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VALENCIA

Valencia: La Liga que narraron

AS se traslada al 5 de mayo de 2002, el día que el Valencia ganó la Liga 31 años después, y lo hace a través de reflexiones de periodistas radiofónicos que vivieron aquella fiesta ché.

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Valencia: La Liga que narraron

AS se traslada al 5 de mayo de 2002, el día en el que el Valencia ganó en Málaga la Liga 31 años después. Lo hace a través de reflexiones de seis periodistas radiofónicos que narraron y vivieron en primera persona aquel éxito del equipo de Rafa Benítez, el primero de sus tres títulos. Damiá Vidagany, Nacho Cotino, Fran Guaita, Manolo Montalt, Rafa Villarrejo y Eduardo Esteve relatan sus experiencias personales y profesionales en estos artículos.

Damià Vidagany: "Subirats apostó con lucidez por Benítez"

Tras un verano de vaivenes sociales, con consejeros tratando de firmar entrenadores, Subirats tomó el mando y apostó con lucidez por Benítez. Desde la pretemporada en Holanda, el Valencia mostró un crecimiento táctico y arrancó con chispa venciendo al Real Madrid, pero se atrancó hasta enero. No fue una primera vuelta fácil, era una roca de equipo, pero le costaba mucho ganar y marcar. Aguantó asido al precipicio por la fortaleza del triángulo Cañizares, Albelda y Ayala, imperiales. Hasta que llegó la celebérrima remontada en el gélido Montjuich con goles de Rufete, el mejor fichaje del año.

El salto de calidad fue la entrada, como un ciclón pleno de calidad de Baraja, la pieza que otorgó excelencia al engranaje. La segunda vuelta fue un recital de poderío físico y convicción. Rafa controlaba el equipo, la estructura y también el entorno, en aquella época sin redes sociales, él lanzaba sus mensajes través de algunos periodistas con los que tenía más feeling, con el objetivo motivar a la plantilla a través de estímulos externos. Su capacidad de trabajo era inaudita, con su cercanía y discurso certero se ganó a los medios, que le protegieron hasta en las horas más duras. En el vestuario extenuaba a los jugadores, pero todos dieron su mejor versión siempre con él.

Aquel club campeón estaba dirigido por ejecutivos valencianos: Manuel Llorente y Jaime Ortí respaldaron a Rafa en el momento dificultad., con otros directivos cuestionándolo. Como anécdota, el discurso Benítez en la Rosaleda, sereno y pleno de cariño a empleados y gente anónima, sin revanchismo, es uno de mis mejores recuerdos en el fútbol. No todo el mundo es capaz de reconocer la valía de tantos pequeños esfuerzos en una enorme gesta colectiva. La cena de campeones del Club, despedida del gran Anglomà, con los medios reflejó la unión entre la institución y la sociedad. La celebración bajo la lluvia, con el resbalón de Ayala - el único que le he visto- y la plantilla haciendo aquaplanning en Mestalla, inolvidable porsiempre".

Damià Vidagany (VII Sports Premium Consulting). En 2002 trabajaba en Ràdio 9.

Los periodistas David Torres, Víctor Oñate, Sergio Aspas, Damiá Vidagany y Miguel Ángel Vara, con el título de Liga de 2002.
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Los periodistas David Torres, Víctor Oñate, Sergio Aspas, Damiá Vidagany y Miguel Ángel Vara, con el título de Liga de 2002.

Eduardo Esteve: "Siempre recordaré lo que le dijo Ortí a Rita Barberá"

"No estuve en Málaga. Me tocó quedarme en Valencia a cubrir para Onda Cero cómo lo vivían los aficionados que no habían tenido la suerte de viajar para vivir ese momento histórico. Recuerdo que elegí un bar lo más céntrico posible. Era cuestión de estrategia. Si se conseguía aquel título la Plaza del Ayuntamiento se llenaría y yo ya estaría allí para poder contarlo.

Durante el partido pensé en mi padre. En su ausencia. Él me había contado la Liga de 1971, esa que yo no había visto. Me llenaba de tristeza que se hubiera marchado tan pronto como para no poder ver a su hijo contando en la radio y, claro que sí, celebrando que ese equipo del que había hecho que se enamorara era campeón de liga después de treinta y un años. Una tristeza que se convirtió en alegría cuando Ayala marcaba el primero y en tranquilidad y celebración desmesurada cuando Fabio, con suspense incluido, hacia el segundo.

