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REAL SOCIEDAD

Zaldua: "Esperamos volver pronto a la normalidad"

El lateral donostiarra se muestra optimista con la posibilidad de volver a entrenar con la Real Sociedad en Zubieta y poder completar la temporada.

Zaldua, en un partido con la Real Sociedad.
AMAIA ZABALODIARIO AS

Joseba Zaldua ha repasado la actualidad de la Real Sociedad con ayuda de dos de sus ex compañeros en el equipo txuri-urdin. En una charla virtual informal con sus ex compañeros Alberto De la Bella (Las Palmas) y Javi Ros (Zaragoza), el lateral derecho donostiarra ha querido mostrarse optimista sobre la posibilidad de que vuelva el fútbol en medio de esta crisis del coronavirus. "Estamos esperando a que nos den alguna noticia para ver si podemos empezar a ir por grupos, después de que se liara un poquito hace unas semanas, porque la Real tenía intención de ir poco a poco, dividiendo en tres jugadores por campo, sin entrar a ningún vestuario, ir y correr un poco, cada uno en su coche y sin tener en contacto con nadie. Pero al final tenemos que tener un poco de conciencia, no es un situación fácil para nadie, y a ver si podemos volver enseguida a la normalidad, eso esperamos y queremos todos". Su amigo De la Bella no lo ve tan claro. "Pues a mí, a día de hoy, me parece una locura, impensable, volver incluso a entrenar. No te digo ya jugar, viajar o tener que hospedarte en un hotel”, señala el catalán, cuyo recuerdo en Donostia es imborrable, hasta el punto de que volverá a vivir a la capital gipuzkoana cuando deje el fútbol. De momento, está en Las Palmas.

Lo curioso de la charla sobre este asunto llega cuando Javi Ros reconoce que él sí está acudiendo a la ciudad deportiva del Zaragoza. "Al estar lesionado se me permite ir a la Ciudad Deportiva para recuperarme, nos han dado un permiso. Somos cuatro lesionados, tenemos un fisioterapeuta y un vestuario para cada uno y vamos a diferentes horas”. Zaldua responde con la preparación que sigue en su domiclio en San Sebastián. "Nos han traído una bici, una cinta, pesas, de todo y me he montado mini-gimnasio en el garaje. Tenemos una rutina mañana y tarde y entre eso, sacar al perro y que le estamos dando a la cocina, el día se pasa bien”.

Como no podía ser de otra forma, el vacile es la tónica dominante de la conversación entre tres amigos que coincidieron en la Real en la temporada en las que la Real logró la clasificación para jugar la Champions. Ros reconoce que sigue a la Real muy de cerca desde Zaragoza. “Estoy disfrutando una barbaridad viendo al equipo tan joven pero tan maduro…”. “Muchas veces yo he sido el más viejo en el campo con 27 años, estábamos en el mejor momento, sabías que ibas a ganar sí o sí”, responde Zaldua, con cierta nostalgia de lo que podía haber sido y no está siendo. Por supuesto, la figura de Imanol Alguacil aparece en la conversación. A los tres les ha entrenado el oriotarra y sus ya famosos abrazos. “Da unas hostias el cabrón... Da igual el partido que sea, en el Bernabéu o contra el colista, el partido lo plantea igual y juegue quien juegue no se nota”. De la Bella lo confirma. "Es verdad. Con él es imposible no salir motivado”, rememora De la Bella.

Ahora Zaldua espera en regresar a la Champions League de la mano de Imanol. "Se me quedó la pena de no jugar la Champions con vosotros en la 13/14. Debuté contra el Celta en noviembre y entre semana jugábamos contra el Shakhtar. Como acabé tieso, me dijo el doctor que si jugaba contra el Shakhtar no iba a aguantar ni quince minutos. Y luego, en 2017, cuando nos metimos en la Europa League, me fue cedido al Leganés. Este año espero conseguir jugar por fin en Europa con la Real”. Ros sí pudo jugar aquella Champions de 2014. “Recuerdo que cuando íbamos a jugar en Leverkussen había un atasco enorme. Todos estábamos nerviosos porque no llegábamos y Mikel González puso ‘Ska-P’ a tope y todos nos pusimos a cantar”, recuerda. Y Alberto De la Bella termina haciendo un reproche simpático a sus ex compañeros. “Ahora que no estamos se ponen las pilas y se meten en una final”, reprocha el catalán. "Son las chuletas del aita", responde sonriente el donostiarra como clave para llegar a esa final de Copa histórica que todavía no tiene fecha por culpa de la pandemia global del coronavirus.