La ausencia de solidez atrás, el talón de Aquiles esta campaña
El Girona ha recibido 35 goles en lo que se lleva de curso y para soñar con subir toca mejorar. En el último ascenso rojiblanco, la 2016-17, la cifra fue de 45 goles en contra en 42 duelos.
El Girona tiene un problema defensivo. No logra atajar la sangría de errores y, sin ir más lejos, el de Alcalá la pasada jornada contra el Albacete le costó el triunfo (1-1). Pero más allá de los fallos, dejar la portería a cero le cuesta en exceso a los de Pep Lluís Martí y en lo que se lleva de curso ya han recibido 35 tantos, una cifra que es una losa a la hora de volar hacia el objetivo del ascenso.
El Girona, en el aspecto de goles recibidos, tan solo es mejor que diez equipos de Segunda. Y, sin duda, es el peor de los equipos que están en puestos de playoff y ascenso directo: Cádiz (29), Zaragoza (30), Almería (32), Huesca (32) y Elche (33). Mejorar atrás es obligatorio para no perder terreno con los máximos rivales por el ascenso y basta con mirar atrás. El año pasado, los conjuntos que subieron de manera directa a Primera acabaron el curso con los mismos 35 goles en contra, como Osasuna, o incluso menos. Fue el caso del Granada, que solo recibió 28. El Mallorca, que ascendió por la vía del playoff, completó las 42 jornadas de Liga recibiendo 37 tantos.
En Segunda, los detalles marcan la diferencia y, sin duda, los errores atrás condenan. El Girona debe ser un equipo más sólido. En el último ascenso, la 2016-17, encajó 45 goles en 42 duelos. Para igualarlo, los rojiblancos tan solo podrían recibir diez más en los 11 partidos que les restan. Toca trabajar.