Javier Aguirre rompe la pizarra inflexible del Leganés
Poco a poco el técnico ha ido buscando alternativas hasta romper con el 5-3-2 de Pellegrino como único sistema táctico. En Villarreal venció con un novedoso 4-4-2.
Cuando Javier Aguirre llegó al Leganés el 4 de noviembre de 2019 se encontró un equipo de pizarra congelada. Mauricio Pellegrino le había dejado una plantilla adaptada casi y exclusivamente a un único dibujo. El que le dio éxito en la campaña anterior. El 5-3-2. Luis Cembranos, técnico interino entre uno y otro, trató de girar el volante táctico para jugar con defensa de cuatro, pero en medio de la depresión que acongojaba a los suyos, la fórmula no terminó de funcionar. De ahí que Aguirre, tipo camaleónico donde los haya, decidiera retornar a los orígenes... sin renunciar al cambio. Y después de 19 partidos (cuatro de Copa) lo ha conseguido. El Vasco ha logrado desbloquear la pizarra del Leganés.
Lo ha hecho poco a poco. Con mucho tacto y, sobre todo, experimentación forzada en algunas ocasiones por aquello de que las lesiones, las ventas o las sanciones le han puesto contra la pared. Sin más alternativas que innovar. Para su fortuna, la experiencia es un grado. En medio de tan oscuras circunstancias, algunos de esos experimentos le han funcionado.
Reconversiones forzosas
Como el de reconvertir a Silva de central por la lesión de Siovas o hacer de Kevin Rodrigues un extremo desatado más que un lateral ofensivo.También Ruibal ha visto como su técnico lo ha probado en varias posiciones diferentes y Óscar, el héroe vigente de este Leganés de entreguerras, ha ejercido desde el mediocentro hasta el puesto de falso '9'.
Fue en su última exhibición, en Villarreal (doblete), donde más claramente se vio que este Leganés ya puede jugar a algo más que el 5-3-2. Ante el Submarino Amarillo, Aguirre lanzó un grito revolucionario plasmado en la pizarra, que de inicio jugó con un 4-4-2 casi inédito en lo que llevamos de curso.
Inédito porque, además de lo novedoso del esquema, lo hizo presentando novedades llamativas. Así, por ejemplo, Bustinza, Rubén Pérez u Omeruo, titulares habituales, ejercieron de suplentes Awaziem formó por primera vez con Siovas en el eje de la defensa y Roque Mesa, junto al debutante Amadou. En las bandas, dos llamativas variantes: Ruibal y Kevin Rodríguez. Y arriba, la sorpresa: Carrillo junto a Óscar como falso punta.
La fórmula olía a ataque de entrenador, pero terminó destilando un sabroso buqué a victoria relevante por ser la primera fuera de casa desde que el 3 de mayo de 2019 se asaltara el Pizjuán (0-3) y porque deja al Lega en esta clasificación hibernada a tres puntos de la salvación.
La incógnita tras el parón
La presencia de este dibujo inédito de inicio en las últimas jornadas no es casualidad. Ya en partidos precedentes (Celta, Real Sociedad), Aguirre usó en ocasiones la defensa de cuatro para buscar versiones ofensivas de un equipo que todavía busca su esencia. Es la tercera reinvención que fuerza el méxicano. La primera, fue con su llegada a Butarque, la segunda, tras el adiós de En Nesyri y la tercera, tras la marcha de Braithwaite.
La nueva fórmula de Villarreal invitaba a la esperanza hasta que el Covid-19 ha frenado el fútbol. Si se reanuda el torneo está por ver si Aguirre sigue con sus variantes o si, sabedor de que la pausa puede haber invitado al olvido, retorna al refugio de un 5-3-2 del que no reniega, pero al que tampoco se aferra como única fórmula para la salvación pepinera.