Los ecos del (Real) Madrid FC
En el 89 aniversario de la II República, AS indaga sobre el Real Madrid en clave republicana: un presidente que no lo fue, la leyenda negra franquista, la peña 'roja' y el juicio a una camiseta…
El controvertido éxito de la no menos polémica historiadora María Elvira Roca Barea ha vuelto a extraer como petróleo ideológico el fenómeno de la leyenda negra española. En el mundo del fútbol patrio, no ha habido ni probablemente habrá leyenda negra más extendida aún hoy que la de considerar al Real Madrid ‘el equipo de Franco’. La historia enseña que aquel Madrid Foot-ball Club (el nombre del club tras la caída de Alfonso XIII, sin Real en el título ni corona en el escudo y con una franja morada en el mismo) estuvo estrechamente ligado a la II República que este martes celebra su 89 aniversario y, de hecho, floreció a la par. Un periodo que en clave madridista dejó casi en el olvido al republicano Rafael Sánchez-Guerra, dirigente visionario que anticipó lo que traería Bernabéu, mientras ha rescatado recientemente la discutida figura del coronel Antonio Ortega, apartado de la lista oficial de dieciocho presidentes que han gobernado la nave madridista. Una era republicana con su cuota de nostálgicos, también, aunque no la hayan vivido.
AS ha intentado pintar un retrato de entonces a hoy, de qué pasó realmente en el club aquellos años que precedieron a la cantinela de ser ‘el equipo del Régimen’ y sus ramificaciones (el caso Di Stéfano, Guruceta...) hasta la actualidad, de una peña madridista ‘roja’ que se quedó en embrión hace nueve años a una camiseta de diseño republicano ahora en venta que homenajea aquel Madrid FC (el Real 'se cayó' obviamente con II República)… y que escoció a los dirigentes del actual Real Madrid.
La discutida ‘presidencia’ del coronel comunista
En la web del club, en el listado de presidentes de la entidad, hay un llamativo hueco entre Rafael Sánchez-Guerra, último dirigente antes de la contienda civil (1936), y Adolfo Meléndez, que tomó las riendas tras el fin de la misma (1939). Un enigmático y poco aclarado vacío que se ha intentado llenar con la figura del coronel Antonio Ortega, que habría dirigido de facto la entidad durante ocho meses y como tal fue presentado en alguna de las escasas entrevistas de la época. ¿Olvido u omisión intencionada? El periodista Julián García-Candau (autor del libro El Deporte en la Guerra Civil, 2007) encendió la llama hace dos años en la revista Sàpiens y de manera lapidaria: “Le excluyeron, simplemente, por comunista”.
"La historia del ocultamiento del coronel Ortega se generó desde Barcelona para alimentar la leyenda negra del Madrid como club 'facha', es falaz"
El coronel Ortega fue indiscutiblemente comunista… ¿pero también presidente del Madrid FC? “No, soy de izquierdas y no tengo ninguna duda al respecto de que jurídicamente no lo fue”, responde categóricamente Ángel Bahamonde, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Carlos III de Madrid y erudito madridista. Suya es la obra de referencia (El Real Madrid en la historia de España, 2002) que aborda la historia del club desde el ámbito de un historiador. “Es una historia, la del ocultamiento del coronel Ortega, alimentada desde Barcelona para generar el relato de que el Madrid es un club facha, es falaz”. Rebate con datos (“El Madrid cesó sus actividades en octubre de 1936”, por lo tanto no habría posibilidad de que Ortega fuera presidente en 1937) y un trasfondo político. “En julio de 1936, el Partido Comunista mira con codicia el campo de Chamartín del Madrid y la CNT también desea el del Barça, Les Corts, por eso los dos clubes son incautados por sus respectivos socios del Frente Popular, para evitar males mayores”, explica. “Fueron esos socios, no la República, los que incautaron el Madrid, y fue la única forma de salvar el patrimonio del club”.
La icónica pero relativamente poco conocida imagen de un once del Real Madrid, puño en alto, entra en la discusión. “Es anterior a Ortega, Madrid está asediada desde noviembre de 1936, y el club deja en la práctica de existir”, continúa. “Fue un año después cuando no se sabe cómo, los comunistas organizan un tejemaneje para quedarse con la utilización del campo de Chamartín para sus actos de propaganda y lo hacen aparentando que el coronel Ortega es el presidente de un club… que ya no existe en absoluto. Hernández Coronado (secretario general del Madrid FC) había escondido el archivo de la entidad y al susodicho coronel Ortega no le votó ningún socio…”.
