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REAL MADRID

Un Camavinga muy Casemiro

En pleno debate sobre si el francés puede ser el Madrid más un reemplazo para el brasileño o un nuevo Pogba, su dato de entradas le ensalza como pivote.

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Un Camavinga muy Casemiro

Eduardo Camavinga (17 años) es uno de los nombres en mayúsculas en la dirección deportiva del Real Madrid para este verano. Gusta en el club, avalado por los informes de Juni Calafat y su equipo, y Zidane, que no se olvida de Pogba, le ha dado el visto bueno. Hay, al hilo de ello, cierto debate sobre dónde encajaría mejor el jugador del Rennes, si como sustituto de Casemiro o como una especie de Pogba. Es lo que tienen las etiquetas y la casi necesidad de encasillar.

Lo cierto es que Camavinga, como ha demostrado esta temporada en Francia, se puede adaptar a ambos perfiles. No le incomoda nada el balón, al contrario, y como volante, con mayor recorrido, consigue explotar sus condiciones. Pero esas mismas cualidades le valen para hacer de ancla. Un dato lo corrobora, el que le dibuja más Casemiro: es el único centrocampista de las cinco grandes ligas que ha intentado más de 100 entradas, con un éxito de cerca del 61%.

De hecho, el franco-angoleño ya sabe lo que es jugar en la posición del pivote del Real Madrid. A principios de curso, Julien Stephan disponía una defensa de tres centrales, en un sistema donde Camavinga se sintió más arropado y actuaba como único medio en la salida de balón. En esa posición de 5 realizó una de las exhibiciones del año, ante el PSG, asistiendo en el definitivo 2-1 de Hunou y consagrándose definitivamente en el fútbol francés. Pese a que desde entonces muchos han relacionado a Camavinga como un interior de recorrido, ha acumulado grandes noches como pivote. Se podría decir incluso que es mejor defensivamente hablando que con la pelota, y eso que destacada en esta última faceta en la Ligue 1.

Hace menos faltas y recibe más que Casemiro

Camavinga ha sido un poco Casemiro y un poco Pogba en esta 2019-20. En un 4-4-2, empezó con más exigencias defensivas aunque sin desentenderse de la construcción. Pero con la llegada de Nzonzi, en enero, dio un paso adelante, y no metafóricamente hablando. El refuerzo del ex de Sevilla o Roma fue una invitación para el objetivo del Madrid a descolgarse y aumentar su presencia en zonas que hasta entonces, por su responsabilidad atrás, le eran más restringidas.

El Rennes utiliza actualmente un 4-4-2 (el Madrid, normalmente, un 4-3-3) y, aunque Camavinga goza ahora de más libertad en la divisoria, se ha desempeñado en un doble pivote, no como volante natural, guardando mucho la posición en repliegue y aprovechando su poderosa conducción para romper líneas y organizar con balón. Es, por ello, la primera vía para sacar la pelota, con Nzonzi a la altura de los centrales para que los laterales den profundidad por fuera.

Hasta el parón por el coronavirus, Camavinga había registrado en total 105 entradas en Ligue 1, con un 60,95% de éxito. Por calibrar los datos, los de Casemiro en la Liga son similares: 83 tackles, con un 66,27% de ellos ganados. Además, el francés, por ejemplo, hace menos faltas (48-64) y recibe más (59-40) que el brasileño. Su acople al rol del '14', condicionado por su aclimatación a su nueva realidad (no es lo mismo la Ligue 1 que el Bernabéu...) si se cierra el fichaje, parece muy viable.