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REAL MADRID

Efeméride: Madrid-Wolfsburgo, donde todo volvió a arrancar

Se cumplen cuatro años de la remontada del conjunto blanco frente al cuadro alemán. Ese fue el comienzo de una etapa formidable en la que los blancos ganaron tres Champions seguidas

Madrid
Cristiano corre a celebrar uno de los tres goles que le marcó al Wolfsburgo.

El principio de todo. Se cumplen cuatro años de la remontada madridista sobre el Wolfsburgo en cuartos de final de la campaña 2015-16. Tras haber superado al Roma en octavos, en la que es la primera eliminatoria europea de Zidane como técnico madridista, los blancos quedaron emparejados con el equipo que patrocina la marca automovilística Volkswagen. Los madridistas viajaron muy confiados a la ciudad del norte de Alemania tras haber ganado (1-2) al Barcelona en el Camp Nou apenas unos días antes. Pero en el Volkswagen Arena se produjo una terrible debacle: los blancos cayeron (2-0), pero peor fue la imagen que ofrecieron. Después de haber caído (2-0) en tierras alemanas, la hazaña se antojaba complicada pero no imposible. A primera vista, parecía una tarea fácil y asumible para un equipo como el Real Madrid, pero cabe recordar que sin esa formidable actuación de Cristiano Ronaldo, el Madrid no contaría con una Champions de más, que daba paso a poder disputar una Supercopa de Europa más y un Mundial de Clubes más. Esa noche del 12 de abril de 2016, el estadio Santiago Bernabéu volvió a rugir como en los antiguos partidos de Copa de Europa. Con esa mezcla de grada, jugadores, corazón, casta, los blancos superaron a los alemanes.

Ya el día anterior, en la previa, Zidane había aconsejado a los suyos: “Hay que tener mucha cabeza porque el partido no lo vamos a ganar en 10 o 15 minutos. Es verdad que se puede complicar si nos meten gol, pero puede pasar. Lo que tenemos que hacer es estar concentrados desde el minuto uno hasta el final. A los jugadores no hay que decirles mucho. Saben lo que tenemos delante y lo que tenemos que hacer. Lo que más me preocupaba era ver la cara de los jugadores y ellos están muy concentrados”. Y de ellos sobresalía uno. Viendo las imágenes previas a subirse al autobús que los iba a llevar al coliseo madridista, el gesto serio, imperturbable, pétreo de Cristiano Ronaldo delataba la tensión palpable con la que acudía el portugués a la cita europea.

Y Zidane casi se equivoca. Los blancos empataron la eliminatoria en apenas tres minutos: en los minutos 16 y 18, Cristiano igualó el resultado adverso cosechado en Alemania: el primero, al rematar un centro cruzado de Carvajal, al que unos lentísimos Dante y Naldo, centrales del cuadro germano, no supieron defender. El segundo, con un picado remate de cabeza a la salida de un córner que Diego Benaglio, el meta suizo del equipo rival, no atajó.

Ahí se abrió un desierto de nervios, tensión, ataques y contragolpes, en donde los dos guardametas se erigieron en los héroes momentáneos de la situación. Pero Cristiano no quería irse de esa manera. Modric forzó una falta cerca del área teutona. Quedaban 14 minutos para el final del encuentro. El lanzador, Cristiano, se lo pensó: en vez de tirar a romper, buscó la colocación. El balón encontró un hueco en la muralla formada por los jugadores visitantes y se convirtió en el tercer y definitivo tanto de los blancos. Remontada resuelta. Las gradas se volvían locas de jolgorio, mientras los jugadores, extenuados, se dejaban caer sobre el césped. Ellos no lo sabían. Acababan de realizar una proeza. Pero esa proeza se transformaría en un ciclo sin parangón con tres títulos de Champions consecutivas, algo que hasta la fecha nadie había realizado. Tan sólo el Madrid de las Cinco Copas de Europa (1956-1960), el Ajax (1971-73) y el Bayern Múnich (1974-1976) habían conseguido en el Siglo XX.

Una hora después de acabar el encuentro, Cristiano salió a la zona de prensa para atender a los medios. Justo en la misma zona se encontraba el meta rival. Ambos se miraron, se saludaron, se fundieron en un abrazo, mientras Benaglio le musitaba algo al oído. Mientras, Cristiano jugueteaba con el balón den encuentro firmado por todos sus compañeros