Homenaje a Antic, técnico del doblete y de los tres grandes
Homenaje a Antic, técnico del doblete y de los tres grandes

'IN MEMORIAM'

Homenaje a Antic, técnico del doblete y de los tres grandes

El serbio es el único técnico que ha dirigido a los tres clubes más grandes de nuestro fútbol e hizo historia con el Atlético de Madrid al conseguir Liga y Copa en 1996 y al no evitar el descenso a Segunda División en el 2000.

Radomir Antic ha fallecido a los 71 años, después de complicaciones por la pancreatitis que sufría desde hace tiempo. El serbio será recordado por su paso por LaLiga, especialmente como el entrenador que logró el doblete con el Atlético de Madrid. Antic además entrenó a los otros dos grandes del fútbol español, Real Madrid y Barcelona. Pero fue en el Atlético donde hizo historia y consiguió Liga y Copa en 1996. El serbio es el cuarto entrenador que más partidos ha dirigido al Atlético con 189 partidos en cinco temporadas divididas en tres períodos. Antic, de carácter afable, con una sonrisa perenne y con un marcado acento serbio, se ganó el cariño del Calderón que le cantaba "Radomir, te quiero".

Cuando le fichamos, queríamos un entrenador consistente, duradero y que nos diera paz. Encontramos a la persona ideal. Nos queda su recuerdo, sus títulos, su forma de ser y de comportarse

Enrique Cerezo

Había nacido en Zitiste, Serbia, en 1948. Comenzó su carrera como jugador en el Sloboda Uzice antes de recalar en el Partizan de Belgrado con el que ganó una liga yugoslava. De allí dio el salto al Fenerbahçe alzando una Liga turca. Su carrera en España comenzó en 1978 con el Zaragoza y dos años después se fue a jugar al Luton Town inglés, equipo en el que colgó las botas como jugador en 1984 después de 17 temporadas como futbolista.

Como técnico comenzó su trayectoria en el banquillo del Partizán de Belgrado en 1985. En sus tres temporadas logró dos ligas. Tras haber jugador con el Zaragoza en 1978 regresó como entrenador al equipo aragonés diez años más tarde dejando al equipo quinto clasificado. En 1990 le llegaría la oportunidad de entrenar al Real Madrid, que le llamó en la primavera de 1991 para dirigir al equipo en sustitución de Di Stéfano. Allí le pasó algo también inesperado para un técnico: fue despedido... cuando el equipo iba líder. "Me echaron por la presión, porque decían que no jugábamos bien. Mendoza tomó al decisión", recordaba en una reciente entrevista a AS.

Nos ha dejado Antic, un hombre que dignificó la profesión de futbolista, historia de nuestro Atleti, campeón y leyenda rojiblanca

Fernando Torres

Antic entrenó al Oviedo dos temporadas y media entre 1992 y 1995 antes de llegar al Atlético de Madrid. Jesús Gil lo reclutó tras el susto del curso anterior, la 94-95, en el que los rojiblancos pelearon por evitar el descenso a Segunda hasta la última jornada. El serbio escribió con letras de oro en la historia del club rojiblanco al proclamarse campeón de Liga y Copa del Rey en la misma temporada 1995/1996. Antic construyó un equipo de leyenda con Molina en la portería, la seguridad defensiva de Solazábal y Santi Denia, un centro del campo con el liderazgo de Diego Pablo Simeone, la calidad de Caminero y Vizcaíno, los centro de Pantic, el gran descubrimiento de Antic y uno de los ídolos rojiblanos, y los goles en la delantera de Kiko Y Penev. Tras acabar su primera etapa en 1998 volvió un año después para salvar al Atleti del descenso, un objetivo para el que volvería a ser contratado en 2000 y que no logró. Antic fue cesado al acabar esa temporada. Su vuelta al Oviedo tampoco fue positiva al descender el equipo a Segunda.

En total, Antic dirigió al Atlético durante 189 partidos. "Con la pérdida de Radomir se nos va un pedacito del corazón del club", ha afirmado Miguel Ángel Gil, consejero delegado del Atlético. La bandera del club en el Wanda Metropolitano ondeó en señal de duelo a media asta durante 24 horas.

