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MIGRANTES DEL BALÓN

Pablo Gállego, el único futbolista español que resiste al coronavirus

Tras cancelarse el fútbol en Australia y Hong Kong, Nicaragua es el único país extranjero con futbolistas españoles que mantiene su actividad.

Pablo Gállego, el único futbolista español que resiste al coronavirus
Pablo GállegoTwitter

En medio de la pandemia del coronavirus que azota sin piedad al mundo del fútbol existe un campeonato que se niega a cesar su actividad. Aunque a puerta cerrada, la Liga Primera continúa en Nicaragua, donde las medidas para evitar la propagación del virus son mucho más laxas que en el resto del planeta. "Yo me quedo en casa por decisión propia, pero todo sigue normal. El gobierno ha lanzado una campaña de prevención y cada uno debe tomar sus propias medidas", descubre desde el país centroamericano Pablo Gállego, el único futbolista español que continúa trabajando.

El delantero oscense pertenece a Managua, uno de los nueve clubes que se mostraron de acuerdo con la decisión de continuar con el campeonato. Solo el líder, Diriagén, expresó un descontento que sus futbolistas mostraron en los prolegómenos del partido frente a Ocotal: el once titular posó con mascarilla, guantes y guardando la distancia de seguridad. "No sé si la decisión es acertada o no, son competencias del Ministerio de Salud, pero la situación parece controlada en Nicaragua y no veo el motivo por el que tengamos que parar", evalúa Pablo Gállego.

Algunos medios nicaragüenses llegaron a publicar que los futbolistas de la Liga Primera fueron obligados a jugar bajo amenazas y extorsiones. Algo que Gállego niega: "En Managua no. Nosotros vamos a seguir compitiendo porque queremos cumplir con nuestra obligación y deber con el club. Tomaremos, eso sí, las medidas de prevención en higiene que sean necesarias". Tras las cancelaciones en Hong Kong y Australia, Nicaragua es el único país extranjero con representación española en el que hay fútbol.

Pablo Gállego, quien tras 10 jornadas es el máximo goleador del torneo con cinco tantos, confía en que la situación mejore pronto en Nicaragua, donde hasta el momento tan solo han sido detectados dos contagios por coronavirus. A pesar de vivir con relativa normalidad, el delantero oscense no quita ojo a lo que sucede en su país natal: "Siempre hay un miedo. Confieso que me está costando dormir porque estoy muy preocupado por mi familia y la gente de España, pero espero que todo acabe cuanto antes".