La resiliencia de Rubi, un ejemplo en los tiempos del coronavirus
Más sombras que luces en estos 9 meses del técnico en el Betis, que sin embargo nunca perdió la unión del vestuario ni la sonrisa ante la Prensa.
El Betis apostó por la figura de Joan Francesc Ferrer Sicilia, Rubi, el pasado mes de junio para que fuese el jefe del banquillo verdiblanco y nueve meses después su rol parece alejado al esperado, aunque sólo en el campo. Ni los resultados ni las sensaciones del equipo impulsan la posibilidad de que su crédito quede renovado tras la presente campaña, pero más allá de que no cumpla un objetivo que ahora parece utópico, llegar a Europa, su resiliencia ante los problemas le convierte en un ejemplo deportivo para estos tiempos de coronavirus.
Objetivos alejados
Clasificación | PTS | PG | PE | PP |
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Próximos partidos |
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No había otra premisa que no fuera lograr un billete para Europa y, de momento, Rubi tiene lejos esa misión. Su mal arranque de curso condicionó esa pelea antes de que su equipo reaccionara a mediados de campaña. La mala racha de resultados en el inicio de 2020 frenó casi de manera definitiva una lucha desigual en la que hay numerosos candidatos que muestran más regularidad. Con 33 puntos, el Betis se encuentra ahora a doce puntos de la sexta plaza liguera.
Un sistema defensivo deficiente
Los números dejan claro que la gran debilidad del proyecto de Rubi es la escasa eficiencia defensiva que refleja el equipo. Los verdiblancos encajaron 43 goles y sólo hay dos equipos de esta Liga peor. Fue un problema que nació desde el inicio de la temporada y el técnico no supo encontrar demasiadas soluciones para erradicarlo. La ejecución de una zaga más protegida, con un pivote convertido en tercer central, minimizó los daños desde mediados de esta campaña en un reflejo de lo que ya ocurrió bajo los mandos de Quique Setién hace dos temporadas.
Una planificación errática
El club verdiblanco revolucionó su dirección deportiva y a estas alturas de campaña el resultado no muestra ningún punto de mejoría. Llegó Nabil Fekir como gran apuesta y el francés lideró al equipo en algunos duelos, mientras que otras apuestas fuertes como la de Borja Iglesias está lejos de las expectativas creadas. El mercado invernal buscó corregir algunas deficiencias, pero ni Aleñá ni Guido son hoy piezas fijas en el once tipo del técnico catalán.
Unión del plantel
Rubi estuvo en la cuerda floja en más de una ocasión y esquivó su salida merced a su buena sintonía con la plantilla y sus hilos de brillantez en partidos señalados. Si Fekir salvó su marcha ante el Celta en la primera vuelta, ante el Real Madrid fue Tello el que apareció para minimizar sus heridas. Pese a que el equipo está lejos de lo deseado en la clasificación liguera y la eliminación en la Copa del Rey, el vestuario defendió en todo momento la figura de su entrenador y fue su mejor aliado. Sus números, sin embargo, limitan su crédito de cara a un futuro inmediato.
Un caballero en la sala de Prensa
Más que el fútbol o los resultados, que están entre los mejores de la historia del Betis, a Quique Setién le condenaron en Sevilla ciertos desplantes o malentendidos ante la afición y la Prensa que el cántabro no quiso o supo subsanar. Rubi ha sido todo lo contrario. Atento siempre con el espectador y el interlocutor, el entrenador catalán ha mantenido la sonrisa incluso en los momentos en los que se sabía prácticamente desahuciado. Seguramente, ese positivismo le ha ayudado y le ayudará a superar situaciones límite.