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EIBAR

El Eibar ascendió hace seis años a Primera División

El 25 de mayo de 2014 los azulgranas, entrenados por Gaizka Garitano, subieron por vez primera a la máxima categoría. Dos porteros del filial se entrenan con el primer equipo.

Jota Peleteiro y el Eibar celebran el ascenso de 2014.
AMAIA ZABALODIARIO AS

El lunes se cumplirán seis años del ascenso del Eibar a Primera División. El 25 de mayo de 2014, el equipo guipuzcoano logró por vez primera en su historia subir a la máxima categoría, con Gaizka Garitano de entrenador. Fue una temporada 2013-2014 inolvidable, ya que los azulgranas (71 puntos) acabaron ganando la liga de Segunda División (otro éxito antes nunca alcanzado), por delante del Deportivo de La Coruña (69 puntos), que también subió.

El Eibar de Gaizka Garitano Aguirre fue el campeón de la división de plata, tras haber cogido carrerilla un año antes. Y es que el conjunto azulgrana encadenó con Garitano dos ascensos en dos campañas consecutivas (en la 2012-2013 a Segunda División y en la 2013-2014 a Primera). Tras haber dirigido al filial azulgrana en Tercera División en dos ejercicios, cogió al primer equipo en Segunda B (la división de bronce) y dos temporadas después lo llevó a Primera División. Algo que nadie había conseguido en un club fundado en 1940 y que cumplió su 74 aniversario en la máxima categoría, en la que todavía perdura, ya con 80 años.

Gaizka Garitano fue el primer técnico azulgrana en Primera (temporada 2014-2015); mientras que José Luis Mendilibar se ha sentado en el banquillo de Ipurua en los cinco últimos ejercicios, desde julio de 2015. Curiosamente, una década antes, Mendilibar le dirigió a Garitano cuando éste era futbolista del Eibar en la campaña 2004-2005, y juntos estuvieron a punto de lograr el ascenso a la liga de las estrellas. Curiosamente, fue el 'alumno' el que consiguió lo que estuvo a punto de alcanzar su 'profesor', quien le sucedió en el banquillo de Ipurua. Juntos, y por separado, son dos leyendas para la fiel afición azulgrana.

Eibar-Alavés (1-0), con un gol histórico de Jota Peleteiro.

El histórico ascenso se produjo en Ipurua y con muchas dosis de suspense. El Eibar se enfrentaba al Alavés en la jornada 40 de Segunda A (campaña 2013-2014). Las matemáticas decían que los entrenados por Gaizka Garitano (64 puntos) podrían lograr el ascenso a falta de dos jornadas para el final de la liga (42 partidos) si obtenían un triunfo que debía ser acompañado obligatoriamente por los errores de sus rivales. El filial del Barcelona (Barcelona B) no podía subir (tenía 60 puntos), pero sí que podían hacerlo el Deportivo de La Coruña (66 puntos), la UD Las Palmas (60), el Murcia (58), el Sporting de Gijón (57), el Córdoba (56), y el Recreativo de Huelva (56).

Los azulgranas estaban pendientes de los resultados de la UD Las Palmas y el Murcia, porque los dos primeros clasificados subían directamente a Primera; mientras que otros cuatro conjuntos deberían afrontar luego dos eliminatorias para que un tercer conjunto subiera de categoría. Para lograr su objetivo ese día, el Eibar tenía que aventajar en 7 puntos al tercer clasificado, porque luego sólo quedarían 6 puntos en juego en las dos últimas jornadas.

Los azulgranas cumplieron con la primera premisa que hacía falta para que se produjera una carambola. Hubo victoria local en el Eibar-Alavés (1-0) disputado en Ipurua el 25 de mayo de 2014 gracias a un gol extraordinario del mediapunta gallego Jota Peleteiro -ahora en el Aston Villa inglés-, quien disparó de forma magistral con su pierna izquierda desde el borde del área.

El tanto de Jota Peleteiro (m. 60) desató la euforia de Ipurua, que vivió con ilusión un triunfo esperanzador, obtenido ante un Alavés en posición de descenso que luchaba por la permanencia y que la logró en la última jornada liguera en Jaén. Sin embargo, al final del duelo vasco, todavía el Eibar no había alcanzado el éxito. Tuvo que esperar a ver qué hacían sus rivales durante una hora que se hizo larguísima. Los jugadores azulgranas siguieron en el 'txoko' (lugar de encuentro) de Ipurua el desenlace de dos duelos: UD Las Palmas-Recreativo de Huelva, y Murcia-Zaragoza.

