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El fútbol base del Barcelona: teletrabajo en precario

No tienen gimnasios ni amplios jardines en sus casas, pero los chavales de la cantera se las apañan como pueden para seguir con las rutinas de trabajo.

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El fútbol base del Barcelona: teletrabajo en precario

Durante estos días de confinamiento más de un jugador del primer equipo del Barcelona ha mostrado su día a día a través de las redes sociales, exhibiendo unos enormes y completos gimnasios dentro de unas casas con amplios y cuidados jardines, que en la mayoría de casos nada tienen que envidiar a los de la Ciutat Esportiva.

Sin embargo, son las excepciones a la realidad futbolística del club blaugrana. Y es que el resto de jugadores -filial y fútbol base- trabajan en unas condiciones mucho más humildes y precarias para llevar a cabo el mantenimiento físico durante el tiempo que dure la pandemia.

Para empezar, sólo el Barcelona B cuenta con un plan personalizado para cada jugador. El resto de categorías, desde el Juvenil hasta abajo, se estructuran a través de un seguimiento más generalizado.

Pese a las evidentes limitaciones, tanto los técnicos como los preparadores físicos del fútbol base le han echado imaginación y profesionalidad para salir airosos de este enorme reto. Se realizan sesiones diarias 'on line' para que los futbolistas las sigan mientras se les enseña el ejercicio que han de hacer, se envían videos para que los chavales sigan las instrucciones, se plantean juegos para hacer el trabajo menos aburrido y hasta se llega a trabajar aspectos tácticos para que los canteranos no olviden los conceptos básicos.

Como la mayoría de jugadores no cuentan con gimnasio, ni tampoco mancuernas, ni mucho menos jardines para desarrollar el trabajo, los ejercicios que se plantean desde el club son muy dinámicos, apoyándose del peso corporal para realizar el trabajo de fuerza y buscando la activación aeróbica es espacios reducidos.

Todo el fútbol base está mentalizado sobre la necesidad de mantener una regularidad en el trabajo físico, aunque también es consciente que en el caso del fútbol formativo se podría ver alterado de tal forma que podría incluso no reiniciarse ya la temporada. En algunos casos, como en el fútbol siete, los técnicos han sido incluso más radicales, decidiendo frenar toda actividad física, por lo que los jugadores han empezado literalmente sus vacaciones.