El Espanyol femenino se apoderó del RCDE Stadium
No fue un sueño el Espanyol-Atlético de hace un año ni el récord de asistencia en Cataluña, aunque este curso no han vuelto a jugar como les prometieron.
Parece de otro mundo. Para empezar, había fútbol. 20.615 espectadores se reunían en el RCDE Stadium un Lunes de Pascua, antes de que padrinos y padrinas entregasen la Mona a sus ahijados. Y el partido, que se jugó a las once de la mañana precisamente para facilitar las posteriores celebraciones familiares, era del primer equipo. Pero el femenino. Sucedió, y encima solo ha pasado un año, el 22 de abril de 2019.
Supo el Espanyol reparar un agravio histórico con un conjunto que a lo largo de su historia había conquistado seis Copas de la Reina y una Liga, y que en esta ocasión llegaba afortunadamente salvado (gracias a los 15 puntos en ocho jornadas desde el aterrizaje de Salvador Jaspe) para disfrutar de una jornada única, frente a un Atlético de Madrid que se jugaba el liderato. Ni siquiera el solitario gol de Ángela Sosa en el minuto 31, que valió los tres puntos para las rojiblancas ante un Espanyol que pudo empatar en los instantes finales con una doble ocasión de Eli del Estal y Berta Pujadas, empañó la fiesta.
Con el récord de asistencia en Cataluña para un partido femenino de fútbol en el bolsillo, superando los 12.178 que ostentaba el Mini Estadi, las jugadoras lo celebraron dando la vuelta de honor al estadio e incluso fundiéndose en cánticos con la Penya Juvenil, excepcionalmente ubicada esa matinal lluviosa y de viento tras la portería del Gol Prat.
Solo un día más tarde, el 23 de abril en el ‘stand’ habilitado por el Espanyol en esa fiesta multitudinaria que siempre fue Sant Jordi, el director general corporativo perico realizaba una promesa. “Anuncio que la próxima temporada habrá dos partidos en el RCDE Stadium, uno en cada vuelta”, proclamaba Roger Guasch. Nunca se cumplió, en parte por las circunstancias de un equipo al filo del que sería su primer descenso. Guasch tampoco está, un año después. No cabe duda de que aquél era otro mundo.