“Haciéndolo tan mal estábamos a cinco puntos; ahora, a seis”
Machín asegura que se veía capacitado para salvar al Espanyol, y que esperaba llegar al mercado de invierno. Él sumó el 16% de los puntos, por el 37% de Abelardo.
De “frustrante” califica Pablo Machín su breve etapa en el Espanyol, donde duró diez jornadas y cosechó solo cinco puntos. Un 16 por ciento de los posibles difícilmente batible. Su antecesor, David Gallego, había acumulado el 21 por ciento. Y Abelardo Fernández, el actual inquilino del banquillo, lleva diez en nueve jornadas, por lo que dobla el bagaje del soriano con un 37 por ciento de los puntos en juego. Unas matemáticas que Machín ve distintas.
“Por supuesto que me veía capacitado, y veía que el equipo podía salvar la categoría”, declaró este martes por la noche en RAC1. “Haciéndolo tan mal como lo hicimos estábamos a cinco puntos (de la permanencia), ahora están a seis, y creo que es una distancia que era corta para subsanar en cuanto se pudiera mejorar el rendimiento. Era difícil, pero cuando llegué a Girona estábamos a nueve puntos, éramos últimos y quedaban 13 jornadas. Y salvamos la categoría. No es insalvable ni mucho menos”, expuso.
Esgrimió Machín un salvoconducto para justificar sus “resultados muy malos”, al margen de que las sensaciones, según él, “nos dijeran que merecíamos más puntos. “Estaremos de acuerdo en que yo fiché por el Espanyol en una situación muy delicada y que necesitábamos llegar al mercado de invierno en la mejor situación para dar un cambio de timón con los fichajes”, razonó. Y añadió: “En ningún momento pensé que no iba a poder disfrutar de esos fichajes”.
Los fichajes y los 'pipiolos'
No en vano, aseguró el técnico que estuvo “codo con codo con Rufete tratando de elegir qué podía hacer falta y que fuera de rendimiento inmediato y marcara la diferencia. Raúl de Tomás estaba muy claro, a Lele Cabrera le conozco desde mi época del Numancia y Embarba era uno de los mejores jugadores de Segunda. Se ha acertado con los fichajes, se ha hecho un esfuerzo grande y ojalá se pueda corroborar a final de temporada”, deseó.
También ofreció su explicación sobre la frase que en diciembre pronunció tras la dolorosa derrota del Espanyol en el RCDE Stadium frente a Osasuna (2-4): “Necesitamos tíos de verdad, no podemos ir por ahí con pipiolos”. Adujo Machín que “el entrenador hay veces que tiene que buscar revulsivos”.
Y argumentó en ese sentido que “lo de pipiolos no lo decía por los futbolistas con menos experiencia. A veces jugadores a los que se les supone más categoría y calidad también actúan como inexpertos. Quería hacerles ver que nos jugábamos mucho y que los puntos que se van son muy difíciles de recuperar”. “Las formas quizá estuvieron fuera de lugar”, reconoció, “pero después nos dijimos los que nos teníamos que decir y los futbolistas lo entendieron perfectamente. Fue un buen punto de inflexión para haber cambiado el rendimiento”.
Más enigmático se mostró a la hora de opinar en público sobre los problemas que rodean al Espanyol, aunque sí consideró Machín que “le quedan los suficientes puntos en juego para poder subsanarlo” y que “tiene mucho margen de mejora. Era un gran club, lo seguirá siendo, pero yo no puedo estar allí para poder trabajar y ayudarles”.