Ascenso en diferido, una hora después al fallar los rivales.

Algunos aficionados abandonaron Ipurua, que había registrado un lleno absoluto (más de 5.000 espectadores, con 250 seguidores alaveses). Mientras que otros, los más fieles, permanecieron en el campo esperando que se produjera el 'milagro' de que los oponentes que luchaban por subir a Primera cometieran un error. La megafonía de Ipurúa reproducía el sonido de las emisiones de radio de los programas deportivos que emitían en directo lo que ocurría en los partidos de Segunda División. La segunda condición también se cumplió, ya que el Murcia sólo pudo empatar (1-1) en la Nueva Condomina con el Zaragoza. Sólo faltaba que la UD Las Palmas también fallara, y acabó perdiendo (2-3) en el Gran Canaria con el Recreativo de Huelva.

Cuando se conoció por la megafonía de Ipurua la derrota de los canarios, una explosión de alegría inundó Ipurua. Había pasado una hora de la victoria del Eibar ante el Alavés, y algunos seguidores azulgranas que habían salido del estadio y se encontraban en los alrededores -confraternizando con la hinchada alavesista en los bares eibarreses-, volvieron a entrar en el campo (las puertas estaban abiertas al haberlo abandonado los futbolistas visitantes y los árbitros). Se juntaron con los aficionados más fieles, los que se habían quedado dentro de Ipurua esperando un milagro que se acabó produciendo.

Todos juntos agasajaron desde las gradas, y también en el terreno de juego, a los futbolistas azulgranas, que celebraron en diferido el histórico ascenso a Primera en el césped de Ipurua. Los jugadores mantearon a Gaizka Garitano, el artífice del éxito, que comenzó su obra con el primer conjunto eibarrés una campaña antes, en Segunda B, cuando logró subir a Segunda A. En su primer ejercicio en la división de plata, el técnico de Derio obtuvo el título de campeón con el Eibar.

Gaizka Garitano (con Patxi Ferreira de ayudante) era el entrenador de una plantilla de lujo, en la que militaban Dani García, Ander Capa, Yuri Berchiche, Txema Añibarro -todos ellos se encuentran ahora en el Athletic Club, bien como futbolistas o técnicos-, Xabi Iruretagoiena, Manuel Castellano 'Lillo', Raúl Albentosa, Raúl Navas, Jon Errasti, Mikel Arruabarrena, Jota Peleteiro, José Luis Morales, Diego Rivas -ahora vicepresidente de la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles)-, Urko Vera, Eneko Bóveda, Aitor Arregi, Alain Eizmendi, Jon Irazusta, Gilvan Gomes, Diego Jiménez, David Mainz, Gorka Kijera, y Matías Ibáñez.

La fiesta eibarresa, que comenzó de forma inesperada el 25 de mayo, tuvo continuidad una semana después, cuando el Eibar celebró de forma oficial el primer ascenso en su historia a la máxima categoría. Entonces, tras otra victoria local en Ipurua en el Eibar-Lugo (1-0), la plantilla azulgrana celebró en las calles eibarresas el ascenso. La plantilla realizó un recorrido de hora y media por las calles de la ciudad guipuzcoana en un autobús descapotable. Los futbolistas vistieron una camiseta conmemorativa con los nombres de todos los jugadores de la plantilla, entrenadores, fisioterapeutas, médicos, delegado y utillero, y 2 lemas: "todos juntos lo conseguimos" y "los sueños se hacen realidad, el Eibar en Primera (2013-2014)".

Más tarde, el plantel fue recibido en el ayuntamiento por el alcalde y el resto de autoridades municipales. Desde el balcón de la casa consistorial, el técnico, Gaizka Garitano, cantó unos versos en euskera micrófono en mano.

El Eibar tuvo que ampliar su capital a pesar de no tener deudas.

Aunque el Eibar había logrado el ascenso a Primera por méritos deportivos, todavía faltaba dar un último paso, que era económico y que podía dejarle sin probar el dulce sabor de jugar en Primera tras haber acariciado su sueño.

Y es que el club azulgrana había comenzado meses antes una carrera distinta, porque el CSD (Consejo Superior de Deportes) le había impuesto que debía aumentar su capital social para poder competir en el fútbol profesional. Así, aunque el Eibar había subido a Primera, en realidad podría descender a Segunda B (dos categorías) por motivos económicos. Y eso a pesar de que el club eibarrés no tenía deudas. Porque desde siempre ha gastado sólo lo que podía ingresar -en la temporada 2012-2013 en Segunda B tuvo que renunciar a su filial que estaba en Tercera División para ahorrar-, sin superar un límite (una línea roja) que ha llevado a otras entidades a deudas enormes que han provocado que ahora vaguen en categorías modestas con graves problemas económicos o, lo que es peor, a su desaparición.