Hiciste más grande al @Atleti, hiciste más grande nuestra rivalidad. Adiós a una trayectoria única: ATM, FCB y RM, entre otros.

Sergio Ramos

También fue llamado para el rescate en el Barça, en la 2002-03 tras la destitución de van Gaal en la jornada 20. Cogió al equipo 15º a tres puntos del descenso, con Puyol, Xavi, De Boer, Mendieta, Riquelme, Kluivert, Saviola... en el equipo. Los azulgrana escalaron en la tabla para acabar colándose sextos, con billete a la UEFA. La llegada de Laporta le apartó del banquillo a pesar de haber cumplido con el cometido.

Antic continuó su trayectoria en los banquillos del Celta, de la selección Serbia a la que llevó al Mundial de Sudáfrica 2010 y tras el que fue cesado, y de Shandong Luneng en 2013 y Hebei Zhonghji en 2015. En su trayectoria como entrenador en España llegó a dirigir un total de 495 partidos con un saldo de 214 triunfos, 128 empates y 153 derrotas.

Radomir Antic también deja un gran recuerdo por su carisma en la sala de prensa y como comentarista en "Carrusel Deportivo" de la Cadena SER y después en "Tiempo de Juego" de la COPE.

Pantic fue su gran descubrimiento

Milinko Pantic fue el gran descubrimiento de Radomir Antic en el Atlético. Nadie sabía nada de él pero Antic apostó fuerte por su fichaje. Sole jugaba en el Panionios y era un gran desconocido para el fútbol europeo. Antic convenció a los dirigentes del club madrileño para que lo trajeran. Incluso estaba dispuesto a poner parte de lo que costó su fichaje, unos 75 millones de pesetas (unos 450.000 euros). Finalmente Pantic, con 29 años, llegó al Atlético. Y en tres años se convirtió en una leyenda del club, tras ganar Liga y Copa.

Pantic fue el cerebro de un equipo que acabó jugando a las mil maravillas y se conocía a la perfección todos los mecanismos del juego. El serbio se convirtió en un especialista en jugadas a balón parado. Un córner o una falta al borde del área era sinónimo de peligro, ocasión clara de gol, porque en el golpeo estaba Sole Pantic. Marcó goles de todos los colores en lanzamientos de falta e hizo el 1-0 que le dio el título copero en la final de Zaragoza. Lo hizo de cabeza, lo que le valió que Jesús Gil le hiciera un busto.

Tras tres años Pantic se marchó del Atlético, una decisión que consideró siempre errónea. Pantic protagonizó otro partido para la historia, un choque copero en el que el Atlético perdió 5-4 en el Camp Nou ante el Barcelona y donde anotó los cuatro goles. Se ganó el cariño de la hinchada y un ramo de flores siempre estuvo junto a un córner en el estadio Vicente Calderón. Y todo gracias a Radomir Antic, su valedor, su descubridor.

El entrenador

Sólo Luis, Simeone y Zamora superan los partidos de Antic

Era un salón al que se accedía cruzando un arco en su casa de Aravaca, Madrid. Con ladrillo vista y decenas de objetos, allá donde uno mirara. Fotos, banderas, balones, portadas de periódicos y hasta un Indi, mascota del Atlético, de peluche. Radomir los iba enseñando todos con la ternura de un padre hablando de sus hijos. En realidad lo eran. Sus vástagos de fútbol. Y éste su particular museo lleno de recuerdos que son historia del balón. Un color sobresalía entre todos los demás, y eso que él, Antic, tuvo muchos equipos. En España Madrid y Barcelona también, y Oviedo, Zaragoza y Celta. Pero fueron dos años en el Atlético, 1995 y 1996, los que le hicieron ser para siempre, ese color, el rojo y el blanco mezclados a rayas. Aquella temporada en la que el equipo rojiblanco, como escribe Kiko, "salió del fango" para ser campeón. Sólo tres entrenadores de la historia rojiblanca, Luis Aragonés (611), Simeone (467) y Zamora (206), dirigieron al Atlético más partidos que él (189). Se ha ido, una pancreatitis se lo ha llevado en los tiempos del coronavirus, tan duros; sin velatorios, sin entierros de más de tres personas, sin posibilidad de un adiós a su altura, un mito. Twitter se llenó de luto. "Radomir Antic", "DEP Míster", Radomir te quiero", "doblete", "Penev", DEP Radomir", "Pantic". Casi todos los trending topic hablaban de él.

