Pepe Mel, un año superando obstáculos
El preparador cuenta con la confianza de los altos mandos de la UD, tras la dimisión de Rocco Maiorino, que ponía en tela de juicio su continuidad
El técnico madrileño alcanza su primer aniversario al frente de la nave amarilla, sumido en una muy mala racha de resultados, con diez partidos seguidos sin conseguir la victoria. Una dinámica en la que queda casi en el olvido aquella remontada épica en Elche (2-3), que hacía soñar a la afición con alcanzar cotas mayores allá por el mes de diciembre.
Tras aquel triunfo, los amarillos llevan todo este año 2020 sin conocer lo que es sumar de tres en tres y, aunque Mel dijera la semana pasada que “nuestro objetivo es el día a día y no veo dinámica negativa”, la realidad es que solo se han sumado ocho puntos de 33 en juego en lo que llevamos de año.
Clasificación | PTS | PG | PE | PP |
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A pesar de ello, el preparador cuenta con la confianza de los altos mandos de la UD, tras la dimisión de Rocco Maiorino, que ponía en tela de juicio su continuidad. De hecho, el propio presidente de la entidad, Miguel Ángel Ramírez, afirmó hace unos días en la Cadena Ser que con la llegada de Helguera era prácticamente segura la renovación de Mel. "Le digo una cosa, (Helguera) ve correcto la continuidad del míster (Pepe Mel)".
Ahora, con la recuperación de efectivos como De la Bella, Dani Castellano, Mantovani (tras sanción), Álvaro Lemos y Fede Varela, es el momento perfecto para conseguir un buen resultado en un estadio en el que la última victoria de la UD fue el pasado 15 de junio de 2014.
Improvisación. El técnico ha tenido que superar mil vicisitudes a lo largo de este año en la UD, llegando a un proyecto a la deriva, que tocó fondo tras las destituciones de Manolo Jiménez y Paco Herrera. Un equipo que, con un gasto tremendo en su confección, no aspiraba a nada y un final de liga que se hizo excesivamente largo para todas las partes y un pobre bagaje de cuatro victorias, cuatro empates y seis derrotas, que dejó a los amarillos en la 12ª posición de la tabla.
Una vez superado ese primer mal trago, recién llegado al equipo isleño, las cosas no iban a cambiar con el reciente dimitido Maiorino, que llegó al club para aligerar una plantilla que se excedía en su masa salarial, pero que, en cambio, no fue capaz de lograrlo y contentar a Mel con las salidas de determinados jugadores con los que él no contaba.
Así, el madrileño tuvo que tragar saliva y comenzar la temporada con jugadores que no quería y otros que se fueron con el curso empezado, como Timor, que obligó a cambiar los planes y sobrevivir como se pudiera hasta la recuperación estelar de Jonathan Viera. A todo ello, unir la comentada plaga de lesiones durante todo el año que ha impedido vislumbrar a un once tipo y una idea clara de juego, teniendo que adaptarse cada semana a lo que tenía.
Entre medias, su apuesta por Josep Martínez y Pedri, con ambas ventas posteriores, consiguieron equilibrar la balanza de gastos, añadiendo la salida en febrero del delantero Thomas Pekhart.
Así llegamos ahora a 12 jornadas para el final de liga con el equipo amarillo a cinco puntos de la promoción, recuperando jugadores capitales y con la esperanza de pelear en los últimos encuentros por entrar en el playoff y, quien sabe, si dar la campanada. Otra cosa no, pero Pepe Mel se ha mostrado como un especialista en sortear las complicaciones y adaptarse a la improvisación del club.