Lo que pasó después nunca lo olvidaré. Con el titulo en la mano me dirigí al balcón del Ayuntamiento. La plaza estaba ya a rebosar. Me dieron paso desde Madrid y conseguí poner al teléfono a la Alcaldesa de Valencia Rita Barberá. Agustín Castellote dirigía aquel Radioestadio ante la ausencia desde hacia unos meses de José María García. Mi jefe, Nacho Cotino, desde Málaga puso al presidente Jaime Ortí. Se cruzaron. Presidente y Alcaldesa juntos. La radio hizo la magia. Rita le decía a Jaume: "Jaime, la plaza es impresionante, la emoción me ha dejado sin voz…" A lo que Jaume contestaba: "La plaza y tú, y ese balcón que has estado toda la semana fregándolo…".

Eduardo Esteve (Onda Cero)

Rafa Benítez y Eduardo Esteve.
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Rafa Benítez y Eduardo Esteve.

Fran Guaita: "Hijo, ya somos campeones"

El primer flash que me viene a la cabeza es la cantidad de aficionados del Valencia que atestaban las áreas de servicio. Fuimos en coche y la ruta hasta Málaga se pintó de naranja la madrugada y la mañana del 5 de mayo. Del partido, además del sufrimiento inicial porque Darío Silva tuvo alguna, me queda el poso de tranquilidad absoluta después del 0-1. Cuando marcó Ayala, todos sentimos que el equipo iba a ser campeón.

Me sucedió algo curioso en plena celebración del gol. Estaba sentado justo detrás del banquillo del Valencia. Cuando Fabián se dirige a los suplentes pidiendo calma -sobre todo al Kily- con ese gesto inmortal tuve la impresión que se dirigía a mí. A todos los que estábamos en esa zona nos pasó lo mismo. La locura del momento...

En el instante que pitó Pérez Burrull recuerdo llamar a mi padre a casa y romper a llorar al escucharle decir "hijo, ya somos campeones". Llevábamos décadas esperando una noche así. Con ese título aniquilamos muchos fantasmas del pasado.

Fran Guaita (Cadena SER)

Fran Guaita.
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Fran Guaita.

Manolo Montalt: "La plantilla había aprendido de los golpes de París y Milán"

"El día en que Rafa Benítez habló de ganar títulos con el Valencia, a 24 horas de jugar en Monjuic y con su cabeza pendiente de un hilo, a la gran mayoría nos pareció que Rafa "se había sobrado"; nada más lejos de la realidad.

Posiblemente aquella plantilla (con mayoría de futbolistas presentes en las dos finales perdidas de Champions) se encontraron en el momento perfecto de ambas carreras. Rafa sabía que esta era su oportunidad, y la plantilla tenía ganas de hacer algo grande tras las finales perdidas y había aprendido de aquellos golpes.

Rafa supo amoldarse y pasar de un once que pasaba por dos de sus fichajes (Salva y De los Santos) a un equipo que volaba con Angulo arriba y Albelda de medio centro. Y por eso, a nivel profesional tenía claro que iba a poder contar una liga en la radio muchos años después. Porque aquella plantilla sabía que hay oportunidades que no se pueden dejar pasar. Y a nivel personal nunca olvidaré el abrazo de Jaume Ortí (qepd) al salir del vestuario el día de los dos goles de Baraja al Espanyol, “Manolín, ja le tenim” me dijo muy emocionado. Siete días después, la ciudad estalló de júbilo".

Manolo Montalt (CV Ràdio) En 2002 trabajaba en Ràdio 9.

Manolo Montalt, co la copa de campeón de Liga.
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Manolo Montalt, co la copa de campeón de Liga.

Nacho Cotino: "Benítez jugaba al límite en la distancia corta"

La trinchera informativa nos había brindado la oportunidad de vivir un época impactante en los últimos tiempos: la Copa de la Cartuja y las dos finales de Champions suponían un 'atracón' que, ni el más optimista, imaginaba que podría verse agrandado. Los periodistas valencianos habíamos 'bailado' en los salones más suntuosos del fútbol pero... lo mejor estaba por llegar.

