Ronaldo elige el de Compostela como su mejor gol

Con el fútbol detenido, la actividad de sus protagonistas en las redes sociales se ha incrementado. Se han plagado de retos; que si dar toques a un rollo de papel de baño, que si una foto de mis inicios, que si una de mi trayectoria… Otro de los que están causando furor entre jugadores y exfutbolistas es el de escoger su mejor gol. Y Ronaldo se ha pronunciado sobre el suyo. El presidente del Real Valladolid recogió el guante que le lanzó Diego Armando Maradona y colgó en su Instagram un vídeo de su favorito. El astro brasileño se decantó por uno de sus inicios en España, el primero de los dos que marcó con la camiseta del Barcelona en el Multiusos de San Lázaro, frente al Compostela, hace más de 13 años, el 12 de octubre de 1996, y que provocó que todo el estadio se pusiera en pie.

Corría el minuto 36 cuando Ronaldo aprovechó una indecisión del cuadro santiagués para recuperar el balón en el centro del campo. Con la misma decisión que una manada de búfalos, salió en busca de la portería, sin importarle cuántos jugadores intentasen pararlo. Aguantó las tarascadas y el agarrón de Chiba y rompió en velocidad. Se le cruzó José Ramón, al que superó como un rayo. Y su compatriota William tampoco pudo pararlo. 12 segundos después, después de 14 toques, el cuero terminó alojado en la portería de Fernando. Con el mundo en pie, en la grada y en sus casas, el delantero comenzaba a demostrar que el Barcelona no se había equivocado al pagar 2.500 millones de pesetas por él.

En el campo que hoy lleva el nombre de Vero Boquete comenzó su leyenda en Europa, aunque alguno quisiera evitar años más tarde el sufrimiento de verse en la acción. Y es que, en 1997, cuando Nike (marca deportiva a la que todavía hoy sigue ligado Ronaldo) utilizó aquel gol en una campaña publicitaria, comenzó un litigio que terminó en 2009 en el cual varios rivales a los que el brasileño se enfrentó entonces defendían que su honor había sido vulnerado, por lo que solicitaron la retirada de dicho anuncio. La Justicia no les dio la razón, aunque la belleza del tanto sí que dejó clara una cosa: el gol, ahora escogido por su autor como el mejor de su trayectoria, fue tan bonito que hasta quisieron prohibirlo.