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LEGANÉS

Se cumplen 26 años de la remontada más rara del Leganés

El 30 de abril de 1994 los pepineros vencieron al Espanyol (entonces Español) por 2-1 en un partido que disputó de local en Getafe con público azulón animando a los pericos.

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Se cumplen 26 años de la remontada más rara del Leganés
Diario AS

Aquel 30 de abril de 1994 no era jueves. Era sábado y el Leganés jugaba en casa, aunque no en su casa. Los pepineros, dirigidos por Luis Ángel Duque (pónganse de pie) recibieron al Espanyol (entonces Español) de José Antonio Camacho (sigan de pie) no en su feudo, en el Luis Rodríguez de Miguel, sino en Getafe. El viejo estadio de Las Margaritas fue testigo de aquel duelo. La remontada más rara de los últimos tiempos en el Lega. Hoy se cumplen 26 años, justo en la que debería haber sido previa del desplazamiento madrileño a Cornellá. Les tocaba este fin de semana. La vida. El fútbol.

Faltaban tres jornadas para que se terminara ese campeonato de Segunda en el que el los blanquiazules madrileños se estrenaban en la categoría y los blanquiazules catalanes rebotaban de la categoría. A Primera, se entiende. Llegaron  los pericos ya ascendidos a la élite. No importó. "Camacho se trajo un equipazo", recuerda el propio Luis Ángel Duque. Sin papel en la mano, se sabe buena parte de la alineación rival en la que estaban Toni, Francisco o Roberto Fresnedoso como nombres más notables. Caviar vintage.

De local con público del Getafe

El caso es que el partido se tuvo que jugar en campo prestado porque al Lega le castigaron después de que, en el inicio de temporada, en Copa y ante el Poli Ejido, al árbitro no se le dejara salir de la caseta (sí, aquello sí era una caseta de las de verdad) del Municipal blanquiazul por una actuación desastrosa. Entonces lo de ver a eternos rivales cediéndose los campos cuando había cierre no era raro. Más si entre uno y otro hay sólo 5 kilómetros de distancia. También el Leganés le dejó su estadio en alguna ocasión al Getafe durante los 90.

Sucedió que el Leganés se desplazó hasta Las Margaritas, hasta Getafe, para jugarse la vida. En uno de los fondos, la hinchada del Lega. En la otra, la del Getafe. No es broma. Los ultras azulones se situaron en su hábitat natural en una concesión del club getafeño por ceder su hogar. La decisión terminó convirtiendo aquel espacio pequeño del recinto madrileño en un Sarria artificial. Casi in vitro. Jamás se cantaron los goles del Espanyol al sur de Madrid con tanta fuerza por aficionados que nunca se sintieron pericos. La vida. El fútbol.

El "rebote" de Camacho

"El partido lo retransmitió Telemadrid y nos lo pusieron en chino", recuerda Duque, que en su magnífica memoria tiene telegrafiadas las jugadas que sólo se pueden encontrar con tanta precisión en YouTube. "Nos pitaron un penalti que tiró Miguel Ángel y paró Toni", evoca antes de reconocer que los visitantes les perdonaron la vida. "El 0-1 lo marcó Lluis y luego pudieron hacer el 0-2, pero el delantero dejó muy corto el pase a su compañero y no consiguió rematar. Nos perdonaron... nos perdonaron", sigue recitando.

Y entonces apareció el héroe local que en Las Margaritas jugaba (aunque fuera de local) en territorio enemigo, pero que luego transformó aquella ciudad en la suya hasta ser héroe del Coliseum Alfonso Pérez. Vivar Dorado, canterano pepinero que una década después vistió de getafense hasta ser héroe de su ascenso a Primera, fue clave. Primero, con un saque de falta. Luego con un córner. Ambos, en el tramo final de partido, le dieron la victoria al Lega. Remontada vital para la salvación. "El primero lo marcó Luis Ricardo en el 85' y un minuto después marcó Juanma después de que Antonio hiciera pantalla dentro del área. Ahora esas cosas no te las dejan hacer, pero entonces sí", se carcajea Duque.

Fueron 60 segundos de locura que cabrearon a Camacho ("No veas qué rebote se pilló porque nos perdonaron") y casi dieron la salvación a un Leganés que, en la siguiente jornada, empató contra el Mérida (1-1) y, ya en la última ante el Hércules, mantuvo la categoría tras ganar por 2-0. Un triunfo redentor que de nada habría servido de no ser por aquella tarde de sábado en Getafe, cuando el Leganés protagonizó la remontada más rara de su historia reciente jugando de local en la casa de su eterno enemigo.