La portería a cero mejoró con la llegada de Rubén Baraja

Si no se encaja, se puntúa. Ese es un concepto irrefutable en el mundo del fútbol. Tan viejo como el deporte mismo y que muchos entrenadores priorizan: evitar sufrir en su portería y a partir de ahí mirar para adelante. En el caso del Tenerife, la estadística le ampara ya que es uno de los equipos que menos veces ha encajado: once. Lo curioso es que de ese total, en seis lo hizo desde la llegada de Rubén Baraja.

Es más, antes del parón por el Coronavirus, los blanquiazules habían encontrado cierta regularidad defensiva ya que en las últimas cuatro jornadas solo habían sufrido un gol (ante el Real Oviedo en el Carlos Tartiere). Fue esa una de las razones que le permitió al Tenerife escalar y alejarse de la zona de descenso.

Salvo el Zaragoza (quien lidera este dato con 13 partidos invicto), Sporting y Almería (12), los de Baraja están en el pelotón de equipos de mayor seguridad (Málaga y Lugo le empatan). Muy diferente, por ejemplo, es lo que le sucede al Oviedo, quien solo ha sido capaz de no encajar en cuatro partidos (dos de ellos, curiosamente, ante los tinerfeños).

La nómina de encuentros en los que los blanquiazules acabaron con su marco a cero empezó en la cuarta jornada en el derbi ante Las Palmas (0-0) y continuó contra el Albacete (0-4), Mirandés (0-0) y Huesca (0-0), todos ellos con López Garai en el banquillo. Sesé Rivero, entrenador interino, logró mantenerse imbatido en Gijón (0-2).

Ya con Rubén Baraja en el banquillo, el arco se quedó en cero en su segundo partido (ante Alcorcón, 0-0), después ante el Girona (1-0) y Las Palmas (0-0) ambos con Dani Hernández, Rayo Vallecano (0-0), Elche (1-0) y Ponferradina (1-0) ya con Adrián Ortolá de nuevo.

En cuanto a los goles encajados, el balance de los insulares no es malo y que en 31 jornadas ha recibido 36 (está en la medianía de la tabla en esta estadística). El 4-0 que le endosó la Ponferradina en El Toralín en la tercera jornada es el resultado más abultado cosechado hasta el momento.