Salomón Rondón: “Me gustaría retirarme en el Málaga”
El delantero venezolano no esconde su deseo de volver a vestir la camiseta blanquiazul antes de colgar las botas. “Es mi segunda casa. Mis dos hijos nacieron aquí”, confiesa.
Salomón Rondón atendió a AS durante la pasada concentración del Dalian Yifang chino en Marbella. El delantero, además de repasar la actualidad de su club, cómo han vivido en el vestuario la crisis del coronavirus, sus últimos años de carrera o el interés del Manchester United en el pasado mercado invernal, también habló del Málaga. Y es que La Rosaleda dejó una profunda huella en el goleador venezolano, hasta el punto de que no cierra la puerta ni mucho menos a un posible regreso cuando su carrera se acerque a su final. “Málaga es mi segunda casa. Mis dos hijos han nacido aquí. Estoy muy apegado a esta ciudad. Antes estuve dos años en Las Palmas y también les estoy agradecido. Pero Málaga es la ciudad que más se parece a donde nosotros venimos. Aquí tengo casa y gran cariño por los aficionados. ¿Opciones de volver? Opciones claras no hubo. Pero no se descarta porque creo que es el sitio donde me fue bastante bien. Por supuesto que volvería. Me gustaría retirarme en el Málaga y viviría aquí tranquilamente”, afirmó el ariete.
En Málaga vivió dos de sus mejores temporadas. “Por el tema de los goles (14 en la primera temporada y 11 en la segunda) fue una de mis mejores etapas”, reconoció. Rondón recuerda con especial cariño el partido ante el Sporting de Gijón, último encuentro de la temporada 2011-12 en el que un gol suyo dio al club el billete para jugar la Champions League: “Quedábamos cuartos ganando si el Valencia empataba o perdía. Significó mucho para mí”.
Su salida del club llegó antes del estreno en la previa de Champions frente al Panathinaikos. Así rememora Rondón su repentino adiós cuando se iba de gira con el equipo: “Aquello fue bastante extraño porque estábamos en La Rosaleda reunidos. Salíamos del estadio. Entonces el autobús se frenó y me dijeron que me tenía que bajar porque no iba a la gira. Me cogió de sorpresa porque ni Pellegrini ni nadie me habían comentado nada. Sólo mi representante. Me bajé del autobús, fui a las oficinas del club y me estaban esperando. Lo del Rubin Kazan era un hecho. Había ciertas incomodidades por ambas partes (los problemas económicos eran notables y se sucedían los impagos). Supongo que el jeque tendría sus razones. Nosotros estábamos enfocados en la pretemporada. Era el año que se jugaba la Champions y trabajamos lo mejor posible”.