LAS PALMAS
La leyenda de Tonono se apagó en Málaga
Hoy, hace 45 años, el legendario central grancanario jugó su último partido con Las Palmas. Falleció 9 días después. Algo pasaba en su interior. Algo, en cualquier caso, irremediable.
Unos días antes, el 25 de mayo, intervino en su último partido en el inolvidable Estadio Insular, un 3-1 al Celta que además supuso la permanencia de Las Palmas en Primera División. Tocaba después viajar a Málaga para afrontar un partido de ida copero en La Rosaleda, 1-1, por supuesto con él en el equipo titular, preludió de la clasificación del equipo grancanario, que venció 2-1 en la vuelta para pasar a cuartos de final, ya sin Tonono. Era un portento, inmune al dolor. Fue, en La Rosaleda, su último servicio a la causa amarilla, la única que conoció este líbero de época, atado de por vida a la UD por convicción propia, en ningún caso por falta de alternativas.
Tonono se encontraba cada vez peor, y nada más aterrizar en Gran Canaria procedente de la capital de la Costa del Sol fue directamente ingresado en la Clínica del Pino, en la capital insular. “Hasta que llegó de Málaga no fue consciente de lo que le pasaba”, confirman sus familiares. Nueve días después, el 9 de junio, tuvo lugar su último aliento. Se apagó su vida pero jamás la luz de un recuerdo que perdura en la memoria de la afición grancanaria.
Fue, entre otras cosas, 22 veces internacional vistiendo la camiseta de Las Palmas, récord absoluto del fútbol insular jugando para un equipo de la tierra. Miembro de la mejor generación de futbolistas que conoció Canarias, su trágica desaparición, como el cáncer que se llevó a Guedes unos años antes, alimentó todavía más la leyenda de este defensa inolvidable. 45 años después, Tonono sigue estando presente. Es lo que tienen las leyendas de verdad.
Digno representante de una estirpe futbolística inolvidable, siempre habrá un lugar para Tonono en el corazón de su isla, que le añora hoy tanto como hace 45 años.