Marc Navarro: "La felicidad son los pequeños momentos"
El lateral derecho del Leganés confiesa que lo pasó mal antes de debutar en Primera por las lesiones. Quizá por eso aprende a valorar más los detalles diarios que los grandes objetivos.
Marc Navarro tiene 24 años y una cabeza bien amueblada. Quizá será porque la vida le ha regalado palos y zanahorias a partes iguales. Primero fue lo feo. Antes de debutar en Primera, el lateral derecho del Leganés (cedido por el Watford) se zambulló en el sinsabor amargo de las lesiones. Una rotura de cruzado lo desconectó por un año, los 12 meses que necesitó para recuperarse y, paradojas del fútbol, debutar en Primera. Lo hizo con el equipo de su vida, el Espanyol, y ante el Granada el 21 de enero de 2017. Debut con gol incluido en casa. Una pasada. La zanahoria después del cachete.
"Fue especial, fue el mejor recuerdo que tengo como futbolista. Cumplí el sueño de mi vida e incluso marqué un gol. Fue algo único disfrutar de ese día. Salir del partido y ver la satisfacción de mi familia… eso siempre lo recordaré", cuenta desde su confinamiento madrileño, ése en el que echa de menos Barcelona, la mejor ciudad del mundo para su gusto, y la "playa", ésa que tanto añora también en la capital.
"Me rompí el cruzado y estuve bastante tiempo fuera. Unos ocho meses… Fue duro sí. Al final te alejan del fútbol, tienes que estar fuera, te vienen las dudas a la cabeza, nunca has pasado por una situación así... Pero luego con la ayuda de mi familia y mis amigos y superación propia, fui capaz de darle la vuelta a todo", dice. Y al contarlo, eleva un poco la voz. El orgullo le sube un par de tonos el ánimo. "Tuve confianza, creí en mí y justo un año después de la operación debuté en Primera. Aquello fue un premio a mi trabajo", añade.
La felicidad de los pequeños momentos
Quizá por eso, el defensa del Leganés, pese a ser todavía un pipiolo, valora los pequeños detalles de la vida con la intensidad que otros anhelan en éxitos siempre lejanos. "A veces creemos que vamos a ser felices cuando tengamos esto o lo otro… y al final te das cuenta que la felicidad son pequeños momentos. Todo se ve distinto cuando creces. Solo el hecho de comer con tu familia o pasar un buen rato con los amigos, cosas así te dan la felicidad", reflexiona.
El discurso, dicen los que lo conocen, no es nuevo. No es que el confinamiento le haya cambiado la mentalidad. Marc siempre fue así. Maduro. "Creo que quien no me conozca me puede definir como serio, pero para nada soy así. Cualquiera que me conozca sabe que soy una persona alegre, que le mola pasar buenos ratos y disfrutar mucho", se defiende mientras mira a la cámara de su móvil.
El aparatito ahora le acompaña para estar más cerca de sus padres ("las personas que más admiro en este mundo"), seguir las sesiones de entrenamiento que le plantea el Leganés o grabar éste vídeo que ha distribuido el club con el objetivo de conocer un poco más a sus futbolistas. Ahí, en la intimidad, Marc Navarro admite que le gusta el carácter humilde y modesto de su nuevo equipo.
"Es un club en el que te arropan. Es una pequeña familia, sí. Es lo que más me gusta. Esa humildad, ese trabajo, ese feeling, ese buen rollo que hay en todo… es un placer ", añade este seguidor de Batman, amante del cine y de la buena comida, bien sea para degustarla, bien para cocinarla y mostrarla al mundo cada día en su Instagram, más ahora en estos días de confinamiento.