Recuerdo un verano convulso tras la marcha de Héctor Cúper y un difícil equilibrio de fuerzas en el puente de mando. El intento de la vuelta de Luis Aragonés, los coqueteos con Marcelo Salas y la arriesgada apuesta de Subirats por Rafa Benítez abrían la puerta a una temporada plena de incógnitas pero, periodísticamente, apasionante.

Benítez se propuso crecer en el vestuario y en la calle desde una confianza en sí mismo asombrosa: jugaba al límite en la distancia corta con sus jugadores, con los directivos y con la prensa asumiendo un riesgo tan excesivo a veces como contagioso casi siempre y... ganó. Tras una larga charla con él en Ermelo (Holanda) caminando desde el campo de entrenamiento hasta el hotel - tres o cuatro kilómetros- me quedó claro que la temporada era o... puerta grande o enfermería y momentos hubo, en la temporada, en los que se anduvo más cerca de la segunda que de la primera: inolvidable la noche de Novelda y el 'deadline' de Montjuic pero... mucho más inolvidable aquel sprint final de temporada glorioso en el que el equipo era una apisonadora y que, quienes viajábamos con ellos a todas partes, tuvimos la inmensa suerte de respirar muy de cerca.

Recuerdo, como si fuera ayer, la última concentración en Málaga en la que Rafa me tuvo hora y media de reloj en un rellano del hotel tratando de 'venderme' un fichaje que quería hacer para la temporada siguiente y el Club le estaba poniendo pegas. Benítez es así: faltaban tres horas para ganar una liga pero él estaba en lo que estaba porque sabía que el trabajo ya estaba hecho.

Recuerdo, como si fuera ayer, el preciso instante en el que el gran Jaume Ortí le decía -desde mi micrófono- a Rita Barberá- que 'fuera limpiando el balcón del Ayuntamiento'. Recuerdo el abrazo que me dio el 'Pipo' cuando lo encerré en un cuartito de La Rosaleda para entrevistarlo sin empujones. Lo recuerdo todo como si lo estuviera viviendo ahora mismo porque... aunque han pasado muchos años, se que fui un privilegiado por vivirlo tan de cerca y porque, los que todavía estamos, se lo debemos a los que ya no están".

Nacho Cotino (La 8 Mediterráneo). En 2002 trabajaba en Onda Cero.

Rafa Benítez, con Nacho Cotino en una entrevista en Ràdio 9.
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Rafa Benítez, con Nacho Cotino en una entrevista en Ràdio 9.

Rafa Villarejo: "Nunca olvidaré el abrazo y las palabras de Aimar"

Paris y Milán nos dejaron un sabor amargo que necesitábamos sacarnos del cuerpo con alguna alegría. Por eso aquel viaje a la que luego se conocería como 'Tierra Santa' tenía unas vibraciones distintas a cualquier otro. Es cierto que el golazo de Baraja ante el Español que hizo retumbar Mestalla, nos había enseñado ya un trocito del trofeo.

Recuerdo llegar tres horas antes al Estadio. Un kilómetro antes de la Rosaleda, solo se veía el color naranja. Palpitaba una sensación de revancha de dos finales europeas, aunque este fuera otro torneo. Imperial Ayala desde el cielo dibujando el triunfo al que puso sello Fabio Aurelio.

En el éxtasis, nunca olvidaré el abrazo de Pablo Aimar y sus palabras: "Esta Liga también es tuya". Uno es crack, por cosas que lo distinguen mas allá del fútbol. Recuerdo el enjambre de aficionados sobre el césped y en el que de vez en cuando te aparecía un futbolista, o un abanico gigante con el enorme Jaime Ortí portándolo.

La fiesta fue en Benalmádena y allí nunca olvidaré subir a las habitaciones de los jugadores, en medio del fiestón. para que mi amigo Salva Ballesta me regalara una camiseta que guardo como reliquia. El destino nos brindó la oportunidad de vivir en primera línea, una etapa imborrable.

Rafa Villarejo (Cope).

Rafa Villarejo, con la camiseta que le regaló Salva Ballesta.
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Rafa Villarejo, con la camiseta que le regaló Salva Ballesta.