se va una leyenda de nuestro Atleti. La grandeza del club siempre estará representada en personas como él

Koke

"Nunca fui un entrenador de gritar, jamás. Prefiero que ellos, los futbolistas, entiendan, que comprendan por qué cada cosa. Por eso todo lo escribo en esa pizarra a la puerta del vestuario", confesaba en el libro Hasta siempre, Vicente Calderón. Sus nombres siempre ligados, como con el de Pantic, Antic fue 'su inventor'. "Nuestra historia arranca en el Partizán de Belgrado. Él era el entrenador, 'El Maestro' como lo llamo yo. Después de un tiempo, él se fue a la Liga española, con el Zaragoza, y yo a jugar a Grecia, al Panionios", describía hace unos días Milinko en una amplia entrevista en The Coaches' Voice. "Antic me pidió algún vídeo para ver cómo estaba jugando en el Panionios le dije: 'Entrenador, eso va a ser muy difícil, aquí nadie guarda ese tipo de cosas'. Días después me llamó a casa para decirme que no firmara nada. Que estaba negociando con varios equipos y me quería con él", completaba. Ya era como un padre para él. Nunca dejaría de serlo.

Te quiero y te voy a echar mucho de menos

Milinko Pantic

Jesús Gil la primera vez que bajó al vestuario y vio la pizarra en la puerta, pregunto extrañado: "¿Pero esto qué es?". "Así preparamos los partidos, presi", replicó Antic. "Primera vez que lo veo en mi vida", adujo Gil y se marchó farfullando. Era el serbio el entrenador de la pizarra, de las tortillas, cervezas y barbacoas de los viernes en el bar en el palco del Calderón para hacer convivencia ("Es más fácil morir en el campo por alguien que sientes hermano que sólo compañero") y de las fotos a los rivales. "Cuando supe que nos cruzaríamos en la Champions con el Ajax (cuartos de final de la Champions, 1997) envié a gente a su estadio a hacerles fotos en cada partido. Trajeron diapositivas. Miles, de cada jugada. Mis futbolistas las han visto todas en las charlas de esta semana", continuaba desvelando el técnico en Hasta siempre, Vicente Calderón.

De la tortilla en el palco a la corbata en el banquillo

Un entrenador que siempre, siempre, siempre, en sus 189 partidos con el Atlético llevó corbata como Simeone su traje negro, en los banquillos. "Nunca nadie se fijó en ella, pero desde que soy entrenador la llevo. Corbata. Quizá sea mi cultural yugoslava: si durante siete días te preparas para una fiesta y ésta es un partido, uno debe vestir bien". Un entrenador que devolvió al Atlético a Neptuno y que, aquella tarde que celebraba el doblete, al salir del Calderón se fijó en una anciana, camino a la fuente. Una anciana que aplaudía desde una acera, al paso del autobús. "Cuanta gente hay detrás del fútbol a la que hacer feliz", recordaba siempre que pensó. Él lo hizo. Desde el campo, los banquillos y la radio, donde comentaba al colgar la corbata. Estaba en muchas de las fotos en el museo de su casa. Como en sus labios esa frase, "un bratzo". Ya para siempre eterna. Como su mito, como ese cántico. Radomir te quiero, lolololo.

El Real Madrid

El día que Mendoza echó a Antic y 'regaló' la Liga al Barça

Que Radomir Antic era un buen tipo, en el sentido más literal de la palabra, es algo que podemos decir los que le conocimos personalmente. Pero para los que llevamos impreso el estímulo del escudo del Real Madrid sólo queda darle palabras de agradecimiento y de disculpas a la vez. Lo primero porque él logró reactivar el orgullo competitivo de aquel Madrid de la Quinta del Buitre, que se desplomaba tras conquistar cinco ligas consecutivas y haber fracasado reiteradamente en Europa. Tras despedir Ramón Mendoza a John Toshack y experimentar con el tándem Di Stéfano-Camacho, el difunto presidente contrató a Radomir Antic para el banquillo blanco el 22 de marzo de 1991. Acabó esa Liga con dignidad y se ganó el derecho a seguir pese a que Mendoza había coqueteado con Sacchi y había apalabrado a Pacho Maturana. El vestuario y la afición estaban con Antic. Mendoza le llegó a ofrecer un cargo en el organigrama técnico del club (de hecho, siguió en el club, pero en un despacho hasta final de temporada, porque Mendoza no quería pagarle la indemnización que le correspondía), pero Antic, en una entrevista en AS Color, fue explícito: “Me he ganado mi continuidad”. Y así fue.

