europa a los azulgrana en Wembley al marcar el único gol de la final de la Copa de Europa ante el Sampdoria.
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Ronald Koeman

Formidable líbero holandés que brilló notablemente en el PSV campeón de Europa en 1988 y con la selección holandesa, que también conquistó en el verano de 1988 el Europeo de selecciones. Una de las piezas de la columna vertebral de los Oranje firmaría por el Barcelona en enero de 1989, tras una dura pugna con el Madrid. Los azulgrana recurrieron a una novedosa fórmula para hacerse con el fichaje del rubio jugador: un leasing. Este consistió en que la empresa Ecofinance de España SA compraba al jugador, lo cedía al Barcelona que a su vez, pagaba una especie de alquiler por los servicios del zaguero. El coste del fichaje fue de 1.000 millones de la época (755 millones al PSV más 245 de intereses a la empresa). En mayo de 1992, el holandés hacía campeón de Europa a los azulgrana en Wembley al marcar el único gol de la final de la Copa de Europa ante el Sampdoria.

FOTO:David CannonGetty Images
En 2016, el Roma jugaba el encuentro de vuelta de los octavos de final de la Champions en el estadio Santiago Bernabéu. En el minuto 74, con todo decidido, Luciano Spalletti hizo entrar a Francesco Totti por El Shaarawy. El Bernabéu aplaudió la entrada del jugador italiano, uno de los más queridos por la grada madridista, y eso que también rechazó su fichaje por los blancos. La primera vez fue en 2001, blancos y romanistas habían quedado emparejados en el sorteo de la Champions, cuando las delegaciones oficiales de los dos equipos comían en el hotel Cicerone de la capital romana. En un momento dado, Florentino Pérez se dirigió a Sensi y le preguntó: “Querido Franco, dices que estoy reuniendo a los mejores jugadores en el Madrid. Te pregunto si es posible que me vendas a Totti. Pon una cifra y yo te la pagaré”. Sensi acierta a decir que Totti es como un hijo para él, que no esté en venta. Y la cosa se enfría hasta que en 2005, los blancos vuelven a la carga. En esta ocasión es el jugador el que dice no a la oferta blanca tras hablarlo con su mujer, Illary Blasi: “Esa no es tu historia”, le vino a decir. Y Totti se consagró siempre con la elástica giallorossa.
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Francesco Totti

En 2016, el Roma jugaba el encuentro de vuelta de los octavos de final de la Champions en el estadio Santiago Bernabéu. En el minuto 74, con todo decidido, Luciano Spalletti hizo entrar a Francesco Totti por El Shaarawy. El Bernabéu aplaudió la entrada del jugador italiano, uno de los más queridos por la grada madridista, y eso que también rechazó su fichaje por los blancos. La primera vez fue en 2001, blancos y romanistas habían quedado emparejados en el sorteo de la Champions, cuando las delegaciones oficiales de los dos equipos comían en el hotel Cicerone de la capital romana. En un momento dado, Florentino Pérez se dirigió a Sensi y le preguntó: “Querido Franco, dices que estoy reuniendo a los mejores jugadores en el Madrid. Te pregunto si es posible que me vendas a Totti. Pon una cifra y yo te la pagaré”. Sensi acierta a decir que Totti es como un hijo para él, que no esté en venta. Y la cosa se enfría hasta que en 2005, los blancos vuelven a la carga. En esta ocasión es el jugador el que dice no a la oferta blanca tras hablarlo con su mujer, Illary Blasi: “Esa no es tu historia”, le vino a decir. Y Totti se consagró siempre con la elástica giallorossa.

FOTO:STEFANO RELLANDINIREUTERS
Campeón del mundo y Balón de oro en 1990, Lothar Matthaus estuvo muy cerca de ser jugador del Real Madrid en la primavera de 1991. El Madrid notó en demasía las marchas de Martín Vázquez y de Schuster y los blancos querían reestructurar su equipo, empezando por el banquillo. El elegido fue (en un primer momento) Pacho Maturana, entrenador que había llevado a la selección colombiana a desplegar un juego ofensivo con toque y combinaciones. Maturana no veía al rumano Hagi como un elemento indispensable para su plantilla. Un par de meses antes, en marzo de 1991, Gunter Netzer, exjugador madridista, se puso en contacto con Ramón Mendoza, entonces presidente blanco, para indicarle que Matthaus quería salir del Inter. Esa temporada había tenido sus más y sus menos con el técnico interista, Giovanni Trapattoni, llegando a un punto de no retorno, y quería una reunión con el presidente blanco. Pero la filtración de esa noticia cayó como un bombazo en Milán. Ernesto Pellegrini, presidente del Inter montó en cólera. Negó cualquier tipo de negociación y se cerró en banda. El Madrid se quedó sin Matthaus primero, y sin Maturana después…
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Lothar Matthaus

