El legado de Lorenzo Sanz
El expresidente trajo a varios de los mejores jugadores de la época que rompieron un gafe de décadas ganando la Séptima y la Octava.
Lorenzo Sanz falleció este sábado en Madrid los 76 años de edad. El empresario tuvo distintos negocios a lo largo de su vida pero llegó a la fama cuando ocupó el asiento principal del palco presidencial del Santiago Bernabéu desde la dimisión de Ramón Mendoza el 26 de noviembre de 1995. Su legado es historia. Devolvio´al club la Copa de Europa 32 años después con la Séptima (1998), sumó la Octava (2000), ganó además una Liga, una Intercontinental y una Supercopa de España y fichó a jugadores que marcaron una época en el club blanco.
El primer verano, el de 1996 cuando los Gallagher aún seguían juntos y Wonderwall era uno de los temas del año, fue el primero que pudo diseñar la plantilla y acometió fichajes hasta revolucionar el equipo por un precio equivalente que superó los 50 millones de euros, un auténtico dineral en la época.
En lo que a fichajes respecta cerró el más conocido de su carrera, el de Pedja Mijatovic. El delantero de Titogrado, actual Podgorica, fichó el 1 de julio después de que el Real Madrid depositara en la LFP la cláusula de rescisión que le ataba al Valencia: 1.489 millones de pesetas. Sanz negoció con Pedja durante toda la campaña anterior cuando estaba en Mestalla sin que Francisco Roig, presidente ché, lo supiera, lo que desató un cruce de declaraciones en medios y tensó la rivalidad entre ambos clubes cuando se produjo su marcha.
Le saldría bien la jugada a Lorenzo Sanz ya que un gol del montenegrino acabaría con una sequía de 32 años sin ganar la Copa de Europa solo una temporada después de su llegada.
Ese mismo verano trajo a otra leyenda del club, Roberto Carlos, que seguiría en el equipo hasta 2007 sin que nadie le moviera de la banda izquierda del Bernabéu. El Inter le soltó a cambio de seis millones de euros.
Además, también vistió de blanco a Suker, Seedorf, Illgner, Panucci y Zé Roberto. El croata y el alemán triunfaron en el Real Madrid mientras el 10, el italiano y el brasileño demostraron su mejor nivel más lejos del Bernabéu. Seedorf brilló una década en el Milan, Zé Roberto lo hizo en el Bayer Leverkusen y en el Bayern y Panucci, en la Roma.
No hubo otro verano igual
Lorenzo Sanz siguió buscando estrellas para reforzar el equipo pero no hubo otro verano igual que el de 1996. En invierno del 98 se consiguió traer, por fin, a Karembeu, después de un tira y afloja de meses con la Sampdoria. El neocaledonio dejó dos punterazos para la historia blanca en la consecución de la Séptima contra el Leverkusen y contra el Borussia Dortmund. Ese mismo año llegó Savio, desde Flamengo, y dos españoles que pasarían algunos años en la disciplina blanca dejando un buen recuerdo: Fernando Morientes y Aitor Karanka.
La tercera temporada se dedicó más a las ventas, con las salidas de Zé Roberto, Dani García, Amavisca o Santi Cañizares para añadir retoques a la plantilla campeona de Europa con fichajes de menos relumbrón.
En la última de Sanz, la 99/00, el gasto se disparó con una potentísima inversión (más de 30 millones) en Nicolas Anelka, por entonces, prometedor delantero francés del Arsenal. Otros 21 se gastaron en Elvir Baljic y hasta 8 en Ognjenovic. Al final, los que mejor salieron fueron los más baratos: Michel Salgado, por el que se pagó 6 millones al Celta, Iván Helguera, que costó 2,5 millones y Steve McManaman, que llegó libre desde el Liverpool.
Aquel fue un año de reforma de la plantilla en el que salieron Seedorf (24 millones al Inter), Mijatovic (12 M€ a la Fiorentina), Panucci (9,3 M€ al Inter), Davor Suker (5 M€ al Arsenal) y Samuel Eto'o, que no cuajó en el Madrid y fue vendido por 4,5 M€ al Mallorca con solo 18 años.
El 24 de mayo del 2000, el Real Madrid de Lorenzo Sanz ganaba la Octava en París ante el Valencia y el 16 de julio convocó elecciones, en las que cayó frente a Florentino Pérez, actual presidente del club poniendo fin a su etapa al frente de la entidad blanca.
Palmarés como presidente
Lorenzo Sanz logró además de la Séptima y la Octava, un campeonato de Liga (96/97), una Intercontinental (1998) y una Supercopa de España (1997). Bajo su mandato el equipo de baloncesto ganó una Liga (99/00) y una Recopa de Europa (96/97).