Nada podrá suplir las tardes de fútbol en su casa y las continuas lecciones que emprendía desde su sillón captando detalles de fútbol con sus expertos ojos. Le encantaba el fútbol y la gente, con la que siempre era alegre y generoso

Paunovic

El curso 1991-92 empezó muy bien, con un juego sólido, solidario y muy efectivo, como le gustaba al serbio. Buyo atrás era un muro, Rocha mostraba su mejor versión atrás, Hierro era un pichichi en la posición que ahora ocupa Casemiro y que le inventó Antic (¡metió 21 goles!), Hagi era un diablo arriba y Michel y Butragueño parecían recuperar su viejo esplendor. El Barça llegó a estar a ocho puntos de desventaja. Pero hubo una triste corriente de opinión, que se empeñaba en decir que el Madrid ganaba “sin jugar bien” y que el Bernabéu “se aburría” pese a las victorias. Eso fue calando y Mendoza compró el nocivo mensaje.

De hecho, el domingo 26 de enero de 1992 el Madrid derrotaba, lo que es la vida, al Tenerife en Chamartín (2-1). Pese al triunfo se escuchó algún pito aislado de ese famoso Tendido del 7 del Bernabéu. En una decisión terrible que el Madrid pagaría muy caro, un día después Ramón Mendoza se empeñó en consumar su torpe estrategia: echar a Antic y reponer a Beenhakker (por entonces director deportivo) en el banquillo. Para un servidor y el resto del gremio de la prensa deportiva el asunto tuvo un escarnio mayor. Ese lunes 27 de enero se celebraba la Gala Anual de la Prensa, por lo que todos los compañeros estábamos en el acto, que finalizó en la discoteca Joy Eslava. De pronto un colega con una radio pegada al oído entre la música dance de la época dijo: “¡Mendoza ha echado a Antic!”.

En esa época no había internet como ahora y el medio de comunicar las noticias, aparte de la radio y la televisión, era en la prensa escrita. Todos corriendo a la redacción (por entonces yo estaba en El Mundo) y hubo que cambiar todas las ediciones de madrugada llegando a la tirada entera de Madrid y de algunas capitales más. Antic, hundido, nos contó que fue la decisión que más le había dolido en su vida. Él iba a hacer campeón a ese Madrid. Seguro. El destino castigó a Mendoza y acabó perdiendo esa Liga en la última jornada... precisamente contra el Tenerife. Así se escribe la historia de la Liga que debió aparecer en el currículo de Radomir Antic. Descansa en paz, amigo.

El Atlético

Antic hizo historia en el Calderón

F.J.Díaz
Por

Radomir Antic hizo historia en el Atlético. El equipo que ganó el doblete devolvió la ilusión a una hinchada que estaba deprimida por las agónicas temporadas anteriores. Pero llegó Radomir y conjuntó un equipo que se convirtió en leyenda del Atlético. Un equipo de futbolistas fichados de uno y otro lado, sin apenas nombre. Liderado por Pantic, un auténtico desconocido para todos. Hizo un fútbol bonito, vistoso, alegre, le gustaba que la gente elogiara la manera de jugar de su Atleti. Ese equipo empezó a la sombra de los grandes, comenzó a ganar, siguió ganando y al final se llevó el título liguero. Molina, Geli, Santi, Solozábal, Toni; Vizcaíno, Caminero, Pantic, Simeone; Penev y Kiko. Pocos olvidan ese once que dio tantas alegrías al Atlético, que volvió a ganar el campeonato después de muchos años.Y también la Copa, en una final de infarto en Zaragoza.

