ESPANYOL | QUIQUE SÁNCHEZ FLORES
“Volvería al Espanyol si respetase al entrenador y cumpliese el proyecto”
Quique Sánchez Flores afirma que, “de bondades” pasó a ser “una amenaza para alguien”, y que el proyecto inicial iba encaminado a acabar en Champions en 2019.
De tres temporadas que firmó, no llegó Quique Sánchez Flores a cumplir la segunda al frente del Espanyol, ya que fue despedido. Y pudo irse antes, no solo porque el Stoke City le lanzase una oferta en enero de 2018 sino porque todo se torció el verano anterior. Pese a que dice no sentirse “traicionado ni engañado”, y su tono es relajado, el técnico no da puntada sin hilo al repasar el cara y cruz que fue su etapa perica.
“La temporada inicial fue buena y estábamos todos muy ilusionados. Tenía otras posibilidades pero el Espanyol me ofrecía un proyecto muy bonito, porque me pusieron una página en blanco”, explicaba Sánchez Flores este jueves en ‘PericosOnline’. “Fue una carrera rápida para armar una plantilla con la que pudiéramos transformar el sentimiento de peligro de los últimos años por una seguridad que nos afianzara entre los diez primeros de LaLiga”, indica. Y acabó octavo el Espanyol. Pero llegó el verano de 2017.
“Hubo una reunión importante con el dueño del club (Chen Yansheng), su traductor (Mao Ye), Ramon Robert (consejero delegado) y Jordi Lardín (director deportivo). Íbamos a tener el mismo presupuesto del año anterior pero no para repartir entre 11 jugadores sino entre cuatro o cinco de mucho nivel (llegaron a hablar con Éver Banega, Borja Valero o Mariano Díaz). Estaba convencido de que íbamos a dar el salto necesario para meternos entre los seis primeros de LaLiga”, asegura. Y añade: “El tercer año era soñar con que una Champions podía estar cercana, que era posible”.
Sin embargo, relata, cuando se escapa la contratación de Diego Reyes, ve que algo va mal. “Cuando algo falla, es necesario que la gente lo sepa. Me hubiera gustado que se hubiese dicho públicamente que en el segundo año ya no íbamos a ser capaces de cumplir el proyecto. Cambió el proyecto y hubo una contención que no es buena”, lamenta el entrenador, quien remarca que “pasa muchas veces que cuando consigues el objetivo el primer año y te olvidas del peligro que habías corrido, los proyectos cambian porque se acomodan”.
Varían los objetivos y también su relación con el Espanyol: “Por más que yo fuera la imagen del club, esa relación con Míster Chen se corta. Lo que antes eran bondades de un entrenador comprometido con el club, en el día a día, se convierte en una amenaza para alguien en el momento en que tienes influencia en los jugadores”, dispara Sánchez Flores.
“En el primer año éramos capaces de crecer, pero en el segundo éramos emocionalmente más sensibles”, apunta sobre los resultados del equipo. “Dejamos pasar oportunidades para estar en el grupo de cabeza. No era la misma plantilla, no era la idea inicial, no teníamos la misma convicción. Y así, un equipo se debilita”, asevera.
Un despido disciplinario “incomprensible”
Así es como llegó su célebre frase “no damos para más” que pronunció tras una derrota en Getafe. “Me parece que es algo normal que se dice en una sala de prensa. Pero luego el club se acogió a eso para hacer un despido disciplinario, lo cual, tras dos años de energía y dedicación, me parece bastante incomprensible”, remarca.
De la oferta del Stoke City que llegó en enero de 2018 ya con la crisis abierta ante el club, admite Sánchez Flores que “al ver que el Espanyol fallaba en su proyecto podía haberme ido a una Liga donde se toma a los entrenadores con más seriedad. Era lo más fácil. Pero me quedé con todas las consecuencias”.
Pese a todo, esos meses agitados y su salida traumática en abril de hace dos años, preguntado por si estaría dispuesto a regresar, no lo duda: “Por supuesto que volvería. Fui feliz y si se dan las condiciones podría volverlo a ser, que son respetar la figura del entrenador y cumplir con el proyecto. Cuando dejas de hacerlo y nadie lo explica, es un problema grave. Parece que tenga que explicarlo el entrenador. Si lo haces con palabras, mal. Si lo haces sin resultados, mucho peor”, subraya.
Con la amargura de que en el pasado mercado de invierno, “solo cuando la urgencia aprieta”, ha realizado el Espanyol la inversión (40 millones) que se le negó, espera que logre salvarse el Espanyol. “Quiero seguir pensando que van a ser capaces. Abelardo ha hecho cosas importantes en otros clubes en momentos de debilidad. Es un tipo muy positivo y enérgico, y ojalá sea capaz de transmitir a la plantilla la emoción necesaria para salir de esta situación”, sentencia.