Así, el presidente azulgrana, Alex Aranzabal, durante la celebración del ascenso tras el encuentro contra el Lugo, aprovechó para, desde el balcón del ayuntamiento, para recordar que el Eibar debía ampliar su capital social en 1,7 millones de euros antes del 6 de agosto para evitar un descenso a Segunda B. "Hemos subido a Primera, pero la carrera no ha acabado. Debemos aumentar el capital social", anunció.

Afortunadamente, el hecho de que el club más pequeño y modesto de Segunda División lograra un insólito y meritorio ascenso a Primera, y la posibilidad de que no llegara a debutar en la máxima categoría, llamó la atención de mucha gente, incluso a nivel internacional. La solidaridad en ayuda del débil, que traspasó fronteras, permitió el segundo milagro del Eibar, esta vez no deportivo, sino económico.

El 15 de julio de 2014, la entidad eibarresa completó la ampliación de capital exigida al vender 1.724.272 euros en acciones, una cifra que le permitió competir por vez primera en la liga de las estrellas en la temporada 2014-2015. En el proceso de ampliación de capital intervenieron 8.000 accionistas (particulares o empresas) de 48 países, lo que convirtió al Eibar en un club internacional con dueños de todo el mundo. La mayoría de las personas que quiso ayudar, compró una acción, que costaba 50 euros, aunque el club aportó por cada acción 10 euros y 10 céntimos, porque su valor nominal era de 60,10 euros.

La exigencia del CSD, sumado al éxito deportivo, posibilitaron que el Eibar dispusiera de mejores cimientos económicos y se hiciera más fuerte. En 2017, poco antes de que tuviera lugar las primeras elecciones a la presidencia de la sociedad anónima deportiva, el Eibar contaba con 46.200 acciones (totales) repartidas entre 11.136 accionistas (personas totales), con 1.219 de ellos extranjeros (un 11% del total de personas). Los foráneos poseían 2.413 acciones, ya que adquirieron el 5% de los títulos, de forma minoritaria. Ello posibilita que no haya un gran mecenas detrás del Eibar que haga y deshaga en el club a su antojo, sino muchos pequeños accionistas (propietarios) al estar muy repartido el capital social.

Dos porteros del filial (CD Vitoria) entrenan con el Eibar.

Dos porteros del filial (CD Vitoria), que milita en el grupo 4 de Tercera División, entrenan con el Eibar, por si fuera necesario su concurso en el primer equipo azulgrana, que prepara la reanudación de la liga en Primera.

Jon Mikel Magunagoitia, conocido por 'Jonmi', y Amador Zarco, son los dos guardametas que se ejercitan a las órdenes del entrenador azulgrana, José Luis Mendilibar. De esta forma, el técnico de Zaldibar cuenta con cuatro porteros, los dos de la primera plantilla (Marko Dmitrovic y Yoel Rodríguez), más otros dos del filial (CD Vitoria).

Y es que, cuando se reanuda la liga en Primera División, se jugarían partidos cada 72 horas, podría haber lesiones, sanciones, o positivos en las pruebas de detección del COVID-19 (si un jugador diera positivo en un test debería estar 2 semanas de cuarentena). Así, el Eibar, como otros conjuntos, se ejercitan con cuatro guardametas por si acaso hicieran falta por diversas circunstancias.

Además de Jon Mikel Magunagoitia 'Jonmi', y Amador Zarco, otros tres canteranos trabajan con Mendilibar. Son el defensa Sergio Cubero, y los centrocampistas Miguel Ángel Atienza y Miguel Marí. Estos tres últimos han jugado ya con el Eibar en la presente temporada (2019-2020), Atienza en liga y Copa del Rey; mientras que Cubero y Marí lo han hecho en la competición copera.

Los 5 jugadores del filial tienen también otro objetivo en mente, ya que con el CD Vitoria lucharán por el ascenso a Segunda B en la segunda quincena de julio. El CD Vitoria, que habitualmente juega sus partidos en las instalaciones eibarresas de Unbe, se enfrentará al Sestao River en la primera de las dos eliminatorias (en la otra se medirán el Portugalete y el Basconia, filial del Athletic Club), en una fase de ascenso rápida que permitirá a uno de los cuatro conjuntos vascos, quien supere las dos rondas, subir a Segunda B.