Así fue el día 1 de confinamiento para los jugadores del Espanyol
Niños, libros, cocina, vídeojuegos, mascotas y puzles ocupan el tiempo, al margen de un plan de entrenamiento, en las casas de los futbolistas del Espanyol.
Se vivía este domingo el primer día completo del estado de alarma decretado por el Gobierno, del que obviamente no es ajeno ningún estrato de la sociedad. Tampoco los futbolistas, la mayoría de los cuales han concienciado sobre la importancia del confinamiento de 15 días difundiendo el lema ‘Yo me quedo en casa’.
Así lo ha hecho también el Espanyol, que ha descubierto a qué están dedicando algunos de sus jugadores y jugadoras, al margen de seguir unas pautas de entrenamiento personalizado, este tiempo de recogimiento obligado.
La familia ocupa el tiempo de casi todos, partiendo del capitán, Javi López, que aprovecha para cocinar junto a su hija mayor. O como Paloma Fernández, su homóloga en el Femenino A, rodeada de los ingredientes de toda una escudella.
También Naldo Gomes aprovecha para jugar en el sofá con su bebé. Y Sergi Darder, para ver dibujos con su niño en el regazo.
Entre familia, niños y mascotas se encuentra Débora García, que da paso a esa segunda categoría de futbolistas que posan dando cariño a sus perros. Sucede con Fernando Calero y también con Óscar Melendo.
Para tomar el aire en sus respectivos balcones o terrazas, algo tan sencillo pero a la vez tan saludable, aprovechan Wu Lei, Elba Vergés y Brenda Pérez.
Y en un plano intelectual se sitúan quienes aparecen leyendo un libro. Es el caso de Adrià Pedrosa y su ‘Rafa, mi historia’, una biografía de Rafa Nadal de la mano de John Carlin. También de Oier Olazabal y ‘El futuro de la humanidad’, de Michio Kaku, un best seller de divulgación científica.
Hacia la autoayuda tiran Andrés Prieto, con ‘Donde tus sueños te lleven’, de Javier Iriondo (y prólogo de Pablo Motos), y Gonzalo Ávila, Pipa, que lee ‘La voz de tu alma’, de Luis García Calvo.
En escena aparecen Adrián Embarba y Sébastien Corchia dándole a los juegos de la Play, una práctica mucho más usual que la que practica Matías Vargas. El ‘Monito’ ha hecho acopio de numerosos puzles, como el de la Sagrada Familia y varios de 1.500 piezas, para un estado de alarma que se puede hacer largo pero que debe sobrellevarse de la mejor manera posible.