El último partido real del aquel Madrid Foot-ball Club, a finales de octubre de 1936, es anterior al coronel Ortega. “Luego hay partidillos, pero de unidades militares, no del Madrid FC”. “El último presidente legal del Madrid para el profesor Bahamonde es Sánchez-Guerra, visionario (tuvo la idea que luego continuó Bernabéu de construir un estadio para 70.000 personas) y de peripecia vital única. Tras dejar la presidencia blanca fue oficial del ejército republicano y le condenaron tras la Guerra a cadena perpetua. Logró por un extraño vericueto que le sometieran a libertad vigilada y tras huir de España fue ministro sin cartera del primer Gobierno de la República en el exilio…
“¿Eso es propio de un club franquista?”, se pregunta el profesor Bahamonde. “La realidad es que tras la Guerra Civil, Franco odiaba Madrid porque era un feudo tradicional de la izquierda y mandó a su cuñadísimo Serrano Súñer a ‘desrrepublicanizar’ la ciudad a través del fútbol creando un equipo llamado Ejército Nacional que englobase al Madrid FC y el Atlético. El Madrid FC se negó a perder su identidad, el Atlético sí cedió y pasó a ser el Atlético Aviación y mientras el Barça se hinchó a ganar títulos durante los años cuarenta…”.
Un periodo, el republicano e incluso antes de él, donde el Madrid copió y trajo a España los modelos de organización deportiva más avanzados de la época (se viajó a Inglaterra estudiar al Manchester United) y conquistó títulos (dos Ligas y dos Copas), pero que la propia entidad “no ha sabido vender”. “Prácticamente en el club no tienen documentos anteriores a 1939, todo aquel archivo que intentó salvar Hernández Coronado”, revela Bahamonde. “Quizá por eso se ha instaurado algo así como Santiago Bernabéu año cero, como si todo hubiera empezado en él, y no es así, hay una historia anterior muy rica que no se debe olvidar”.
El diputado que quiso reivindicar la franja morada
El estereotipo de que el Madrid es un club de derechas lo ha intentado combatir, desde la trinchera, Hugo Martínez Abarca. Hoy diputado en la Asamblea de Madrid por Más Madrid, hace nueve años miembro del pequeño grupo de socios madridistas que intentó levantar desde cero la primera peña republicana madridista. El nombre no llevaba a engaño: ‘La Franja Morada’. No recuerda por qué no fraguó, pero sí qué buscaban. “No se trataba de decir que el Madrid es un club de izquierdas, era reivindicar que el Madrid puede y debe ser de todos”. Un argumento reforzado desde la resistencia. “Queríamos ser también un contrapeso al sector ultra, los Ultrasur, que por desgracia eran la imagen visible de los aficionados madridistas para el imaginario colectivo”.
"Todavía me preguntan '¿Qué hace un rojo como tú siendo del Madrid?'..."
Si algo propugna Martínez Abarca, es ese sesgo inclusivo de un club popular propio, por cierto, de aquella II República. “El fútbol debería ser más festivo”, reflexiona, “habría que desencabronarlo”. Porque los prejuicios ideológicos contra los madridistas le persiguen incluso hasta su escaño. “A veces me preguntan ‘¿Qué hace un rojo como tú siendo del Madrid?’ y me toca reírme”, admite. “Es algo que debería estar ya superado. Valdano y Cappa, también Del Bosque… generaron la salida del armario de que podías ser de izquierdas, leer libros y que además te gustase el fútbol…”.
La camiseta republicana que fue a juicio
La falta de cintura de la entidad con parte de su historia ha llegado hasta nuestros días. Ahí está el partido que jugó (y perdió) contra la marca de ropa 198. En 2017 surgió, casi como una extensión de la camiseta alternativa de la Selección española en versión republicana que hizo multiventas Pablo Iglesias, la camiseta republicana del Madrid. Una elástica blanca nívea y de corte moderno pero con la tricolor en el cuello. El escudo, obvio, sin corona. “A los pocos días de lanzarla nos llegó una denuncia del Real Madrid, la Policía requisó las camisetas y yo tuve que ir a juicio enfrentándome a tres años y medio de prisión por un delito contra la propiedad industrial”, resume Eduardo Garrido, uno de los propietarios de 198, marca con diseños abiertamente de izquierdas. “Uno de nuestros socios es muy madridista y se nos ocurrió esa camiseta como un homenaje a aquel Madrid, como si la hubiera hecho ahora otro club que mantuviera esa lealtad a su historia, a la historia de la ciudad y el país”. Así se lo explicaron al juez. “No suplantaba al Madrid ni inducía a equívoco aunque al club le escociera, pero el juez nos dio la razón, también cuando apelaron”.
El Madrid consiguió que la camiseta pasase de ser un objeto casi underground a alcanzar un cierto plano mediático. Puro efecto Streissand. “Vendimos bastantes”, concuerda Garrido, que no ha dejado de mantener existencias de su creación. “Ganamos a Florentino por 2-0 y con lo que costó, hay que seguir fabricándola”. Y en su web está, por 29,95 euros, junto a la camiseta partisana del Livorno con guiño a Lucarelli, la que rinde tributo a la selección de Palestina y la equipación oficial del rebelde St. Pauli alemán, el club abiertamente de izquierdas más famoso del planeta.
Ecos pasados y presentes del aquel Real Madrid que convivió con la II República y que aún es añorado, discutido y olvidado, no siempre a partes iguales.