La auditoría señala al Barça: la tarifa estaba fuera de mercado y las facturas se trocearon
El diario ‘Sport’ tuvo acceso a las primeras conclusiones de la auditoría interna de PWC donde recoge varias situaciones conflictivas y denunciables sobre la empresa I3 Ventures.
Pese a que todavía no se ha completado la auditoría que encargó el Barcelona a Price Waterhouse Cooper (PWC) para investigar el cobro y financiación de la empresa I3 Ventures y su relación con las cuentas falsas que se utilizaron para atacar a jugadores de la actual plantilla y entorno crítico a la junta, el diario Sport ha tenido acceso a las primeras conclusiones donde el club blaugrana no sale precisamente bien parado.
Para empezar, la auditoría reconoce que el coste pagado por el club por el trabajo de I3 Ventures es a todas luces “fuera del mercado”: consideran que el precio medio estaría entre 120.000 a 150.000 euros, muy por debajo de los 980.000 euros que se abonaron.
Asimismo, PWC dedica un apartado para poner en duda el “prestigio” de la empresa contratada por el Barcelona para realizar una monitorización de las redes sociales. Y aún más destaca que su sede esté en Uruguay, cuando hay empresas españolas con mayor prestigio y capacidad para llevar esta empresa.
La auditoría demuestra que la factura fue troceada “en cinco partes” para evitar que pasara el control del Comité de Adjudicaciones del club -las facturas por debajo de 200.000 euros no necesitan pasar por este órgano de control-, hecho que denunció públicamente el vicepresidente Emili Rousaud para explicar el motivo de su dimisión, además de denunciar que alguien había “metido mano en la caja”.
Y por último, PWC señala que los contratos que firmó el Barcelona con esta empresa procedían de cinco empresas diferentes, todas ellas vinculadas a I3 Ventures, quedando bien palpable el objetivo de desviar la atención con pagos fraccionados y a clientes diferentes.
Así pues, parece evidente que al presidente Josep Maria Bartomeu se le acumulará tabajo durante estos días de confinamiento. Y no sólo porque tendrá que incluir a algún directivo a la junta tras la marcha en bloque se seis miembros de la directiva sino que además tendrá que cumplir con su promesas de depurar responsabilidades, una vez que la auditoría reconoce una serie de hechos denunciables y poco éticos.