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SPORTING / DERBIS DE PLATA EN GIJÓN (II)

Un Gobernador Civil poniendo paz, nieve y lluvia de goles

Los duelos comenzaron en El Molinón con incidentes en el primer partido en Segunda y estuvieron marcados hasta 1970 sobre todo por ser partidos vibrantes

Un Gobernador Civil poniendo paz, nieve y lluvia de goles

La historia de los derbis asturianos en El Molinón en la división de plata del fútbol español se abrió en la temporada 1928-29, aunque hubo duelos anteriores en el campeonato regional, desde 1926, el año fundacional del Real Oviedo. Tres circunstancias marcan la que se puede considerar una primera etapa de esos encuentros de la máxima rivalidad, hasta 1970: los incidentes de la primera confrontación, la nieve que obligó a aplazar uno de esos encuentros y, en general, la lluvia de goles que inundó la gran mayoría de los partidos, varios de ellos vibrantes.

El primer derbi en Gijón llegó el 12 de mayo de 1929 y aquel partido que acabó con un apretado 3-2 para los rojiblancos se vio alterado por los incidentes de la primera parte, que concluyó con un claro 3-1 en el marcador. Los gijoneses Pin (2) y Arcadio, y el oviedista Polón fueron los goleadores.

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Se culpó al arbitraje del vizcaíno Pelayo Serrano de la tensión habida antes del descanso. Las agresiones entre jugadores en el intermedio, en la zona de vestuarios, acabaron con la intervención del Gobernador Civil para poner paz. "Tomó acertadas medidas para evitar mayores males", afirmaba la crónica de la época en 'Mundo Deportivo'. La segunda parte se jugó sin problemas, con un hombre menos en el Sporting por expulsión de Castro, pero el Oviedo solo pudo hacer un gol más, obra de Caramelero, que provocó un emocionante final de partido.

A partir de ese año, las tres citas siguientes encontraron los mejores momentos oviedistas en casa de su eterno rival. En marzo de 1930 consiguió el Oviedo su primera victoria (1-3), que sirvió para que el Sporting perdiera la primera posición de la tabla en beneficio del Alavés.

Pesadilla Lángara

Solo unos meses después, en diciembre de aquel año 30 pero ya en la temporada siguiente, volvió a ganar el Sporting (2-1) que, sin embargo, entró en aquella década con una pesadilla llamada Isidro Lángara. El legendario delantero oviedista, uno de los grandes de la historia del fútbol español, fue el artífice del 3-3 en enero de 1932, como autor de los tres goles, y en el 2-3 de febrero del 33, con un tanto y una asistencia.

El Oviedo de Lángara, Herrerita y compañía se fue a Primera, el Sporting también logró su primer ascenso en ese período, lo que provocó los primeros derbis en la máxima categoría, y no hubo reencuentro en Segunda, por tanto, hasta la temporada 1950-51. Nueve partidos acoge El Molinón en la división de plata hasta 1970 con el balance de ocho victorias a una --sin empates-- y una lluvia de goles: 25 goles rojiblancos y 14 azules.

Especialmente vibrantes resultaron dos duelos que se coincidieron en el mismo mes de noviembre. El primero fue en 1954 y acabó con 4-3 para el Sporting después de un polémico arbitraje del andaluz Cruz Carrascosa, que señaló tres penaltis, dos para los locales y uno para los visitantes. El gol del triunfo llegó desde el punto fatídico, en el minuto 82, obra de Prendes.

"Las tres veces ví las manos y la falta, porque estaba allí, muy cerca de las jugadas", declaró el colegiado jiennense Cruz Carrascosa a 'El Comercio' después del partido. "Todo lo que sancioné fue justo", añadió en una declaración pública del árbitro impensable desde hace años.

Triunfo 'in extremis'

El otro gran partido de rivalidad fue el 20 de noviembre de 1966 y acabó 5-4 para los sportinguistas con un triunfo 'in extremis'. Solabarrieta consiguió el gol del triunfo para los locales a cuatro minutos del pitido final de un partido con el Sporting siempre por delante en el marcador, pero que el Oviedo logró remontar con 4-2 en contra.

Entre esos dos encuentros, se produjo la única victoria carbayona en esas dos décadas. El marcador reflejó un humillante 0-6 el martes 21 de febrero de 1956. ¿Por qué se disputó ese día laborable? Porque el árbitro guipuzcoano González Echevarría decidió aplazarlo el domingo por la nieve caída que cubría el césped del estadio a orillas del Cantábrico.

En la temporada siguiente, en enero de 1957, llegó la venganza del Sporting con un 5-1 inapelable de un equipo lanzado hacia el ascenso y que se convirtió al año siguiente en Primera en el llamado 'Matagigantes'. La imagen que acompaña este reportaje corresponde precisamente a los prolegómenos de ese partido, con los capitanes Sánchez y Falín junto al árbitro del encuentro, el bilbaíno De la Torre Rodríguez.

Tras nueve años, alternados por ascensos y descensos de unos y otros, el reencuentro en Segunda, con El Molinón como escenario, se produjo en febrero de 1966, acabó con triunfo local por la mínima (1-0) pero vivió el episodio más triste de la historia de los derbis asturianos. Una avalancha en el Fondo Norte del estadio a punto de convertirse en una gran tragedia.