César Prates, del Real Madrid a pastor evangélico en Brasil
Lo fichó Lorenzo Sanz en 1996 como una promesa brasileña pero no logró hacerse hueco. Tras colgar las botas hace una década se dedica ahora a su gran pasión: la música religiosa.
Agarra la guitarra y le canta, a veces entre lágrimas de devoción, a Jesús. Así es la vida de César Prates, hace casi veinticinco años fichaje del Real Madrid, ahora pastor evangélico. Pastor Chocolate, le llaman sus feligreses. Un lateral que no triunfó como madridista pero acumuló una larga trayectoria en Brasil, Portugal, Italia y Turquía hasta que un día, en 2010, sintió la llamada, como si fuera el film de Los Javis. César rescindió de inmediato su contrato como futbolista profesional en el Náutico y empezó su propia carrera en la Iglesia. También la musical: acompaña su ministerio con himnos evangélicos.
Otros exfutbolistas cuelgan sus nuevas aventuras en las redes sociales, César Prates sube a Instagram vídeos de sus actuaciones entrelazados con pasajes bíblicos. Armado con las seis cuerdas y una Biblia personalizada con su nombre en el lomo, su vocación religiosa siempre estuvo ahí. "Que Jesús te cure", le decía a los rivales que caían lesionados. Lo relataba esta semana en Globoesporte: "Un pastor no se hace, siempre lo fue, lo tenía dentro mí".
Su historia en el Madrid no dio lugar a escenas épicas. Tampoco de redención. Fue escogido con 21 años, cuando actuaba en el Internacional de Porto Alegre, de entre una lista de 30 futbolistas que manejaba la secretaría técnica de Lorenzo Sanz (en manos de Pirri). Internacional absoluto y loado por Roberto Carlos ("César es uno de los mejores jugadores de Brasil", dijo en aquel 1996), el problema es que apareció en un Madrid que acababa de firmar a Panucci y contaba con Secretario y hasta Chendo en la misma posición. Prates se fue de inicio al Real Madrid B (por entonces, la denominación oficial del Castilla) y de allí no salió...
Bueno, sí salió, pero obligado a errar por clubes brasileños y más tarde, vendido de manera definitiva. Al Sporting de Lisboa. "El Madrid me prestó seis meses a Vasco, Coritiba, Botafogo y Corinthians antes de traspasarme", recordaba el zaguero en Globoesporte, donde se confesaba "muy triste" por el reciente fallecimiento de Lorenzo Sanz por el coronavirus. En Portugal, tomó de discípulo a Cristiano Ronaldo, una criança de 17 años, y le enseñó la técnica del lanzamiento de faltas. "Cada vez que marca un golazo así, me llaman para que cuente la historia...", ha contado, divertido y resignado, más de una vez el brasileño. De allí pasó por el Galatasaray, el Livorno del comandante Lucarelli y el Chievo, entre otros. Retirado, no ha perdido su vinculación con el Real Madrid. En 2017 se enroló en el staff técnico del Clínic de la Fundación madridista en Coritiba. De vez en cuando comparte alguna de las escasas imágenes que tiene de su época de blanco.
Blanca tiene ahora la barba y fruto de su experiencia también se acerca a los niños de las escuelas con fútbol a través de la actividad solidaria de su propia fundación. Porque la pelota, como la guitarra y la Biblia, siempre está presente para César Prates.