La historia no acompaña al Girona en el camino al ascenso
Si el equipo repitiera el resultado más común ante los rivales que le quedan por jugar, no ascendería
Ocho derrotas, un empate y dos victorias. Ese es el balance que sumaría el Girona si se diera el resultado histórico más común ante los rivales que le quedan por jugar hasta la conclusión del campeonato. Un balance, de siete puntos, que evidentemente no le alcanzaría al Girona para ascender, pero que tampoco tiene porqué repetirse: El de Montilivi es hoy un equipo muy distinto del que ascendió a la categoría de plata en 2008.
Con once partidos por disputar (si se acaban disputando) el Girona solo tiene el balance histórico favorable con dos de ellos: el Lugo y el Alcorcón. Curiosamente dos rivales ante los que se medirá en las últimas tres jornadas de Liga. El ‘problema’ es que al margen del Numancia (con el que han perdido las mismas veces que han ganado) todos los demás duelos históricos están perdidos. Y la mayoría de ellos no de forma ajustada. Las Palmas, Elche, Racing de Santander, Málaga, Zaragoza, Sporting, Almería y Cádiz han ganado sistemáticamente a los catalanes cuando se han enfrentado a ellos. Solo el Almería, sin embargo, ha privado a los catalanes de una victoria: son el único equipo al que aún no han derrotado nunca. Y eso que se han enfrentado en once ocasiones.
Este balance histórico, negativo, ofrece una perspectiva histórica interesante al hablar del Girona. Los veteranos del club, en la grada y en los despachos, son plenamente consciente que el equipo ha disputado tan solo 12 temporadas en el fútbol profesional y que la mayor parte de su historia ha sido un club modesto que ha jugado entre Segunda B y Tercera. Y esos resultados, modestos, se trasladaron a Segunda División. Hasta la llegada de Machín (con la excepción de la temporada 2012-13 con Rubi al mando) el Girona peleó siempre por mantener la categoría, algunos años de forma agónica