El extrañísimo año de Hugo Duro
El canterano ha debutado en Europa, pero no estaba siendo su mejor temporada. Cuando volvía a mostrar su mejor nivel en el filial, todo se paró.
Es difícil encontrar una temporada más contradictoria que la de Hugo Duro. El canterano azulón apostó por continuar este verano en el equipo de su vida a pesar de tener ofertas importantes como la del Castilla o el Sevilla. Venía de jugar bastantes partidos con el primer equipo y en este curso, con el filial ya en Segunda B esperaba seguir alternando partiendo desde abajo.
Hubo altibajos. Su temporada no estaba siendo buena, como la de todo el equipo, sumido en puestos de descenso a Tercera desde el inicio de la competición. A pesar de ello debutó en la Europa League. Fue en Basilea, como titular y haciendo un partido notable. No hubo continuidad. Apenas unos minutos sueltos en tres partidos de Liga y uno de Copa han sido su bagaje del año con el primer equipo. Con el filial solo había marcado seis goles en veintitrés jornadas y sus relaciones con el técnico no eran fluidas. Hugo Duro había vivido momentos inolvidables, pero no acababa de arrancar.
Todo cambió en el último mes. Emilio Ferreras se hizo cargo del Getafe B y le dio plena confianza y seguridad a Hugo. El delantero lo agradeció marcando cinco goles en cuatro partidos y Bordalás advirtió entonces que tenía un nuevo soldado a su disposición. Alternaba entrenamientos con los dos equipos, vislumbraba la posibilidad de un final feliz como el de la campaña pasada. Había sido preseleccionado con la sub-21. Volvía a sonreír en cada día en la Ciudad Deportiva o el Coliseum. Pero entonces, ya se sabe. Se paró todo.
Ahora Hugo Duro tiene tiempo de reflexionar. El futuro le espera. Con veinte años está en un momento importante de su carrera. La confianza que en él se tiene en Getafe es absoluta y el cariño de la afición lo tiene más que ganado. Otros clubes le mantienen en su cartera. Y son algunos de los más grandes.