Paola Soldevila, la futbolista que aspiraba a ser chófer de autobús
“El vestuario del Espanyol es único”, asegura la jugadora, quien sentencia: “El Espanyol no es una moda, el que es perico está siempre”.
De familia de deportistas, entre el fútbol y el balonmano, incluso ella jugaba a tenis, pasa Paola Soldevila el confinamiento en el piso que le facilita el club durante la temporada, junto a su compañera Ayaka Noguchi. Tal es su pasión por el deporte rey, que lanza esta confesión: “Si no hubiera sido futbolista, me hubiera gustado ser chófer de autobús de algún equipo de fútbol de chicos”. “Siempre he tenido simpatía por el Espanyol porque no es una moda, sino que lo eres toda la vida. El que es del Espanyol, está siempre”, indica sobre su otra vocación, la perica.
Precavida, la futbolista del Femenino A del Espanyol, que atendía este martes a una entrevista con los aficionados en el canal de Instagram del club, celebra que “el vestuario del Espanyol es único, en mayúsculas, debo decirlo porque es verdad. Ojalá todo el mundo pudiera vivir en un vestuario como el del Espanyol”, reitera, tras enumerar entre sus compañeras que “Mimi es de lo mejor, siempre dispuesta a animarte. También hice mucha amistad enseguida con Inés. A nivel futbolístico, Anna Torrodà es un espectáculo. Podría decir mil porque de todas me llevo algo, no puedo decir nada malo de ninguna”, asegura.
Del convenio colectivo alcanzado en los últimos meses por el fútbol femenino, apunta Paula que “es un paso muy importante. Lo valoro por lo que he vivido antes, pero pienso sobre todo en la gente que tanto ha trabajado por tener estas condiciones y ya no están. Nosotras debemos trabajar más para que esto sea un punto de partida, que las jóvenes que empiezan ahora tengan conciencia de lo que ha costado”, advierte.
“Son muy autoexigente”, se define la defensora, que ve un referente en uno de los capitanes del primer equipo masculino: “Me gusta mucho cómo juega David López. Es trabajador, contundente, técnico y ha estado a un buen nivel desde que volvió de la lesión. Me gustaría que la gente me identificara con él, es un referente para mí”, admitió.
Precavida, Paola se congratula de haber tenido “la suerte de avanzarme al confinamiento y me compré una bicicleta estática”. Y, al contrario de lo que es habitual, en las previas de los partidos no busca música motivadora: “Me gusta la tranquilidad. Normalmente, Vanessa Martín”, especifica.
Expresa la jugadora que “nunca hubiera imaginado debutar tan joven en Primera”, como hizo a los 17 años con el Sant Gabriel. Y añora San Sebastián, donde vivió los cuatro años que jugó en la Real Sociedad: “Me llevé una de las mejores experiencias de mi vida. Es mi segunda casa y ojalá pueda algún día volver para pasar una buena temporada o para vivir. Estoy muy agradecida a Donosti”.