La final que salvó al cruyffismo
Este domingo se cumplen 30 años de la final de Copa que jugaron Barça y Madrid. El Barça ganó, el holandés se salvó, nació el Dream Team y el Barça empezó un ciclo glorioso.
El Barça terminó LaLiga de la temporada 1989-90, la segunda de Cruyff en el banquillo, en tercera posición y a once puntos (cuando las victorias valían dos) del Real Madrid de la Quinta del Buitre. LaLiga no terminó hasta el 6 de mayo, pero para cuando se iba a jugar la final de Copa del Rey, el 5 de abril, los azulgrana ya no tenían ninguna opción. Perdieron diez partidos durante el torneo de la regularidad y a Cruyff le empezaban a faltar defensores. Después de salvar su primera temporada con la Recopa ganada a la Sampdoria en Berna, en la segunda, tras la llegada de Koeman y Laudrup, se esperaba más. Pero el fútbol descarado de Cruyff terminaba por convertirse en frágil y kamikaze. La audaz idea del holandés todavía no había cuajado y los sectores más conservadores del barcelonismo acusaban al holandés de un romanticismo vacío. Cruyff estaba en peligro.
La final de Copa, a la que el Barça llegó, todo hay que decirlo, después de una trayectoria inmaculada en la que eliminó a Athletic, Real y Valencia, tenía cierto aire de todo o nada para Cruyff. La vieja guardia, la que no creía en los nuevos métodos de Johan, proclamó a los cuatro vientos que si perdía en Mestalla el 5 de abril, el holandés estaba amortizado y podía saltar. Además, el fin de semana anterior, el Barça había caído 0-2 ante el Atlético de Madrid. Núñez había salido a dar un mensaje conciliador, pero tampoco demasiado potente. El Barça tenía, además, un incendio colateral. El caso Milla había explotado. El turolense no viajaría a la final de Mestalla y la gestión de Cruyff en el asunto estaba discutida. Nadie se acordaría luego de él. Y menos el año que viene cuando apareció un tal Josep Guardiola, que crecía en el mismo jardín que había visto nacer a Milla.
Este domingo se cumplen 30 años de aquel partido que salvó el cruyffismo y que tuvo mucho más que fútbol. Para empezar, unas desafortunadas declaraciones de Chendo, hoy delegado del Real Madrid. "El partido lo han ganado unos que no son españoles, simplemente", soltó nada más terminar la final. Luego intentó rectificar sin demasiado éxito: "Lo que me sabe mal es que un equipo español gane esa copa para unos aficionados que no se sienten españoles". Aunque luego matizó con distingos: "En ningún momento me he referido a los jugadores del Barcelona ni al equipo, sino a un sector de la afición".
Fue un final feo para un partido duro. Tanto que el colegiado de la final, García de Loza, dijo nada más acabar: "Ha sido el partido más difícil de mi vida. Desde el primer momento, los jugadores han estado haciéndose entradas muy duras y no me ha quedado más remedio que enseñar las tarjetas. La verdad es que tengo la conciencia muy tranquila y mi única duda estriba en si no me equivoqué al no enseñar la segunda tarjeta a Amor". Tiempos remotos, esos en los que los colegiados hablaban después de los partidos.
Ese era el gran reproche del Madrid. Fernando Hierro había sido expulsado por doble amarilla (vio la segunda tarjeta por una entrada a Robert) y Amor había sido perdonado por el gallego. Los jugadores del Madrid salieron en tromba a por el colegiado. Gordillo fue tan espontáneo como siempre: "El árbitro se ha cagado". Míchel también tuvo claro a quién señalar: "Creo que el principal culpable de nuestra derrota ha sido el árbitro, que ha estado francamente mal".
Sí, la final había sido dura. Con entradas duras y hasta juego subterráneo. Sanchís le dio un puñetazo en el estómago a Salinas que no fue castigado, Aloisio y Hugo Sánchez tuvieron sus más y sus menos. De lo que menos hubo fue fútbol, pero esta vez Cruyff estaba obligado a ser más resultadista que nunca. Y a Cruyff, sobre todo, le gustaba ganar. Cuando estaba a punto de ser sustituido, Guillermo Amor hizo el 1-0, que le sirvió en bandeja Txiki Begiristain. "Sí, iba a cambiar a Guillermo, hemos tenido suerte". Salinas cerró el partido. En esos tiempos, levantarle un título al Madrid de la Quinta lo era todo para una afición acostumbrada a muy poco.
Pero aquel título significó mucho más. "Dio estabilidad", admitió en su día Amor. Gracias a esa victoria, Cruyff siguió en el Barça, que puso la guinda a su proyecto con el fichaje de Stoichkov, y empezó el ciclo ganador. La tendencia se invirtió. "Posiblemente, comenzó a ser el declive de esa quinta", admitió Paco Buyo años después en una entrevista a Efe. Núñez tuvo que contenerse, nació el Dream Team y Cruyff triunfó. Posiblemente, sin esa final la historia se hubiese escrito de otra manera.
FICHA TÉCNICA
Barcelona: Zubizarreta; Aloisio (Serna, 26'), Koeman, Alexanco; Eusebio, Amor (Soler, 71'), Bakero, Robert; Laudrup, Salinas, Begiristain.
Real Madrid: Buyo; Chendo, Ruggeri (Llorente, 63'), Sanchís; Gordillo; Míchel (Aldana, 77'), Hierro, Schuster, Martín Vázquez, Butragueño, Hugo.
Goles. 1-0. Amor (78'). 2-0 Salinas (91')
Árbitro. García de Loza. Amonestó a Alexanco, Koeman, Amor y Salinas en el Barcelona y a Hierro, Míchel y Martín Vázquez en el Real Madrid.