Manu Hernando, de fichaje sospechoso a indiscutible
Llegó en enero tras jugar solo tres partidos en Segunda B con el Castilla en la primera vuelta y ahora es la clave del cambio de sistema de José Luis Oltra
'¿El Racing ficha al último suplente del décimo clasificado de un grupo de Segunda B?' Esa era la pregunta que corría por los ambientes racinguistas cuando se conoció a principios de enero la cesión de Manu Hernando, central del Castilla, al Racing. Pronto se supo que al jugador palentino, de 21 años, le une una gran relación de amistad con Luca Zidane, con el que fue subiendo en el escalafón de Valdebebas desde infantiles, y muchos ataron cabos: llega por enchufe. Craso error. Solo tardó tres partidos el castellano en tapar bocas.
Manu Hernando, que solo había jugado en tres partidos con Raúl González Blanco, entrenador castillista, y no había disputado un solo minuto desde el 6 de octubre, tuvo que estar dos semanas en La Albericia afinando su puesta a punto y, tras dos partidos en el banco, sin debutar, frente a Depor y Las Palmas, tuvo su primera oportunidad en el Ramón de Carranza, donde saltó el campo a los 18' para cubrir el hueco dejado por Olaortua, expulsado unos minutos antes. Cumplió.
Las dudas se acrecentaron en su estreno en El Sardinero, ante el Alcorcón, en el que los nervios le pudieron. Falló en la primera jugada y ya no dio pie con bolo hasta que Cristóbal le sustituyó en el descanso. Lejos de hundirse, Manu se vino arriba a partir del siguiente partido, con la llegada de José Luis Oltra al banquillo. Con él lo ha jugado todo. Y bien. Cada día mejor. Cinco partidos con el valenciano, cinco partidos completos del palentino. A su condición de indiscutible en la defensa, Manu añadió el gol de la sentencia en Soria, el último partido antes del parón, al rematar magníficamente de cabeza un saque de esquina.
Siendo importante la mejoría de su rendimiento personal, lo más trascendente de la aportación de Hernando al nuevo Racing que va dibujando José Luis Oltra es que ha permitido al valenciano implementar en el campo el plan de juego que traía en la cabeza cuando fichó por el Racing: jugar con una línea de tres en defensa. Con Figueras de eje indiscutible de la cobertura, Oltra buscaba dos complementos rápidos y fiables a sus costados. Sin ellos no se atrevía a cambiar el 4-2-3-1 y cuando Manu Hernando dio el paso adelante, el técnico asumió el reto: le cambió de perfil y le colocó a la izquierda de Figueras, acoplando a Buñuel como central diestro. Y, clic, encajaron las piezas. Si el Racing vuelve con tres centrales, que volverá, Manu Hernando será indiscutible y si, por las cosas del fútbol, se vuelve a la defensa de cuatro, Manu Hernando será indiscutible. Junto a Jordi Figueras, que es todavía más indiscutible. Ya nadie se pregunta de quién es amigo Manu Hernando, ahora la pregunta que se hace el racinguismo es: '¿Cómo Raúl no sabía ver el jugador que es Manu Hernando?'