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Sandro buscará el más difícil todavía en Anoeta

Viene de marcar gol, algo que no hizo la temporada pasada militando en la Real. Quiere encadenar dos partidos viendo puerta por primera vez desde su etapa en el Málaga.

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Sandro buscará el más difícil todavía en Anoeta
AMAIA ZABALO / DIARIO AS

La vida, a veces, ofrece segundas oportunidades y hasta terceras. En una de estas, Sandro Ramírez llegó al Real Valladolid. Después de casi dos años sin marcar gol, de hacerlo en una única ocasión con el Everton y de no lograrlo en Sevilla ni en Donosti, el 3 de noviembre, contra el Mallorca, gritó más alto que nunca al ver el balón perforar las redes de Zorrilla.

No lo había pasado bien en San Sebastián. Dijo antes del partido de ida Imanol Alguacil, entrenador de la Real Sociedad, que "el día a día fue terrible para él". Fue encadenando partidos sin gritos, lamentando que no se le abriera el cielo y que ni una gota de lluvia acabara con su sequía. Fueron 24 las veces que jugó de txuri-urdin, aunque apenas superó los 1.000 minutos (1.053, para ser exactos).

Hasta ese 3 de noviembre transcurrieron 51 partidos, 51 losas que fue apilando una sobre la otra hasta edificar un muro también psicológico, que en algunas ocasiones ha parecido volver a levantarse ya como blanquivioleta. Aunque todo ha cambiado, siquiera un poco. Los dos goles que lleva en Liga mejoran las sensaciones que ofreció en Anoeta, donde apostaron por su fichaje con el recuerdo de lo que fue en el Málaga. "En el día a día estuvo increíble, nunca dejó de intentarlo", añadía en diciembre Alguacil. No fue suficiente.

En parte no lo fue por culpa de las lesiones. Primero le costó arrancar, porque un problema en el ligamento lateral interno de la rodilla izquierda retrasó su debut hasta la séptima jornada, todavía con Asier Garitano en el cargo. Su número de minutos se fue incrementando, aunque difícilmente encontró continuidad. La única vez que repitió como titular jugó hasta cinco partidos seguidos saliendo de inicio, que no sirvieron para despejar la maldición y acabó diluido.

Los problemas físicos han impedido también que en algunos momentos de la temporada haya sido capaz de encontrar su mejor fútbol con el Real Valladolid. Insistente, ha conseguido dar pinceladas de brillo, aunque el gol sigue siendo una asignatura en la que necesita mejorar. Llegará a Anoeta con tres en su haber, uno en Copa y dos en Liga, donde marcó el fin de semana pasado. En su mente estará el más difícil todavía: encadenar dos partidos viendo puerta por primera vez desde su etapa en el Málaga.