Ojeadores sin nada que ojear
Los espías del Real Madrid se han quedado sin torneos de Semana Santa ni ligas en las que descubrir talentos. El coronavirus frena 'La Fábrica'. Así trabajan los scouts blancos sin fútbol...
Semana Santa ha sido siempre un hervidero tradicional de campeonatos de fútbol base. Un caladero en el que los ojeadores de los grandes clubes, incluido el Real Madrid, aprovechan para hacer informes, descubrir chavales y estar al tanto de qué nuevo talento asoma la cabeza. Un tramo que coincide con el final de temporada, época fértil en movimientos de cantera que este año no serán. El COVID-19 lo ha paralizado todo y sus efectos han dejado sin trabajo a una parte imprescindible de La Fábrica, los ojeadores.
“El club intenta tradicionalmente tener hechos los deberes para finales de diciembre, ya hay fichajes concretados y se han hecho pruebas a jugadores interesantes en Valdebebas durante el invierno, pero siempre hay que estar atento a la parte final de la temporada”, explica a AS un ojeador de la entidad blanca. Un trabajo, el suyo, escasamente remunerado (la mayoría no se puede dedicar a ello a tiempo completo) y que algunos han compatibilizado con labores que van desde ser funcionarios públicos a entrenadores de porteros. Más que en lo económico, que también, la incertidumbre es el futuro. “El club nos tranquiliza, pero es imposible saber qué pasará, esta temporada está perdida”. Los únicos que realmente tienen su puesto asegurado son los altos cargos de la cantera. Ramón Martínez, el jefe de la La Fábrica, David Fernández, Coordinador de Captación y hombre fuerte desde 2017 cuando se le fichó del Espanyol, Alfredo Merino (jefe de ojeadores) y algunos responsables de zona de peso, como el exfutbolista Chucho Solana (jefe de la zona centro).
El Madrid está dotando mientras dura el parón por el COVID-19 a los ojeadores regionales de tareas alternativas para aprovechar sus conocimientos. Una herramienta es WyScout, un potente software con mucho material de otras Ligas europeas más difíciles de seguir (Holanda, Grecia, Turquía…), a la búsqueda de perfiles concretos de jugadores. También analizan el amplísimo catálogo de videos del club blanco, especialmente en RMTV, que graba todas las jornadas un mínimo de cinco partidos de las categorías inferiores en Valdebebas. Esto lo hace también, por ejemplo, el Valencia. Se les ha mandado a los scouts que trabajan fuera de la Comunidad Valenciana los vídeos de los canteranos ches para que den su opinión. Una especie de auditoría improvisada.
Es una profesión sufrida, la del ojeador de a pie. Por la cantidad de recomendaciones que se quedan por el camino y por el propio día a día. “Salía a las ocho de la mañana del sábado y desayunaba en un campo antes de un partido, veía partidos y a veces tenía que comer un bocadillo en un bar del propio polideportivo para no perderme un partido a primera hora de la tarde… el domingo igual y así todos los fines de semana, empezaba en Tarragona y acababa en Girona”, explica Manolo Romero, un veterano exojeador del Madrid durante dos décadas en Cataluña. Su cabezonería fue la que llevó a Mariano a Valdebebas contra la reticencia inicial de la entidad, que realmente fue a Barcelona a ver otra promesa, Sergio Cortés. Un ojeador de los de libreta, bolígrafo en mano y mucho olfato.
Distribuidos por los cuatro puntos cardinales...
Son puestos, además, en constante rotación. Se fueron hombres fuertes en regiones importantes, como Arkaitz Mota (dejó el Madrid por la academia catarí Aspire) en el País Vasco y Carlos Paniza, una institución en las Islas Baleares y descubridor de Marco Asensio, que se marchó al Mallorca. Se sostienen a sueldo del Madrid, eso sí, veteranísimos como Antonio Galán, un enorme conocedor del fútbol andaluz y en especial del cordobés, y Sixto Alfonso, atento a la siempre prolífica cantera canaria (descubrió a Jesé). Hay espías en los cuatro puntos cardinales. La cantera gallega la controla Pablo Fernández y la asturiana, pese a estar copada por el Sporting y el Oviedo, la vigila de cerca Juan Carlos Rodríguez ‘Sardín’. En la zona centro, bajo el mando de Solana, pasan informes Mario Seguido y el exfutbolista de la entidad Santi Aragón…
Están sobre el terreno, convertidos en el primer eslabón de la cadena (son los que alertan al club antes de que Merino viaje a ver al posible fichaje) y aunque ahora por culpa del parón de todo el fútbol base nacional no puedan ojear talento, son una pieza imprescindible para el Real Madrid y La Fábrica. Manolo Romero así lo cree: “Hoy en día hay aplicaciones informáticas con muchos datos y los agentes tienen mucho peso, pero al final el talento… el talento lo ven dos ojos”.