España muere en la orilla

La Selección perdió por la mínima ante Estados Unidos por un error de principiante en los últimos minutos. El gol a balón parado de Ertz llegó tras una falta innecesaria y, lo que es peor, un cambio de Vilda que atentó contra el ABC del fútbol: nunca hay que hacer sustituciones cuando se debe defender una acción a balón parado. Aun así, La Roja demostró al mundo que está preparada para competir con los mejores. En el Día Internacional de la Mujer brilló con su fútbol ante los 25.000 espectadores que abarrotaron el Red Bull Arena de Nueva Jersey. No eran favoritas, no tenían el apoyo de casa, pero la valía de nuestras jugadoras quedó patente.

Fue un partido de futuro contra presente. Prácticamente todo el equipo de Estados Unidos superaba las 100 internacionalidades. Ninguna de las 23 convocadas por España, por su parte, se acercaba a las 80. Otro nivel. Las diferencias son abismales, pero La Roja dio la cara ante la mejor selección del planeta.

A pesar de que la selección estadounidense salió al ralentí, a los dos minutos Rapinoe puso en jaque a toda la defensa española. Las de Vilda intentaron recomponerse e imponer su estilo. La intensidad de las locales hacía imposible que pudieran hacerlo. El centro del campo era una guerra en la que Jenni, Alexia y compañía no se daban por vencidas. En una de esas, Corredera colgó un balón al área y Jenni remató al larguero. España se creció y llegó incluso a asediar a las vigentes campeonas del mundo.

La más clara de las estadounidenses llegó a la media hora con un centro chut de Rapinoe desde la izquierda. De las mejores noticias hasta ese momento fue que la Balón de Oro apenas había aparecido. Cada vez que tocaba el balón era como cuando se despierta un volcán. Corredera, igual que en los octavos de final del Mundial, fue su peor pesadilla.

Había que ver si España era capaz de aguantar hasta el final. Primero fue Lavelle y minutos después Mewis probó a Paños con un disparo lejano. La Selección no renunciaba a nada. Seguía mirando de tú a tú al choque. Toque a toque seguía fabricando su sueño. Y eso que la presión de las americanas cada vez era mayor.

Andonovski sacó a toda su artillería (Press, Heath y Horan) y el empuje fue mayor. No fueron capaces de romper a base de fútbol la barrera española, perfectamente construida y liderada por Paredes y Mapi. Pero cuando España tenía un histórico empate en su poder, una falta regalada y un cambio en el momento imperdonable dio la victoria a las estadounidenses. Ertz aprovechó el despiste de España, desorganizada tras la sustitución de Vilda, para rematar a placer al fondo de la portería de Paños. Un error de principiante. Un error no permitido en el futuro. Todo lo demás fue positivo. España contuvo durante 87 minutos a la campeona del mundo.