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Asier Arranz: "En comparación con muchos países, la situación en Chipre es tranquila"

El segoviano, que milita en Alki Orokloni de la segunda chipriota, recuerda desde el confinamiento sus dos etapas en el Real Valladolid.

ValladolidActualizado a
Asier Arranz: "En comparación con muchos países, la situación en Chipre es tranquila"

El Real Valladolid de los récords tuvo muchos padres; gente que en mayor o menor medida aportó su granito de arena en el camino hacia la historia. El jugador más joven de aquel equipo, Asier Arranz, vivió en primera persona aquellos grandes momentos. Casi 14 años después de aquel hito, pasa esta crisis sanitaria con su mujer y su hijo en Chipre, a donde se trasladaron en el pasado mercado invernal, cuando fichó por el Alki Orokloni, de la segunda categoría chipriota.

Desde su confinamiento, cuenta las diferencias con respecto a la situación de España. "En comparación con muchos países, la situación aquí es tranquila; hay en torno a 750 afectados y la cifra de muertos es muy baja. Nos dejan salir una vez al día, tenemos que avisar a la policía a través de un sms y tienes un tiempo determinado para actividades esenciales", narra.

Entre las actividades permitidas está el "salir a hacer ejercicio", algo a lo que aún no ha recurrido el segoviano, que cuenta con "una terraza medianamente espaciosa" y puede hacer sus ejercicios en el garaje. "Tengo fijados los entrenamientos que hago semanalmente; los preparo con la ayuda de varios amigos, entreno seis días y el domingo suelo descansar", indica.

Y cuando no entrena, ocupa el tiempo con su familia, por las mañanas, intentando que su hijo haga cosas del ámbito escolar, y por las tardes, otras más lúdicas, además de dichos entrenamientos. "Son actividades sobre todo para que el niño se entretenga, en español y en inglés, además de otras con mi mujer. Estar fuera de tu país es complicado, pero tengo la suerte de poder estar con ellos y así se lleva un poquito mejor", continúa Asier.

Con todo, volver a España no fue una opción que valorase, toda vez que firmó por su equipo por un año y medio, hasta junio de 2021, algo que le da "más tranquilidad que si solo fuera hasta el final de la temporada". Muchos clubes en Chipre ofrecieron a sus jugadores extranjeros desvincularse, "y podría haber sido una alternativa", pero ni lo pensó, confirma.

Mientras sigue las medidas de confinamiento y se ejercita individualmente, aguarda a ver qué sucede con los ocho partidos que quedan y espera el acuerdo entre gobierno, federación y asociación de futbolistas para reducir una parte de los salarios restantes hasta final de temporada. "Todas las partes tenemos que poner nuestro granito de arena para poder paliar la situación grave que van a vivir los clubes", considera Arranz.

De Los Anexos a Oroklini

Asier Arranz llegó a Los Anexos con 15 años y abandonó el Pucela con 22. Desde entonces se convirtió en todo un trotamundos del fútbol modesto español, hasta que concretó en enero su salida de la Gimnástica Segoviana en dirección a Oroklini, Chipre. "Era una opción que había barajado otras veces; siempre me ha llamado la atención de poder vivir una experiencia en otro fútbol. Cuando me llegó la propuesta nos llenó a todos. Para mi hijo es una buena oportunidad para practicas inglés, mi mujer quería vivir una experiencia fuera de España, yo quería sentirme competitivo en otro lado y conocer otro fútbol", reconoce el canterano, para quien pesó también la posibilidad de firmar por año y medio y no moverse "para cuatro meses".

Entre todo el trasiego previo, vivió recientemente una segunda etapa en Los Anexos, haciendo prácticas con el Promesas de Rubén Albés y Toni Madrigal, a las que accedió al terminar sus estudios de INEF y gracias a su buena relación con Raúl Zarzuela y Julio Hernando. Aquello reforzó su idea de querer seguir dedicándose al mundo del fútbol cuando cuelgue las botas. "Me trataron fenomenal y me sirvió de mucho. Todo lo que sea formarme, y más en el club en el que me hice como persona, es positivo. Estoy muy agradecido de haber podido formar parte de un cuerpo técnico tan profesional y de compartir vivencias con muchos jugadores que aspiran a jugar o que ya están en Primera o Segunda División", arguye Arranz.

Con el tiempo, el segoviano ha ido retrasando su posición del extremo al lateral derecho, al más puro estilo Jesús Navas. Hacia el Real Valladolid solo tiene "palabras de agradecimiento", puesto que si ha "podido hacer una carrera" es gracias al club, considera. Fue quemando etapas hasta llegar al primer equipo, experiencia de la que tiene gratos recuerdos. "Poder vivir un ascenso en mi primer año, siendo partícipe en muchos partidos, la rúa y la Plaza Mayor llena" son algunos de los más positivos, vividos junto a mucha gente con la que mantiene contacto habitual, como Marcos, Víctor o Borja, con quienes mantiene "muy buena amistad" y departe en Los Anexos siempre que puede. Ahora eso tendrá que esperar, pero volverá a hacerlo, seguro: siempre que el fútbol se lo permite, es fácil verle en Zorrilla o siguiendo "las hornadas que van saliendo" del Promesas o del resto de equipos de la cantera.