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REAL VALLADOLID

"Mágico González era tan bueno como Maradona o Messi"

El salvadoreño jugó media temporada en el conjunto blanquivioleta, donde disputó nueve duelos ligueros y uno de la Copa de la Liga, el 11 de abril de 1985.

Valladolid
Mágico González jugó media temporada con el Real Valladolid y debutó ante el Real Madrid. En la foto de Valdano.
AS

Cuando se habla de Mágico González, el imaginario colectivo se desplaza a la Tacita de Plata, a Cádiz, donde permaneció ocho temporadas. Sin embargo, en la tercera (28 goles en las dos campañas anteriores), cuando los andaluces permanecían en Segunda, un acuerdo entre los presidentes del Cádiz y del Real Valladolid, Manuel Irigoyen y Gonzalo Gonzalo, respectivamente, acabó con el salvadoreño en Zorrilla a mitad de temporada. Su falta de actitud para entrenar ya empezaba a crear problemas en Cádiz y la sobriedad vallisoletana se veía como una opción para encarrilar a un “jugador increíble” como lo define Fernando Redondo, el que fue entrenador suyo en el conjunto pucelano.

Es cierto que Mágico, que debutó con los vallisoletanos el 13 de enero ante el Real Madrid en Zorrilla, jugó nueve partidos de Liga con los blanquivioletas, en los que apenas anotó dos goles, pero el salvadoreño también jugó un partido de la Copa de la Liga, el 11 de abril de 1985, hoy hace 35 años. El Real Valladolid defendía el título conquistado la temporada anterior y en primera ronda se enfrentó al equipo malagueño del Antequerano. Los pucelanos vencieron por un contundente 8-0 en el partido de ida y el último gol lo consiguió Mágico González en el minuto 89. Ya entonces era tan brillante como poco esforzado, su vida dispersa le provocaba continuas lesiones, tirones, que obligaron a Redondo a prescindir de él en los partidos que le quedaban por delante a los pucelanos, tres de Copa de la Liga y dos de Liga, en los que los vallisoletanos tuvieron que pelear hasta la última jornada por salvarse. El Antequerano, club que desapareció en 1992 y militaba en Segunda B, fue, por tanto, el último equipo al que le marcó, y contra el que jugó, Mágico con la blanquivioleta.

Fernando Redondo lo tiene claro: “Era tan bueno como Maradona, entonces, o Messi, ahora” ya que “era técnicamente perfecto, una visión, desequilibrio y entendimiento del juego único, eliminaba rivales con regates únicos y definía con perfección ante la portería contraria tanto en los partidos como en los entrenamientos. Verle jugar era un escándalo. Era capaz de ser de los más rápidos o de los que más aguante tenía, pero… no quería”. Y es que el entrenador intentó “picarle, provocarle, empujarle a mejorar, intentando más convencerle que vencerle. Le decía que Dios le había dado un don maravilloso, esa genialidad para jugar al fútbol” a lo que el salvadoreño contestaba: “Cada uno es como es. Yo soy como soy”… “entonces se encogía de hombros y se marchaba” explica Redondo que reconoce que “siempre me pregunto si pude hacer más para sacarle más a este genio del fútbol”.

La genialidad de Mágico González era tal, para lo bueno y lo malo, que su técnico recuerda dos anécdotas. La primera fue en el duelo de La Condomina en Murcia, el único partido que ganaron los pucelanos con Mágico. El salvadoreño hizo una jugada maravillosa, con un control exquisito, yéndose de cuantos rivales le salían al paso y batiendo a Mora, que había jugado muchos años en el Barça. El público local lo aplaudió, como pasó en La Romareda en otro partido. Tras celebrar el gol y recuperarse, me mira y me pide el cambio. Era el minuto nueve de partido. Aguantó hasta el 26 y tuve que quitarle”. La segunda anécdota se refiere al partido ante el Barcelona. Redondo tenía dudas de si ponerle o no. El salvadoreño, finalmente, fue titular y jugó un buen partido: “Marcó un gol y falló un penalti por el cansancio en el minuto 87”, explica el exentreandor. Perdieron los pucelanos 1-2.

Después de esta media temporada en Valladolid, Mágico volvió al Cádiz, que volvió a ascender a Primera División, y disputó cinco campañas más, en las que jugó 117 encuentros y 27 goles.