Campeón del mundo y Balón de oro en 1990, Lothar Matthaus estuvo muy cerca de ser jugador del Real Madrid en la primavera de 1991. El Madrid notó en demasía las marchas de Martín Vázquez y de Schuster y los blancos querían reestructurar su equipo, empezando por el banquillo. El elegido fue (en un primer momento) Pacho Maturana, entrenador que había llevado a la selección colombiana a desplegar un juego ofensivo con toque y combinaciones. Maturana no veía al rumano Hagi como un elemento indispensable para su plantilla. Un par de meses antes, en marzo de 1991, Gunter Netzer, exjugador madridista, se puso en contacto con Ramón Mendoza, entonces presidente blanco, para indicarle que Matthaus quería salir del Inter. Esa temporada había tenido sus más y sus menos con el técnico interista, Giovanni Trapattoni, llegando a un punto de no retorno, y quería una reunión con el presidente blanco. Pero la filtración de esa noticia cayó como un bombazo en Milán. Ernesto Pellegrini, presidente del Inter montó en cólera. Negó cualquier tipo de negociación y se cerró en banda. El Madrid se quedó sin Matthaus primero, y sin Maturana después…

FOTO:Getty ImagesGetty Images
La historia de 'El Profeta del Gol' pudo ser muy diferente tanto para él como para el fútbol español. Tras hacer campeón de Europa al Ajax, su juego ofensivo, efectivo y atractivo le convertían en el reclamo ideal para cualquier equipo. El Madrid y el Barcelona le vieron, además, como un futuro icono de fortísimo impacto para con sus respectivos aficionados. Así que ambas directivas se pusieron a negociar. Van Praag, presidente del conjunto ajacied, se frotaba las manos. El duelo definitivo llegó en el verano de 1973. Tras negociaciones previas en una relación a tres, el conjunto holandés iba a jugar el Teresa Herrera en A Coruña. Allí fue Agustín Domínguez, una de las manos derechas de Bernabéu, para intentar cerrar el acuerdo. La frase clave la pronunció el presidente holandés: “Nunca he visto un cheque de un millón de dólares. Es lo que me ha ofrecido el Barcelona”, le dijo al enviado madridista. Domínguez telefoneó a Bernabéu y le lanzó el mensaje. Bernabéu respondió: “No podemos pagar eso”. Y Cruyff vestiría de azulgrana…
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Johan Cruyff

La historia de 'El Profeta del Gol' pudo ser muy diferente tanto para él como para el fútbol español. Tras hacer campeón de Europa al Ajax, su juego ofensivo, efectivo y atractivo le convertían en el reclamo ideal para cualquier equipo. El Madrid y el Barcelona le vieron, además, como un futuro icono de fortísimo impacto para con sus respectivos aficionados. Así que ambas directivas se pusieron a negociar. Van Praag, presidente del conjunto ajacied, se frotaba las manos. El duelo definitivo llegó en el verano de 1973. Tras negociaciones previas en una relación a tres, el conjunto holandés iba a jugar el Teresa Herrera en A Coruña. Allí fue Agustín Domínguez, una de las manos derechas de Bernabéu, para intentar cerrar el acuerdo. La frase clave la pronunció el presidente holandés: “Nunca he visto un cheque de un millón de dólares. Es lo que me ha ofrecido el Barcelona”, le dijo al enviado madridista. Domínguez telefoneó a Bernabéu y le lanzó el mensaje. Bernabéu respondió: “No podemos pagar eso”. Y Cruyff vestiría de azulgrana…

FOTO:ullstein bildullstein bild via Getty Images
Pocos jugadores dicen “No” al Real Madrid a lo largo de su carrera deportiva. Steven Gerrard lo hizo dos veces. La primera fue a finales de 2004. Por aquel entonces, Florentino Pérez, presidente del Madrid, le vio como pieza clave para reforzar al equipo en el verano de 2005. Ese verano de 2004 había llegado Rafa Benítez al banquillo del Liverpool, y una serie de primeros roces, incluyendo la salida de Michael Owen, uno de sus mejores amigos en el conjunto del norte de Inglaterra, le había puesto en el disparadero. Tras una campaña en la que el Pool se proclamó campeón de Europa tras la increíble final de Estambul donde remontó y ganó la final al Milán que iba ganando 3-0, acabó meditando salir para ¡cuatro días después renovar! La segunda fue en 2009, pero apenas tuvo recorrido. Quien sí vino en esa ocasión fue otro compañero suyo: Xabi Alonso… Incluso hubo un tercer intento en 2010, pero la respuesta volvió a ser negativa.
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Steven Gerrard

