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ATHLETIC

Dani García: "Vimos esta Copa como una oportunidad única"

El mediocentro atiende a AS desde su casa y trata de sacar el lado positivo al confinamiento de estos días. "A ver si esta espera termina con los menos daños posibles".

Actualizado a
Dani García, en un receso en Lezama
AIOL DIARIO AS

Dani García, un jugador absolutamente imprescindible para Gaizka Garitano, va sobrellevando el encierro de la mejor manera posible. Un jugador de tanto recorrido, que no se corta a la hora de ir a las disputas, está como un león enjaulado en casa, pero saca el lado positivo a todo este problema del coronavirus y el confinamiento. Atiende a AS desde su domicilio para hablar de sus sensaciones, extrañas, como las de todos.

¿Qué tal lleva el confinamiento?

Como todos, a expensas de lo que vaya a pasar. Viendo las noticias, comprobando si la cosa mejora, si se soluciona todo, o aún va a peor. Parece que va para largo, hay que estar fuerte mentalmente para que se haga lo más llevadero posible.

¿Les han hecho las pruebas?

De momento, no. Se encarga el servicio médico del club. Nadie del equipo está infectado ni tiene síntomas de nada por fortuna.

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¿Está en Zumarraga?

No, en Bilbao. Mi novia trabaja aquí y yo, también. Nos hemos quedado. El club nos aconsejó no movernos de Bilbao.

¿Percibe desde casa la solidaridad de la gente?

El primer día tras entrenar, antes de recluirme en casa, había demasiada gente en la calle. Ahora nos lo tomamos mucho más en serio. He salido alguna vez a hacer la compra y la gente va con prisas. Hay concienciarse de quedarse en casa, este partido lo tenemos que ganar todo el mundo.

Está cocinando mucho. ¡Como el otro Dani García, el famoso cocinero!

Suelo hablar con él. Siempre me ha gustado cocinar, lo que no me gusta es limpiar. Cocino siempre y mi novia se encarga de recoger. Trato de inventar cosas: meto soja a algunas recetas a ver qué tal queda… Con algo tenemos que matar el tiempo.

¿Y le da a la batería?

Sí, claro.

¡Cómo estarán los vecinos!

No, porque toco con los cascos puestos y no molesto a nadie (risas).

¡Vaya espectáculo Villalibre, otro integrante de su grupo de música (Orsai) con la trompeta el día del pase a la final de Copa!

El sí que molestará más a los vecinos, entre la trompeta y algunos ejercicios, les tiene que poner locos (risas). Nos tenemos que apoyar entre los vecinos. Durante el año cada uno está con sus cosas y ahora coincides con ellos.

Un parón a todos joroba. ¿A usted especialmente por ser un jugador de mucho pulmón?

Puede ser, pero me lo estoy tomando con seriedad, haciendo bastante deporte. Tengo facilidad para engordar, cuesta mantener el peso y me estoy esforzando en hacer deporte y no comer tanto. Me fastidia este parón, pero agradezco el descanso porque llevaba mucha tralla, me sirve para coger fuerzas.

En el Bernabéu hizo doce kilómetros… Volver a esos esfuerzos sin pretemporada parece complicado.

Todos tenemos una cosa en mente: la final de Copa y terminar bien la pretemporada. Es lo que nos hace trabajar en casa y estar con el ánimo muy arriba.

Lo había jugado todo hasta hace poco, hasta que llegó la sanción. ¿Se sentía imprescindible?

No, nunca. Ni cuando estaba en el Eibar ni ahora. Sé que el entrenador tiene confianza en mí y eso te da cierta tranquilidad para ir al entrenamiento y dar lo máximo de ti. Esa confianza de Gaizka me la he ganado, estos años y los anteriores. Sabe lo que le puedo dar. Lo que me pide lo hago creo que bastante bien y de ahí viene que haya jugado tanto.

Las dos ausencias en Copa y Liga han sido casi seguidas, ante Granada y la Real. Se le habrá hecho duro.