Não tenho palavras para esta leyenda eterna del Atlético de Madrid y del fútbol

Paolo Futre

En cierta medida, Antic fue un pionero en el Atlético. Se hicieron famosas sus jornadas de convivencia en el club, donde todos se juntaban un día a la semana alrededor de unos refrescos y unas cervezas en el restaurante rojiblanco, que estaba en la zona noble del estadio madrileño. Era otro tiempo, otro fútbol, otras costumbres. El propio Antic invitaba a los periodistas a participar en aquellos encuentros, donde de verdad se formó el equipo del doblete. Allí Radomir exponía sus fútbol, sin escondrijos. Nadie podrá olvidar a esos jugadores subidos a Neptuno celebrando el título. Y Radomir disfrutó como el que más. Luego vivió otra etapa en el club. Pero donde de verdad se ganó el corazón de la gente del Atlético fue con su mágico equipo del doblete. Adiós Radomir. Nunca te olvidaremos.

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Sus jugadores

Radomir, un adelantado que nos sacó del fango y nos hizo campeones

Esto es un artículo, pero si alguien escribiese mi biografía, no tengo ninguna duda de que un capítulo iría dedicado a la persona de Radomir Antic. Un entrenador que nos cogió en el fango después de dos años atrás salvándonos en la última jornada. Un innovador que provocaba que el mismísimo Guardiola me preguntase en la Selección por qué presionábamos en campo contrario. Pep quería saber cómo trabajábamos con Santi y Solozábal a la hora de achicar dejando a Molina de líbero. En definitiva, Radomir fue una persona que nos quitó los miedos y los complejos para jugar de una manera antagónica a lo que siempre ha sido el Atlético de Madrid. Ponía arriba a dos tanques de casi 1,90 (como Penev y yo) que facilitábamos las llegadas de Caminero y Simeone en segunda línea. Aquella temporada 95-96 todo era especial, hasta la llegada de un tal Milinko Pantic por 88 millones de pesetas (ahora unos 500 mil euros). Aquel centrocampista serbio desconocido nos dio la vida y muchos puntos en jugadas a balón parado.

Radomir Antic

"Fue un adelantado de su época. Se nos fue el gran artífice del milagro del 96. Descanse en paz, Mister".

Kiko Narváez

"Nos has dejado una entrañable huella como atléticos. ¡Te recordaremos hoy y siempre! Gracias Mister, gracias Radomir".

Diego Pablo Simeone

"Siento mucho la pérdida de Radomir. Siempre me ayudó mucho y supo sacar lo mejor de mí como jugador ".

José Francisco Molina

"Se va un gran entrenador, pero sobre todo se va una gran persona. Hemos mantenido la amistad hasta el final, era un gran tipo".

Juan Vizcaíno

Siempre te agradeceré Míster que sacases de mí cosas que yo creía que no tenía. Con esa manera de acortar palabras (¡buenos dos nos juntábamos en el manejo del castellano, uno con acento serbio y otro jerezano!). "Kiko, no te recrees en el pase, ese trabajo está a medio hacer si no continúas las jugadas, atacar palo sentido contrario donde venga balón. Desmarque contras sentido de jugada”. Me repetía una y otra vez.

Llegó cuando más dudas tenía yo si el Atlético de Madrid me quedaba grande y usted hurgó dentro de mi hasta que esas dudas terminaran saliendo de mí. Que sepas, Radomir, que te has ido hoy, pero siempre estarás presente en las charlas futboleras de como nos sacaste del fango y nos hicísteis campeones a base de un trabajo que ahora se le llama coaching. Pues eso, un adelantado.

El Real Zaragoza

Luto en el zaragocismo por Antic

El Real Zaragoza y el zaragocismo están de luto por el fallecimiento de Radomir Antic en el Hospital Ruber Internacional de Madrid, donde llevaba ingresado desde Navidad a consecuencia de un fallo multiorgánico producto de una pancreatitis. Antic, un líbero de una elegancia extraordinaria y luego un entrenador de éxito, vistió la camiseta del Real Zaragoza durante dos temporadas (1978-80) y luego fue su entrenador otros dos años (1988-90), clasificándolo para la Copa de la UEFA de 1989.

