Calavera: "Es un año ilusionante, ojalá cumplamos el objetivo"
El jugador cedido por el Eibar confesó ser feliz en el Girona y espera que se vuelva a la normalidad cuanto antes. El Covid-19 le ha obligado a aplazar su boda.
Jordi Calavera es positivo y trata de trasladar su alegría al vestuario del Girona. Está cedido hasta el final de la presente temporada por el Eibar y pese a que no está contando con los minutos deseados (solo suma 239' en Liga), no esconde que “aquí estoy muy bien, a gusto, y me siento querido por los compañeros”. En verano, cuando tuvo la oportunidad de vestir de rojiblanco no dudó y explicó sus motivos: “Me motivó mucho el proyecto, que es muy bonito, los jugadores que hay y el objetivo de volver a Primera. Es un año muy ilusionante y aunque está siendo difícil para todo el mundo, ojalá podamos cumplir el objetivo y devolver al club y a la ciudad donde se merecen, que no debería haber bajado”.
Calavera ha sido el protagonista este martes del directo que realiza el Girona por Instagram y destacó la importancia de llevar una dieta equilibrada. “Mi alimentación es sana e intento hacer comidas rebuscadas. Ahora le puedo dedicar más tiempo a la cocina y es un hobby. Me gusta, me relaja, y puedo estar horas y horas en la cocina”, explicó para después desvelar que cada vez come menos carne y que es muy organizado en cuanto a sus rutinas de trabajo: “Entreno mucho porque quiero, cuando tenga que volver a competir, estar lo mejor preparado posible”. El vestuario gerundense afronta su quinta semana de confinamiento y actualmente se le está haciendo duro: “Al principio se me hizo fácil porque quieras o no te pones una meta en la cabeza. Pero ahora llevo dos o tres días más complicados porque queremos entrenar, volver a la rutina…”. El coronavirus, además de no permitirle jugar al fútbol, ha provocado que tenga que aplazar sus planes de boda. “La hemos tenido que dejar para el año que viene. Cosas que pasan. Mejor celebrarlo cuando esté todo más tranquilo”, dijo.
Tras ello, habló de con quién se lleva mejor dentro del vestuario y tras desvelar que “me relaciono con todo el mundo”, sus mejores amigos son “Granell, Ignasi Miquel (coincidieron en el Lugo) y Gumbau”. Por último, habló de su carrera futbolística. Tras jugar cuando era muy pequeño en el Pla de Santamaría y Valls dio el salto al Nàstic. En la entidad grana estuvo ocho años y fue el club que le dio la oportunidad de debutar como profesional. Su salida no fue la mejor porque “decidí no renovar después de que me llegaran propuestas de Primera. Salí un poco mal del Nàstic, pero cada uno defendía sus intereses. No guardo rencor a nadie. Allí me dieron mucho”. Entre todas las ofertas que tuvo optó por la del Eibar, pero nunca ha acabado de hacerse un hueco. Encadenó cesiones en el Lugo y Sporting y, además las lesiones tampoco le dejaron brillar en la entidad armera. Aun así, la temporada 2018-19 logró cumplir su sueño de debutar en Primera, fue en un partido contra el Betis, y vio algo de luz después de “un año nefasto”. Ahora está cedido en el Girona y espera que se reanude la competición para recuperar su rutina y demostrar su fútbol.
