Danilo Avelar: de poner a Raúl como suplente en la PlayStation a hacerse 'inseparables'
El jugador del Corinthians relató en la ESPN cómo pasó de no gustarle Raúl en el videojuego por ser "lento" a idolatrarle cuando compartieron vestuario en Alemania.
Danilo Avelar (30 años) puede dar fe de que la vida da muchas vueltas. El hoy jugador del Corinthians pasó de jugar de niño a la PlayStation con el Real Madrid de los Galácticos y sentar continuamente a Raúl en el banquillo, a ser compañero del eterno ‘7’ en el Schalke en 2011, con 22 años. Esta trayectoria que bien podría ser el argumento de una película de sobremesa, la relató el protagonista en la ESPN. “Cuando yo jugaba a la Play nunca ponía a Raúl como titular. Pensaba que era muy lento. No me gustaba y no lo usaba”, comenzó diciendo el brasileño, que tuvo que esperar alrededor de diez años para comprobar en persona cómo la tecnología, en ocasiones, no hace justicia a la realidad.
En enero 2011, Avelar llegó al Schalke cedido del Karpaty Lviv ucranio. Era la primera temporada de Raúl en Gelsenkirchen, pero ya era un icono de la ciudad y del equipo. Figura idolatrada en el club minero, que impactó al brasileño en el primer entrenamiento: “Y lo vi en el campo... pensé que era un fenómeno (risas). Uno de los mejores que he visto en mi vida. Era muy inteligente, tenía una calidad impresionante".
Su relación no se limitó al césped. Ambos ‘hicieron migas’ fuera de él. Los dos estudiaban alemán y eran compañeros de clase. “Tomábamos clases de alemán tres veces a la semana. Él pasaba por mi casa para recogerme y llevarme a la escuela. Y en esos encuentros nos ‘picábamos’. Si yo llegaba tarde, él me decía: ‘El brasileño se retrasa’. Yo le respondía: 'Jugaba con el Real Madrid en la Play y te ponía en el banquillo porque eres demasiado lento. Ahora te estás burlando de mí'. Nos reíamos mucho de eso", hizo público Avelar.
La experiencia de Avelar en el Schalke junto a Raúl sólo duró seis meses. La cesión finalizó y volvió a Ucrania. Los recuerdos que guarda el brasileño de su estancia en Gelsenkirchen junto al eterno capitán del Madrid son inmejorables: “Fue una experiencia muy buena. Y fue muy bueno jugar con Raúl. Un tipo muy tranquilo y con una familia muy agradable. Es muy educado y disponible. Me aconsejaba en los partidos. Yo tenía solo 22 años, mientras que él ya tenía una gran experiencia”. Juntos ganaron una Copa alemana y se hicieron casi inseparables.