Raúl García: "Es egoísta hablar ahora mismo de la Copa"
El centrocampista del Athletic prioriza acabar con la epidemia en tiempos tan críticos y admite que le encantaría acabar su carrera en el equipo rojiblanco.
“Seguro que pronto vamos a levantar un título”, expone un tipo de la ambición de Raúl García. En su horizonte está la final de Copa, aunque no está muy claro si en el inmediato o en otro muy lejano. Porque le parece hasta frívolo hablar ahora mismo de fútbol con el drama que viven muchas familias por culpa del coronavirus. “Tenemos una ilusión por jugarla, pero estamos en una situación tan complicada y de tanta incertidumbre que es egoísta hablar de la final ahora mismo, está fuera de lugar hablar de fechas, hay que priorizar las cosas, hay gente que va a vivir momentos muy duros y no es justo empezar a hablar de momentos hay que tener respeto”. E insiste: “Vivimos en una situación en la que la incertidumbre es lo más preocupante, lo prioritario es que la salud empiece a mejorar, que deje de haber fallecidos y a partir de ahí, pensaremos en la final, pero ahora mismo es secundario, es lo más importante”.
Todo eso no quita para que se machaque a diario por si la vuelta está más próxima de lo esperado, que admita que a los que son veteranos como él les va a costar más el regreso que a un chaval de 20 años y que el gol que más ha celebrado en Bilbao es el de Yuri que dio el pase a La Cartuja, “por cercanía”, aunque espera que el más efusivo “esté por llegar”. Revele que su mujer es aún más competitiva que él, así que habría que verla, “me gusta ganar pero fuera soy una persona mucho más tranquila, los que me conocen dicen que ese cambio no es normal”. Lo principal es intentar que esto pase y hacer todo lo posible por ello, “intentar ser positivos y a partir de ahí, a ver cómo se soluciona todo lo que está sucediendo”.
El centrocampista navarro desea que toda esta crisis cambie a los ciudadanos y el mundo se vuelva más generoso. “En los momentos malos es donde la gente aprende, quiero que la gente reflexione. No hay que ser bondadoso cuando las cosas vienen mal sino en todo momento. Está habiendo muchas donaciones, me gustaría que todo el mundo vea que siempre hay que intentar ayudar a los demás”. Eso de entrenarse en casa es una situación nueva para él, como para todos los futbolistas de élite, pero confiesa que intenta aplicar hasta más esfuerzo que en Lezama, “porque si no se pierde la forma física… mentalmente es una situación dura y hay que pasarla”.
Amante de su intimidad, intenta guardarse de la exposición pública, pero no se siente especialmente incómodo en una de estas ruedas de prensa virtuales montadas por los clubes, en este caso el Athletic, para mantener un poco de pulso informativo en estos días de parón. “Lo que se pueda conseguir con esfuerzo y sacrificio es lo que mejor sabe”, es su lema. Y está disfrutando sobremanera de este desafío llamado Athletic, hasta el punto de que quiere colgar la chapa en San Mamés. “Quiero pensar que me quedan años, cuando vas viendo que la retirada está más cerca, sí te planteas el futuro, no sé si como entrenador o ayudando en algo. Si me preguntas a mí, si dependiera de mí, me gustaría retirarme aquí, estoy encantado , pero es el club el que tiene que tomar una decisión el día de mañana”.
Su salida del Atlético fue meditada y es uno de los jugadores más respetados por la exigente afición del Athletic. “Necesitaba sentirme importante dentro del campo, fue complicada, me gané tener dentro del vestuario una posición importante, llegó el momento y lo tuve claro. También era un reto ganarme lo que ya tenía en Madrid”. Eso sí, por el camino de una larga carrera de ambición destaca como momento clave la vuelta a Pamplona, cuando se puso en manos de Mendilibar, eso le sirvió para salir fortalecido y regresar al Atleti mucho más formado. A Raúl, o Rulo como le conocen todos los que han coincidido con él, le habría gustado jugar con Etxeberria, actual entrenador del filial del Athletic, y le marcó Puñal, “porque es una grandísima persona y como profesional siempre lo ha dado todo”. Su oficio es ganar, no tiene más obsesiones, y sí una manía: entrar en el campo con la pierna derecha, un tic compartido con muchos compañeros de profesión. Por tanto, esta etapa como león le llena. “Tenía muchos amigos que habían estado dentro y me hablaron maravillas, pero se han quedado cortos, te das cuenta de lo que supone este club para todo el mundo”.
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“Soy una persona que no vive en una burbuja, no me gusta que la gente generalice con los futbolistas. En cualquier oficio hay gente de una manera y de otra, a los futbolistas se nos etiqueta de ciertas maneras que en muchos casos pueden ser verdad, pero yo tengo gente que vive situaciones complicadas y no evito saber que hay cosas malas, intento ayudar desde mi posición”, remarca, sin olvidar nunca que viene de una familia humilde que le transmitió los valores de la modestia. Una encuesta entre los que le han rodeado este tiempo propondría muchas opiniones favorables, aunque se ajusta a ese dicho de que es ‘odioso para los rivales’: “La gente que me conoce lo normal es que hable bien, llevo tantos años que también mal, cuando compites es normal que al rival le moleste, el único objetivo es que la gente que trabaja cerca hable bien”.