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La venganza del Espanyol, de Maradona y de don Mendo

El ‘Pelusa’ se convirtió en actor por un día, siendo la estrella del Barcelona, en una obra de teatro benéfica promovida por los jugadores pericos, el 14 de mayo de 1984.

La venganza del Espanyol, de Maradona y de don Mendo

En su vasta carrera había marcado a Pelé, a Cruyff. Y al propio Diego Armando Maradona, desde que sus caminos se cruzaron en una gira del Espanyol por Argentina en mayo de 1981. Pero sería justo tres años después cuando, con la colaboración del también jugador perico Orlando Giménez, Fernando Molinos reclutaría al ‘Pelusa’ para el bando blanquiazul por una noche. Y no en el césped, sino sobre las tablas.

Molinos, capitán del Espanyol aquella temporada 1983-84, había ideado medio año una fórmula original para que todos los jugadores y el cuerpo técnico, liderado por Xabier Azkargorta, hicieran piña: representar una obra de teatro que, además, tendría carácter benéfico. La propuesta sentó de fábula en aquel equipo, germen del ‘Yo, cantera’ y del que alcanzaría la final de la Copa UEFA en 1988. Pero faltaba escoger un título.

En eso no tuvo problemas Molinos, que consultó a su padre, que había sido el primer entrenador en la historia del Numancia. No vaciló don Antonio, que le sugirió ‘La venganza de don Mendo’, una obra cómica de principios del siglo XX escrita por Pedro Muñoz Seca. Solo quedaba comenzar a ensayar. ¿Solo? “Es lo más difícil que he hecho en mi vida”, convendría Molinos años más tarde

Durante meses, y a razón de dos veces por semana, la plantilla perica se juntó en la escuela San Juan Bosco de Barcelona. Y, cuando los horarios de los entrenamientos no lo permitían, se reunían en la sala de juntas de Sarrià. Incluso en las concentraciones seguían memorizando y dando rienda suelta a la obra, hasta el punto de que se llamaban por los nombres de sus personajes.

Fernando Molinos, ideólogo de la función, posa entre libros en aquella etapa.
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Fernando Molinos, ideólogo de la función, posa entre libros en aquella etapa.

Televisada en horario de máxima audiencia

También reservaron algunos papeles para las parejas de los futbolistas que se atrevieran a participar. Porque había que echarle valor, ya que por muy ‘amateur’ que fuera la experiencia, iba a ser emitida en directo por TV3. A las 22:30 del 14 de mayo de 1984. Es decir, en horario de máxima audiencia.

Pero, por si todo esto no fuera suficiente aliciente, a los jugadores del Espanyol se les ocurrió un gancho insuperable: darle un papel a Maradona. A la estrella mundial y, no lo olvidemos, del eterno rival, el Barcelona. Lejos de convertirse en un imposible, y dada la vertiente solidaria de la obra (otras fuentes apuntan a que también guardaba relación con la productora que montó la emisión televisiva), el ‘Pelusa’ aceptó.

Maradona tuvo un papel breve, de apenas dos minutos en escena. Pero Ali Fafez, que así se llamaba el personaje que le tocó interpretar, un árabe cascarrabias que odiaba el cristianismo y se enamoraba de una bailarina llamada Azofaifa, despertó las carcajadas del auditorio.

Diego Armando Maradona, con la camiseta del Barcelona, que no volvería a vestir tras aquella noche.
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Diego Armando Maradona, con la camiseta del Barcelona, que no volvería a vestir tras aquella noche.DIARIO AS

De Jordi Pujol al nieto del autor

Y eso que el público a priori no era fácil. En platea observaba uno de los nietos del propio autor, Muñoz Seca. Y también el entonces president de la Generalitat de Catalunya, Jordi Pujol, junto a su esposa, Marta Ferrusola. Entre 2.000 y 3.000 pesetas se pagaron por butaca en un Teatro Martínez Soria (antes Talía) del Paralelo barcelonés que se llenó a rebosar.

Tremendo fue el éxito de Molinos, Azkargorta, N’Kono, Mauri, Job, Orejuela, Zúñiga,  Giménez, ‘Tintín’ Márquez, Palanca, el portero Miquel Durán como don Mendo, el doctor Oliveras o el jefe de prensa, Segura Palomares, actores por un día, quienes junto a Maradona recaudaron tres millones de pesetas para los niños del Hospital Sant Joan de Déu.

Dada la repercusión del singular evento, se especuló con la posibilidad de hacer una gira por teatros catalanes, que nunca llegó a buen puerto. Como tampoco volvería Maradona, que nueve días antes había participado en la violenta ‘batalla del Bernabéu’, en la final de la Copa del Rey entre Barcelona y Athletic Club, el que acabaría siendo su último partido como azulgrana antes de partir hacia Nápoles. Es decir, que su último servicio en la Ciudad Condal sería el de Ali-Fafez. Puro teatro.

El cartel de la obra, con todos los actores.
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El cartel de la obra, con todos los actores.