Las Palmas le perdona la vida a un sólido Málaga
Curbelo y Lombán hace de cabeza los dos goles, que firman las tablas en el ecuador de la clasificación de Segunda. Munir hizo paradas salvadoras.
Siempre se supo que en el fútbol, como si fuera una mala pasada jugada por el karma, quien perdona acaba pagando. Eso le pasó anoche a Las Palmas, que pudo matar un partido que el Málaga empató cuando peor lo estaba pasando.
Comenzó mordiendo un visitante hambriento, que en apenas seis minutos ya contaba con dos claras ocasiones de gol por medio de Pacheco y Juanpi, que mandó el balón fuera con todo a favor y Valles abatido. Se recompuso poco a poco Las Palmas ante un Málaga que tampoco es que apretara mucho más. Dominaba la formación grancanaria sin excesivo peligro hasta que, en el minuto 20, un córner botado por Aridai fue directo a la cabeza de un Javi Castellano, cuyo cabezazo rozó portería.
Quizás por un exceso de celo, acaso de respeto, el caso es que Las Palmas y Málaga jugaban con demasiadas precauciones, buscando tal vez alguna jugada aislada que les despertara del letargo. Como la que protagonizó Narváez, cuyo trallazo desde la frontal del área hizo un extraño que por poco le amarga la tarde al Málaga. El balón se fue a córner y, en ese misma jugada, Rubén cruzó la pelota en exceso cuando lo más fácil era el gol. Cosas de delanteros.
Rabia. Salió enrabietada Las Palmas tras el descanso, pero acabó purgando su falta de acierto goleador. Y eso que un cabezazo inapelable de Curbelo a la salida de un córner le puso 1-0. Pero poco después, Pedri y Rubén perdonaron claras ocasiones de gol para finiquitar el partido,y entonces apareció Lombán para, en idénticas condiciones que Curbelo, hacer el 1-1. Ahí se firmó el armisticio. La vida sigue igual.