La Copa de Mestalla reanima al Espanyol 20 años después
El espanyolismo se revoluciona con la reposición de la final, que convierte a Tamudo en Tendencia en España. El capitán Arteaga traslada a hoy aquel espíritu.
Era el primer título el Espanyol en 60 años. Y, justo dos décadas después, se ha convertido en el bálsamo idóneo para los tiempos que corren. La reposición en el canal temático Teledeporte de la final de la Copa del Rey de 2000, ante el Atlético de Madrid en Mestalla (2-1) ha levantado los ánimos de la afición, que fue colgando sus sensaciones y recuerdos en las redes, del club, que publicó una suerte de minuto a minuto, y del propio protagonista de la histórica velada.
Raúl Tamudo se situó durante buena parte de la noche y madrugada del sábado entre los diez Trending Topics de Twitter en España, una de las tendencias del momento. En ese mismo espacio virtual, el capitán que aquella noche del 27 de mayo de 2000 alzó el valiosísimo trofeo, Moisés Arteaga, aprovechaba para conectar aquella gesta de todo el pueblo blanquiazul con la actualidad de un equipo colista, a la espera del desenlace de la temporada. “Esta Copa del ánimo, de la ilusión, del sacrificio que tanto se identifica con nuestro club la vamos a utilizar para salir de esta situación”, expresó el Arteaga desde su domicilio, enfundado en la camiseta con la que jugó la final.
Quien se conectara un poco más tarde de las diez se perdió lo más recordado de aquella final, tanto entre pericos como en el universo futbolístico. Hasta el punto de que acabó provocando un cambio en el reglamento. Porque la burla de Raúl Tamudo sobre Toni Jiménez, cuando el portero experico iba a sacar, fue una de las mayores picardías de la historia de este deporte. Un robo con la cabeza, finta hacia la izquierda y gol. “Murri, murri”, como inmortalizó Eudald Serra en su ya legendaria narración para Catalunya Ràdio. El delirio.
Hizo valer su sistema defensivo el equipo de Paco Flores ante un Atlético atenazado, con Juan Carlos Valerón como mayor peligro, que ni siquiera aprovechó la expulsión por doble amarilla de Nando Muñoz ya que enseguida igualó la inferioridad Santi Denia, al ver una roja directa.
Se desestabilizaron los colchoneros, ya que en ese mismo minuto perdía Hugo Leal un balón que Sergio González aprovechaba para desde la media luna chutar con la diestra y con el alma, y establecer el 2-0. También desde fuera del área reduciría distancias Jimmy Floyd Hasselbaink en el minuto 90, para suscitar más tensión, en unos minutos interminables aquel día pero fugaces al verse televisados 20 años después, y convertir la Copa en un bien todavía más preciado, que se recuerda como algo mágico dos décadas después.