La lucha de los Sandoval contra el Covid-19 desde los fogones

El Covid-19 está dejando un sinfín de relatos, que aportan algo de luz a toda la oscuridad que la pandemia ha extendido. Historias de solidaridad, de amor y de valentía. Y con todos esos ingredientes, se ha fraguado, como si de una receta de la alta cocina que antes practicaban en su restaurante Coque, la historia de los Sandoval durante esta crisis.

Mario, Diego y Rafael Sandoval, hermanos del entrenador del Fuenlabrada José Ramón Sandoval, decidieron mirar al virus a la cara y enfrentarse a él como mejor saben hacer, cocinando. Bajo la tutela de Mario, chef galardonado con dos estrellas Michelín, sus otros dos hermanos, junto a un amplio número de voluntarios, cocinan menús diarios para más de treinta familias en una situación delicada.

Todo empezó, como para la gran mayoría, con la instauración del Estado de Alarma el 14 de marzo. En ese momento, los tres hermanos sintieron la necesidad de ayudar a la ciudad de Madrid desde sus fogones. “Teníamos claro que no hacer nada no era una opción. Escribimos una carta al ayuntamiento ofreciéndonos a servir comida a sanitarios, policías, lo que fuese. Tres días después, el alcalde nos agradeció el gesto y la iniciativa se puso en marcha”, afirmó Mario Sandoval a este periódico. Desde ese momento, ya sabían que todo su ayuda iría destinada al colegio Ramón Valle Inclán del barrio de San Blas.

Sin embargo, para que este amparo no fuera algo testimonial había que construir una cadena de trabajo sólida y eficaz: “Hemos pasado de ser un restaurante de alta cocina a una factoría de ‘comida de campamento. Los medios los teníamos, la mayoría de proveedores se han portado de bandera donando sus productos y sólo faltaba poner el trabajo’”. Mario, chef de Coque; Diego, director de sala, y Rafael, director de bodegas, cargan con todo el peso culinario y, pese a ser la tercera generación de los Sandoval dedicada a la hostelería, la tarea es titánica: “Es una labor muy dura y si no la hiciéramos como un equipo, sería casi imposible. Mis hermanos, aunque siempre han estado vinculados a la cocina, son especialistas en otros aspectos, pero están siendo unos compañeros de cocina magníficos”. Un trivote para frenar el coronavirus que haría las delicias de su hermano entrenador.

Cada lunes y jueves salen de Coque más de 1.300 raciones para cubrir las necesidades alimenticias de los más vulnerables de este centro escolar: “El reparto de comida se hace los lunes y los jueves, pero el trabajo es diario. Esos días, los voluntarios llevan la comida al colegio y allí se reparte a quien lo necesite del centro”. Cómo si de un mal sueño se tratase, el número de familias que requieren de esta ayuda aumentó. “Al principio eran sólo 30 familias. Ahora sabemos que son muchas más”, afirmó Mario. De esta manera, cada miembro de estas familias puede comer todos los días un guiso de patatas, unas lentejas un plato de pasta o una ensalada.

Ampliar

Y, ¿dónde se encuentran las fuerzas para ayudar cada día? Mario lo tiene claro: “Algunas semanas también repartimos la comida y cuándo ves la felicidad y la tranquilidad en la cara de esos padres todo merece la pena”. Además, los más pequeños de estas familias, confinados en sus casas, también agradecen el esfuerzo de los hermanos Sandoval. “El otro día me entregaron un dibujo que una de estas pequeñas a las que ayudamos nos hizo como forma de agradecimiento. Eso vale un mundo. Eso te da fuerzas para abrir cada día y seguir luchando”, reconoció el cocinero.

Sólo una cosa piden estos hermanos y va dirigida al Gobiero. “Pedimos algo de información, un plan por muy precario que sea para la hostelería. Ahora mismo vamos a ciegas respecto a cuándo vamos a abrir y si habrá aforo, necesitamos organizarnos y esto no se puede hacer de la noche a la mañana”, declaró.

Ésta es una historia más de las que, por suerte, copan los telediarios todos los días. Luz en el oscuridad y solidaridad en el dolor. Ésta es la historia de la familia Sandoval, una familia que se puso el delantal y el gorro de cocinero para luchar contra el Coronavirus. Una familia de héroes con mandil.