Pocos jugadores dicen “No” al Real Madrid a lo largo de su carrera deportiva. Steven Gerrard lo hizo dos veces. La primera fue a finales de 2004. Por aquel entonces, Florentino Pérez, presidente del Madrid, le vio como pieza clave para reforzar al equipo en el verano de 2005. Ese verano de 2004 había llegado Rafa Benítez al banquillo del Liverpool, y una serie de primeros roces, incluyendo la salida de Michael Owen, uno de sus mejores amigos en el conjunto del norte de Inglaterra, le había puesto en el disparadero. Tras una campaña en la que el Pool se proclamó campeón de Europa tras la increíble final de Estambul donde remontó y ganó la final al Milán que iba ganando 3-0, acabó meditando salir para ¡cuatro días después renovar! La segunda fue en 2009, pero apenas tuvo recorrido. Quien sí vino en esa ocasión fue otro compañero suyo: Xabi Alonso… Incluso hubo un tercer intento en 2010, pero la respuesta volvió a ser negativa.

FOTO:Mike HewittGetty Images
El 'Principito Sosa' fue uno de los grandes delanteros sudamericanos de finales de los 80 y la década de los 90. Llegó a España, donde ganó la Copa del Rey con el Zaragoza. De ahí saltó a Italia, donde militó en el Lazio y en el Inter de Milán. Jugando en las filas del conjunto neroazzurro tuvo una oferta del Madrid. Corría el año 1994 cuando Jorge Valdano lideraba un proyecto que acabase con el dominio del Barcelona, que sumaba cuatro Ligas seguidas y una Champions. El hombre que eligió Valdano fue el de Rubén Sosa. Mendoza llegó a negociar su fichaje (se hablaba de un traspaso de 500 millones de pesetas) con el presidente del Inter, Ernesto Pellegrini, del que era buen amigo. Pero todo se torció tras una foto en la que aparecía el delantero uruguayo posando con una camiseta madridista en su casa del lago de Como. La directiva interista se enojó, retiró al jugador de cualquier tipo de salida y le multó. Valdano se quedó con Zamorano y Amavisca, al que tampoco quería. Ambos formaron una sociedad letal para que el Madrid acabara ganando la Liga…
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Rubén Sosa

El 'Principito Sosa' fue uno de los grandes delanteros sudamericanos de finales de los 80 y la década de los 90. Llegó a España, donde ganó la Copa del Rey con el Zaragoza. De ahí saltó a Italia, donde militó en el Lazio y en el Inter de Milán. Jugando en las filas del conjunto neroazzurro tuvo una oferta del Madrid. Corría el año 1994 cuando Jorge Valdano lideraba un proyecto que acabase con el dominio del Barcelona, que sumaba cuatro Ligas seguidas y una Champions. El hombre que eligió Valdano fue el de Rubén Sosa. Mendoza llegó a negociar su fichaje (se hablaba de un traspaso de 500 millones de pesetas) con el presidente del Inter, Ernesto Pellegrini, del que era buen amigo. Pero todo se torció tras una foto en la que aparecía el delantero uruguayo posando con una camiseta madridista en su casa del lago de Como. La directiva interista se enojó, retiró al jugador de cualquier tipo de salida y le multó. Valdano se quedó con Zamorano y Amavisca, al que tampoco quería. Ambos formaron una sociedad letal para que el Madrid acabara ganando la Liga…

FOTO:Phil O'Brien - EMPICSGETTY IMAGES
En mayo de 1950 se recibió en la sede del Real Madrid una carta en la que se ofrecía un equipo llamado Hungaria para jugar un amistoso. Ese conjunto estaba formado por jugadores procedentes del llamado Telón de acero, es decir de la Europa comunista. A Bernabéu le gusta la idea y acepta. Asimismo, les organiza otra serie de amistosos con diferentes equipos españoles. En el Hungaria llama la atención la presencia de jugadores como Kubala, Nagy y Kis, húngaros, el croata Monsider, el rumano Szegedi y el yugoslavo Arangelovic, entre otros. Así pues el 5 de junio de 1950 se juega dicho partido. Acabarán ganando los blancos 4-2, tras remontar. Los dos tantos del Hungaria los marca Ladislao Kubala, causando una gratísima sensación. La historia cuenta que Bernabéu intentó entonces su contratación, pero Kubala sugirió que también se fichara a su cuñado y a la vez entrenador del Hungaria, Fernando Daucik. Bernabéu replica que tiene al inglés Keeping con contrato en vigor, pero le manda un borrador del contrato de Kubala. Este borrador será el que entregue al Barcelona cuando los azulgrana también se interesan por el futbolista. Y darán el sí a la contratación de Daucik como técnico. Y así comenzaría una de las épocas más gloriosas del conjunto azugrana: El Barça de las Cinco Copas.
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Ladislao Kubala

