El Athletic se alivia antes de la Copa del Rey
Gol de penalti de Raúl García tras revisión del VAR, que rompe diez jornadas sin ganar. El Villarreal tuvo sus oportunidades, pero sin definición.
En ocasiones como la de hoy de San Mamés, el resultado podría ser VAR 1-Villarreal 0, por ejemplo. El fútbol está cambiando. El colegiado cada vez es un elemento más decorativo ante la red de seguridad que les ponen. En Bilbao tuvo un triple impacto. Medié empezó a liarla en un agarrón de Trigueros a Muniain en el área que, de haberlo castigado, habría abortado los mil follones que vinieron más tarde. En el minuto 56, Raúl García embocó una pena máxima de risa, de esas que han metido al deporte rey en otra dimensión. Pau Torres tenía las manos atrás, guardadas por el miedo que suscita ahora ese ojo que todo lo ve. Hubo un centro y con esos brazos en jarra, el balón golpeó en el codo. O el internacional se amputaba sus extremidades o tenía poco que hacer. Marcó Raúl perfecto.
Y solo un suspiro más tarde, una acción esta vez muy clara de once metros, resulta que no la vio el colegiado catalán, e hizo la clásica mueca de ‘sigan sigan’. Pero desde la distancia le advirtieron el gazapo. Un cabezazo claro de Iñigo Martínez golpeó en el brazo de Albiol, de espaldas, en este caso sí con una postura antinatural. Incomprensiblemente, el tiro se le negó a Raúl, que lo había lanzado magistralmente con anterioridad; se le entregó a Williams, que lo chutó mal. Asenjo se lo tachó, y también el rechace del propio Raúl García.
Ese fallo enfrió a los rojiblancos, los dejó tocados. Cogió las riendas el Submarino por completo. Pero el partido volvió pronto a ser dinámico, con oportunidades por ambos bandos. Y en un precioso centro de Córdoba se lanzó en plancha Iñigo para rematar como un jabato, pero de nuevo la adivinó Asenjo. Williams había salido desbocado, aunque no le salían las cosas. Sancet y Capa pudieron poner la puntilla: ahí estaba de nuevo el meta amarillo, hecho un coloso.
Antes de semejante torrente, en el origen del minuto uno, el juego se detuvo, cesó el pulso durante media hora en la que pasó de todo: tres jugadores atendidos por lesiones que al principio parecían graves; protestas; un estadio en combustión contra el árbitro; dos jugadores todo corazón como Yuri y Capa a los que se les fue la cabeza; Cazorla en un escenario de entradas duras (una en primera persona y otra por parte de un rival)… en lo realmente futbolístico, todo se resume por los ocho tiros del Athletic, ninguno a puerta, en la primera parte; el mal habitual. Y en el jugadón triangulado por Trigueros, Ontiveros y Alcácer que presentó a Gerard Moreno solo ante el muro Unai Simón. Éste dijo no.
De inicio, Garitano miró algo de reojo a Los Cármenes. Optó por volver a sus esencias con el 4-2-3-1 con descanso para Williams, mientras que Calleja se ajustó a un 4-3-3. Albiol tuvo un despegue accidentado, con dos choques de cabeza. En ese amanecer de Cruz Roja, Raúl recibió un empujón en la cresta ilíaca y quedó dolorido. Lo mismo que Muniain con el tobillo en el inicio de esta colección de percances. Eso impidió que el partido cogiera postura. Por medio, alguna ocasión tibia de los leones: entre Muniain e Ibai se molestaron en una llegada, luego no puso bien el cuerpo para dar palanca Raúl García y lo intentó Córdoba en posición acrobática.
El Villarreal, en vena goleadora a domicilio hasta hoy, se acomodaba en la formalidad del toque-toque-toque, pero no siempre es suficiente. Con el mando a distancia, Calleja ordenó la titularidad de Moreno, Alcácer y Ontiveros, con Cazorla Iborra y Trigueros algo detrás como asesores ofensivos. Una apuesta por la perspicacia de dos grandes puntas. A ninguno encontró con frecuencia el Submarino. El Athletic empujaba, estaba con más ideas que en esta serie de diez partidos sin ganar, pero el equipo marcaba un perfil atlético y mancomunado sin un jugador de pasarela, un finalizador estelar. Todo iba parejo y salió Williams, que continúa con su interminable lista de partidos seguidos en Liga. Garitano sintió el pánico y acabó con tres centrales, recogiendo las velas. Todo iba parejo hasta que salieron a relucir las delatoras imágenes del VAR.
Garitano: "Necesitábamos coger algo de lo que pones"
El técnico del Athletic, Gaizka Garitano, reconoció que "en partidos de guerra" no se suele afeitar. Ante el Villarrel lo era y se resolvió de penalti confuso y tras desperdiciar varias ocasiones diáfanas ante un colosal Asenjo: " Me alegro por los jugadores, por merecimientos ya tocaba ganar un partido", lanzaba después de diez en barbecho.
La polémica arbitral, por las manos de Pau Torres y la posible roja a Capa, no deben empañar la victoria: "Cuando perdemos me he callado y me lo he tragado cuando no nos han beneficiado". En este sentido, Garitano relata que el Athletic había "hecho más y anulado al Villarreal". El técnico de Derio reconoce que necesitaban "ganar y coger algo de lo que pones. Veníamos de palos duros, de no ganar por unas cosas u otras, lo que podía hacer bajar los brazos a los jugadores", desliza.
La falta de pericia arriba sigue lastrando a este Athletic solidario y generoso en el esfuerzo: "Nos está faltando, fallamos mucho".
Córdoba y la línea de cuatro atrás regresó ante el Villarreal: "Ha estado bien. Tiene velocidad, trabajo y gasolina, le falta poso, pero nos da mucho y es muy joven", describe Garitano del zurdo, que anticipa que aparecerá "más gente", como Sancet, ente el jueves en Granada y domingo a las 14 h en Pucela.