Toda la gente me decía lo mismo, pero veía al equipo entrenar durante la semana. El partido lo vi con Beñat y estábamos muy tranquilos. Cuando te achuchan y te marcan un gol, sí que lo pasas mal. Pero Beñat, que tiene mucha experiencia me decía: ‘Cuando más leches nos estén dando, ahí es cuando vamos a sacar la casta”. Así fue. Tenía confianza plena en el equipo.

Lo que pasaron en Elche, Tenerife, Granada… Hay que matar al Athletic para derrotarle.

Eso opino. He tenido que leer que somos un equipo con suerte. ¡Ya me gustaría ver a equipos de Primera en Tenerife con uno menos desde el minuto uno, a ver con qué mentalidad afrontaban ese partido! Nosotros estuvimos así 120 minutos. De suerte nada. Luego hemos ganado a Barça, Elche y Granada. Desde un principio nos tomamos muy en serio que esta Copa era una oportunidad única. Ahora, a disputarla.

Va a las disputas con todo, pero ha tenido suerte aguantar muchas jornadas sin sanciones.

Hay que pensar en la forma de jugar con los entrenadores. Con Mendilibar, Escalante y yo recibimos 16 tarjetas amarillas cada uno. No es normal. Salíamos a presionar a campo contrario y si medías mal la presión, tenías que hacer falta para que no te pillasen contras. Era todo mucho más al límite. Con Berizzo, que era todo al hombre, lo mismo. Con Gaizka soy el que hace las coberturas y, salvo los partidos contra el Barça que salí a apretar más arriba, tengo que estar reculando, así que no tengo que entrar fuerte. El cambio de juego me ha podido venir bien.

Lo de los tres centrales le ha podido ayudar también, ¿no?

Sobre todo a la hora de salir a presionar, si vas alto puedes hacerlo con tres centrales. Con dos tengo que medir mucho. Debo tener acierto total porque si no dejo hueco atrás.

Vesga, Beñat, San José, Unai López… ha hecho pareja con muchos. ¡Lo que le echen!

Somos todos diferentes y el entrenador elige. Cada partido pide algo distinto. Yo, encantado de ser el elegido.

Siempre ha elogiado el vestuario del Athletic, ¿se le hace parecido al del Eibar?

Sí. Mi mayor miedo era ese cambio de vestuario y no encontrarme a gusto como en Eibar. La verdad es que estoy encantado. Es una de las cosas que estos días echo de menos, desayunar todos juntos, estar en Lezama… A ver si esta espera termina con los menos daños posibles.

Siempre ha dicho que en fútbol la sinceridad cotiza a la baja. ¿Todo es quedar bien?

Muchas veces contestamos con sinceridad y los periodistas le sacáis el doble filo. En vez de contestar con sinceridad nos hacéis tirar de tópicos y eso no me gusta. Pero a veces te dan ganas de hacerlo. Prefiero decir siempre lo que pienso antes que quedar bien, esto no va conmigo.

Williams dice que no hay día que no piense en la Copa en este encierro, y en ganarla. ¿Usted también?

Sí. Ayer me despertó mi novia y estaba en el partido, soñando con la final y le dije: ‘Última vez’. Es lo que te hace trabajar en casa y sacar fuerzas. A nadie nos gusta hacer bici estática, cinta o core, pero hay una final y un broche a la Liga apasionante y es lo que te hace avanzar.

Habló de que sufrió episodios de ansiedad en el pasado. ¿El coronavirus hace relativizar toda la presión que hay en el fútbol?

Sí. Ayer se me fue la luz de casa, es solo la luz y hablaba con mi novia: no valoramos las cosas que tenemos. El estar en la calle, con los amigos… no lo valoramos porque vivimos a tanta velocidad. No disfrutamos del momento. Ahora echas muchas cosas de menos, como rodearte de la familia. Se ve el mundo de otra manera. Lo importante es estar con mentalidad positiva, nada de levantarte y pensar: ‘¿qué hago hoy?’. Se te caen los techos de casa encima. Me levanto y me pongo a hacer cosas, trato de estar distraído, porque si no empiezo a darle vueltas a la cabeza y eso es lo peor de todo.