En mayo de 1950 se recibió en la sede del Real Madrid una carta en la que se ofrecía un equipo llamado Hungaria para jugar un amistoso. Ese conjunto estaba formado por jugadores procedentes del llamado Telón de acero, es decir de la Europa comunista. A Bernabéu le gusta la idea y acepta. Asimismo, les organiza otra serie de amistosos con diferentes equipos españoles. En el Hungaria llama la atención la presencia de jugadores como Kubala, Nagy y Kis, húngaros, el croata Monsider, el rumano Szegedi y el yugoslavo Arangelovic, entre otros. Así pues el 5 de junio de 1950 se juega dicho partido. Acabarán ganando los blancos 4-2, tras remontar. Los dos tantos del Hungaria los marca Ladislao Kubala, causando una gratísima sensación. La historia cuenta que Bernabéu intentó entonces su contratación, pero Kubala sugirió que también se fichara a su cuñado y a la vez entrenador del Hungaria, Fernando Daucik. Bernabéu replica que tiene al inglés Keeping con contrato en vigor, pero le manda un borrador del contrato de Kubala. Este borrador será el que entregue al Barcelona cuando los azulgrana también se interesan por el futbolista. Y darán el sí a la contratación de Daucik como técnico. Y así comenzaría una de las épocas más gloriosas del conjunto azugrana: El Barça de las Cinco Copas.

EFE
Tras la derrota del Real Madrid ante el Chelsea en la final de la Recopa de 1971, Paco Gento ponía punto y final a una trayectoria en el Real Madrid que había empezado en 1953 junto con Di Stéfano. Dos temporadas después, en 1973, el Madrid se enfrentó al Dinamo de Kiev en un encuentro de Copa de Europa. El encuentro, celebrado en Odessa, acabó en empate gracias a una colosal actuación de García Remón. En el conjunto entonces soviético brillaba Oleg Blokhin en la banda izquierda. Hijo de una atleta, era un jugador veloz (con 16 años corría los 100 metros en 11 segundos), explosivo y habilidoso. El Madrid quiso ficharle, pero se encontró con un muro: la infranqueable burocracia del régimen soviético impidió su salida. Le volvería a pasar en 1975 (le ascendieron a coronel del Ejército: una manera de retener a la gente era ascenderlos en el organigrama militar para compensar sus escasas ganancias), y en 1982. En esta ocasión el muro se produjo en el estadio Santiago Bernabéu: en la tercera edición, en 1981, en el encuentro Real Madrid-Dinamo Tbilisi, Ángel lesionó a Kipiani, georgiano y una de las estrellas del conjunto soviético por entonces. Fue tan dura la entrada que casi acabó con su carrera: seguiría jugando, pero ya no era el jugador fantástico que lideraba la selección de la URSS. Y, eso, la burocracia soviética no lo perdonó…
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Oleg Blokhin

Tras la derrota del Real Madrid ante el Chelsea en la final de la Recopa de 1971, Paco Gento ponía punto y final a una trayectoria en el Real Madrid que había empezado en 1953 junto con Di Stéfano. Dos temporadas después, en 1973, el Madrid se enfrentó al Dinamo de Kiev en un encuentro de Copa de Europa. El encuentro, celebrado en Odessa, acabó en empate gracias a una colosal actuación de García Remón. En el conjunto entonces soviético brillaba Oleg Blokhin en la banda izquierda. Hijo de una atleta, era un jugador veloz (con 16 años corría los 100 metros en 11 segundos), explosivo y habilidoso. El Madrid quiso ficharle, pero se encontró con un muro: la infranqueable burocracia del régimen soviético impidió su salida. Le volvería a pasar en 1975 (le ascendieron a coronel del Ejército: una manera de retener a la gente era ascenderlos en el organigrama militar para compensar sus escasas ganancias), y en 1982. En esta ocasión el muro se produjo en el estadio Santiago Bernabéu: en la tercera edición, en 1981, en el encuentro Real Madrid-Dinamo Tbilisi, Ángel lesionó a Kipiani, georgiano y una de las estrellas del conjunto soviético por entonces. Fue tan dura la entrada que casi acabó con su carrera: seguiría jugando, pero ya no era el jugador fantástico que lideraba la selección de la URSS. Y, eso, la burocracia soviética no lo perdonó…

FOTO:Jean-Yves RuszniewskiCorbis/VCG via Getty Images