Eras un padre que el fútbol me puso en la vida. Por si no estaba triste, hoy estoy devastado. Grande en todos los sentidos

Michel

Internacional en cinco ocasiones con la extinta Yugoslavia, Radomir Antic recaló en el Real Zaragoza en 1978 de la mano de su compatriota Vujadin Boskov. En La Romareda dejó un recuerdo imborrable. Diestro, pero con una pierna izquierda espléndida, era elegante y de clase sobresaliente. Y resultaba un espectáculo verlo salir jugando desde atrás con la cabeza levantada. Siempre bien colocado, brillaba en la anticipación y especialmente en el desplazamiento en largo, porque tenía un gran golpeo con ambas piernas.

En el Zaragoza compartió condición de extranjero primero con el paraguayo Nino Arrúa y después con el delantero argentino Jorge Valdano, pero, en una época con sólo dos foráneos por equipo, con el fichaje del centrocampista organizador también argentino Marcelo Trobbiani, Antic acabó firmando por el Luton Town inglés, donde apuró su último fútbol hasta los 36 años.

Regresó a Belgrado, obtuvo el título de entrenador y comenzó su carrera en los banquillos en el juvenil del Partizán. Tres años después, en 1988, el presidente Miguel Beltrán, uno de sus mejores amigos, lo fichó como entrenador del Real Zaragoza, donde tuvo como ayudante a un jovencísimo Víctor Fernández, que, enterado de la triste noticia, no podía ocultar esta tarde su dolor: “Desde aquí quiero mandar un fuerte abrazo a su familia. Me invade una profunda tristeza, porque Radomir fue para mí un maestro. Con él conocí el mundo profesional del fútbol y me otorgó siempre su máxima confianza. Fue primero un gran jugador y luego un extraordinario entrenador. Y ahí está su palmarés”.

También Miguel Pardeza no duda en ponderar la categoría de Antic: “Fue uno de los pilares del Zaragoza moderno. Y lo digo sin ningún tipo de exageraciones. Logró la clasificación para la UEFA, que no era nada sencilla en aquellos años, y apostó con éxito por jugadores muy jóvenes”.

Antic dirigió al Real Zaragoza en 86 partidos oficiales: 76 de Primera División, 6 de la Copa del Rey y 4 de la Copa de la UEFA.

A la Última

Antic, entre el triunfo y el despecho

El primer recuerdo en España de Antic es el de un líbero estupendo, fuerte por alto y muy buena salida de balón. Jugó en el Zaragoza la última temporada de Arrúa y la primera de Valdano, y luego se nos marchó a Inglaterra. Cuando regresó lo hizo como entrenador, vía el propio Zaragoza, avalado por Boskov y por el buen recuerdo que dejó. Entrenó a los tres grandes de España, y le quedó el resquemor de que ni en el Madrid ni el Barça le dejaron culminar la tarea. Eso le dejó un poso personal de amargura y despecho, porque en ambos casos sufrió trato injusto. Era inevitable que en las conversaciones con él surgiera aquel doble dolor.

Al Madrid llegó en la 90-91, con el equipo en muy mala posición y lo enmendó. El curso siguiente Mendoza le echó en el ecuador de la Liga, siendo líder, para colocar a Beenhakker, que en la segunda vuelta hizo ocho puntos menos y perdió la primera de las ligas de Tenerife. Al Barça le llevó Gaspart en la 2002-2003, con el equipo a tres puntos del descenso y le metió en la UEFA. Entonces llegó Laporta, con Rijkaard (y Ronaldinho), y le tocó salir por la puerta trasera. Entre ambas cosas, el Atlético, donde se atrevió a ir cuando Gil devoraba entrenadores. Allí alcanzó la gloria del doblete, un relámpago de felicidad en una época turbulenta del Atlético.

Fue el último Atlético con alineación 'de memoria'. Un equipo elegante, con presión adelantada, portero-líbero, la distinción de Kiko y el balón parado de Pantic, al que sacó de la nada. Tampoco con Gil acabó bien. Tras perder una final de Copa con el Valencia, y mientras la hinchada aún coreaba "¡Radomir, te quiero!" Gil le despidió abruptamente en las duchas. Aún volvería, el año en que Rubí, un funcionario colocado para llevar las cuentas, jugó a presidente, cesó a Ranieri y le repescó. No fue ningún favor. Le tocó sufrir el descenso en una temporada histérica. Con todo, el Atlético le reserva un sitial en su historia. Descanse en paz.

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